2-•Veränderung•

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La luz del sol pegaba contra mi rostro

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La luz del sol pegaba contra mi rostro. Me hizo despertar.

Al abrir los ojos, pude ver mi cuarto. Me preguntaba ¿A dónde se habían ido mis pósters de Sasuke? Y, mi almohada de Tamaki tampoco estaba.

—¡¿Qué mamada?!

Al sentarme, pude ver que mi cama no era mi cama, y mucho menos mi casa. Pero lo que no había notado, es que tampoco era mi cuerpo. No hasta que fui al baño y me miré al espejo. Estaba apunto de gritar cuando me interrumpieron.

—¡Hija! ¡Corre ven, ya está la comida!

Esa no era la voz de mi mamá. El terror se apoderaba cada vez más de mí ¿Qué hacía aquí? ¿Quién era? ¿Qué era?

La que decía ser mi madre gritaba y gritaba más. Un poco y comenzaba a llorar. Escuché pasos, me atemorizaba saber quién era y qué quería.

—¡Hija! Te estoy hablando desde hace un rato, ¡tienes que comer ya! Se te hará tarde para llegar a la academia, hoy es tu examen.

La mujer que me hablaba no se veía horripilante o algo así. Me di cuenta que nos parecíamos mucho.

Quería hablarle, pero no podía, no me podía mover. En mi cara se veía estupefacción, tenía los ojos bien abiertos y la boca en forma de "O".

—¿Cariño? Me asustas, ¿Te sientes bien? ¿Es el examen que te tiene preocupada? Tranquila, eres una de las mejores. Sí lo pasarás.—De nuevo me habló. Se veía tan tranquila, mis huesos dejaron de estar tensos.

—Sí, estoy bien...— Contesté despacio, tornando la forma de mi rostro a una serena.

—De acuerdo, vístete rápido y bajas a desayunar que se te hace tarde.—se fue.

A ver a ver, ¿Qué paso? ¿Cómo fue que pude entender y hablar con ella? Era japonés. He visto mucho anime, pero no se aprende de la noche a la mañana.

Fui a la ventana, también los carteles estaban en japonés. Pero podía leerlos fácilmente.

—Pinche Gaara, eso no era arena.

Me puse a escarbar entre mis recuerdos; lo último que hice fue dormir. Seguramente estaba soñando, sí.

Tomé seguridad al estar conciente en mi propio sueño. Tenía que disfrutarlo al máximo.

Comencé a festejar, pero me pegue en el dedo chiquito del pie.

—¡VERGA!

Para ser un sueño todo se sentía tan real.

Me cambié y baje para desayunar.

—Ten querida.

Parecía que tenía chacha. Mi mamá sí me quiere mucho y todo, pero siempre me dice "ayúdame porque no tienes gata".

Una mexicana en Naruto [Sasuke uchiha] Sin Editar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora