CAPITULO 13

34 4 4
                                    

Día de la boda, 11:00 de la mañana. La boda es a las 19:15 de la tarde. ¿Se podría decir que estoy nerviosa? Si, lo estoy y bastante. Más que si fuese mi propia boda. Camino sonriendo por las calles de Cordoba, aquí va a ser la boda ya que mi querida amiga y cuñada ha convencido a mi hermano para que sea aquí, sé que le hace mucha ilusión. Me dirijo hacia la floristería para recoger el ramillete que va a llevar Sam, el que voy a llevar yo, y los ramilletes que van a llevar Fla y Hugo. Y si, el rubio es el padrino y yo la madrina. ¿Casualidad? No lo creo.
Sonrío al acordarme de mi rubio. Llevamos todos estos días genial. Estamos en un apartamento que tiene aquí en Córdoba, en su casa íbamos a ser muchos y nos pareció buena idea también pasar solos más tiempo.
Respecto al trato que hicimos no paro de darle vueltas. No quiero que esto se quede aquí, llevo 6 años queriendo estar al lado de este rubio de ojos verdes que una vez me enamoró y desde ahí no he podido olvidarlo, ni quiero. He buscado mil opciones, y mi aportación para que lo volvamos a intentar es quedarme aquí, en España. Trasladar todo lo que he formado en Nueva York aquí a Madrid. Solo tengo que hacer mil papeleos y que mi discográfica lo entienda. Tienen mil estudios repartidos en el mundo, y justo dos en Madrid. Mi música puede seguir siendo internacional, y también iba a hacer gira por España. ¿Qué más dará que fuese al revés?
Todo está en que ellos lo acepten. Quiero vivir y quizá tomarme un descanso después de sacar disco antes de la gira, no me vendría nada mal para recuperar todo el tiempo perdido con mi rubio, quiero que todo esto no se quede en lo que hemos vivido esas semanas en Cádiz y ahora en la boda. Quiero cumplir todas esas promesas que un día nos hicimos y por muchos motivos no hemos podido cumplir. Lo tengo decidido al 99% y es lo que le comentaré al rubio.

Dejo todo lo que tenía que recoger en casa de los rubios, que es donde nos vamos a arreglar. Es lo suficientemente grande como para que mi amiga y mi hermano no se vean. La boda la vamos a hacer en unos jardines preciosos y la celebración en los mismos.
Camino por el jardín que conecta la casa con otra pequeña, es donde está mi hermano con mis padres, que obviamente iban a estar aquí en la boda. Llego a la casa y ahí veo a mi precioso rubio intentando hacerse bien el nudo de la corbata, es un desastre.
-¿Me dejas que te ayude? A este paso no llegas ni al combite -el rubio me mira a través del espejo y sonríe
-Como puede ser tan dificil esto, yo no lo entiendo -agarro la corbata y en unos segundos ya tiene el nudo hecho a la perfección -vaya, no era para tanto -dice el rubio y los dos reímos.
-Voy a vestirme rubio, ven conmigo que me reúnes que ayudar a abrocharme el vestido
-Preferiría quitártelo -me dice en un tono juguetón mientras pone sus manos en mi cintura -yo cojo sus manos y me apoyo en su pecho
-Ya habrá tiempo después para eso mi amor -le digo para después darnos un tierno beso.
Subimos a la habitación y me pongo el vestido, el rubio me ayuda a terminar de colocármelo y la verdad es que me encanta como me queda. Llevo un vestido verde, la verdad que precioso, elegido como no por Sam. Va a juego con la corbata de Hugo, tenemos que ir conjuntados.

Las horas pasan y la boda está a punto de empezar. Mi amiga no puede estar más nerviosa y ya hemos intentando tranquilizarla de todas las maneras posibles.

La hora ya ha llegado.

Camino hacia el altar cogida del brazo de mi hermano, va guapísimo y no puedo estar más orgulloso de él, del gran hombre que es y de lo feliz que es.
A los minutos empieza a sonar la música, y ahí vienen. Mis rubios favoritos hacia el altar. Llegan y Hugo pasa la mano de Sam a mi hermano, procedemos a sentarnos y el rubio me guiña un ojo, yo le devuelvo otro. Me susurra con los labios "vas guapísima" y mi cara seguro que ahora se asemeja al color de un tomate.
Sonrio con un poco de tristeza al ver a la madre de los rubios, este sería un día muy bonito para estar todos, pero falta su padre. Murió cuando ellos eran más pequeños, y en estos días seguro que lo añoran más.

-Bueno, antes de continuar, alguien ha preparado unas palabras -dice el cura y le da paso a Hugo, este sube al altar.
-Hola a todos, y principalmente enhorabuena chicos, no soy muy bueno en esto pero hoy tenia que hacerlo. Allá voy.
Primero quiero hablarle a mi mejor amigo y cuñado. Fla, gracias, gracias por ser la persona que más feliz hace en el mundo a mi hermana. Por ser quien aguanta esa locura, que ya contagia a cualquiera, por vivir con la intensidad que vive esa rubia que tienes al lado, por volverte familia y por hacer más fáciles las cosas. Gracias por haber sido siempre mi mano derecha, por apoyarme en todo y por no dejarme nunca solo. Eres familia, ahora y siempre. Te quiero -todos aplauden y aquí la mayoría somos un mar de lagrimas, que bonito lo hace todo mi rubio -Y ahora, hola hermanita, no llores que vas preciosa. Creo que pasaría aquí el día entero diciéndote cosas bonitas, pero ya las sabes todas. A parte de ser mellizos y haber estado juntos siempre, eres mi mejor amiga, mi confidente. Gracias de verdad. Hemos pasado los peores momentos que una persona puede pasar, pero junto con mamá hemos salido siempre adelante. Hoy falta uno, pero desde ahí arriba seguro que esta super orgulloso de la hija que tiene. Al igual que lo estoy yo. Gracias hermana, por ponerme los pies en el suelo, por estar siempre y entenderme como la que más, gracias por cuidarme y por quererme incondicionalmente. Eres la mejor hermana que alguien puede tener, y eso ya lo sabes. Sois la pareja perfecta por excelencia y por gente como vosotros aún quedan algunos logos que creen en el amor. Yo dejé de hacerlo, pero me habéis apoyado en que no es así, que el amor llega, y solo llega una vez de verdad. Os quiero, y quiero estar aquí toda la vida para no perderme lo felices que vais a ser si cabe. Me vais a tener siempre y sé que yo a vosotros también, ¡QUE VIVAN LOS NOVIOS! -todos nos levantamos a aplaudir, la mayoría somos un mar de lagrimas, esas palabras tan bonitas conmueven a cualquiera.

Posdata; te quiero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora