Una mexicana en Naruto [Sasuke uchiha] Sin Editar ©

13-•Beginn der Katastrophe•

24/6/??

No podía creelo. Cuando me fijé en la fecha del día de hoy, quedé.

Ya habían pasado ocho meses desde que llegué.

Era temprano y Kakashi-sensei, como de costumbre, había llegado tarde.

𖦹

Ya habíamos terminado de hacer todo. No me gustaba, éramos como chachas. Y Kakashi-sensei ni nos ayuda. Solo sienta a vernos recojer todo.

Pero dejando de lado todo eso. Sentía que olvidaba algo. Las misiones de me habían hecho conocidas. Pero ya había pasado un gran tiempo desde que ví Naruto. Aún recordaba algunas cosas. Pero eran ocho meses sin verlo. Tengo miedo.

Kakashi-sensei dijo que iba a entregar el reporte de la misión. Pero se me hace que la va a jalar. Aún así, lo le presté atención.

Sasuke me tomo del brazo, (como suele hacer siempre el hijo de su pinche ramen) y me llevó.

—Sasuke... Creo que deberíamos entrenar juntos... Ya sabes, por somos equipo.

—Tu eres igual o peor que Naruto. En vez de preocuparte por mí, deberías preocuparte por conseguir nuevas herramientas ninja. Tus técnicas son Inferiores a las de Naruto. Vámonos, karma.

Ni se espero a que le contestará y me jalo. ¿Ni que fuera que, Pito?

—Oye, wey. ¿No crees que te pasaste de verga? Fuiste muy... Rudo con Sakura. Ella namás quiere tu atención, vato.

—No hay que juntarnos con gente inferior a nosostros. A ver si así mejora su entrenamiento.

—Nambre, tas cañón. Espera... ¿Me consideras fuerte?—Me asombré.

—Si, he visto lo que haces. Técnicas, inteligencia. Todo lo que un buen shinobi necesita.—Me elogiaba a su manera. Algo que no rompía tanto su orgullo.

—Goku le gana.

—que

—que

Un silencio incómodo se formó entre nosotros. Por lo general, los silencios eran divertidos. Tranquilos, pero ahora no. Aún así, escuchamos un grito. Era konohamaru. Creo que ya sabía lo que se venía.

—¿Escuchaste eso?—Entre cerré mis ojos.

—Si, vamos.

—Jaja, Sasuke, eres una vieja chismosa.

Cuando fuimos. Nos subimos a un árbol. Yo me escondí y sasuke le lanzó una piedra a Kankurō. Comenzó a lanzar y cachar otra roca que sacó de quién sabe dónde. Después la pulverizó. Mentiría si dijera que eso no fue genial.

—Kankurō, detente. Eres una deshonra para la aldea.—Ya había llegado gaara. Dios su voz es... Aaah, me va a dar un orgasmo si no es que ya me dió uno con Sasuke.