HAIKYUU!!: Una historia diferente...

Capitulo 9: Cebo-llama

Durante uno de los entrenamientos matutinos, Takeda se acercó al grupo de cuervos para darles los detalles sobre el campamento de entrenamiento en Tokio.

Ir a Tokio no sería tan fácil de no ser por la vieja amistad de Karasuno con uno de los equipos de la capital, también por las misteriosas habilidades de Takeda para convencer a las personas.

Pero ignorando todo ésto, el grupo de jóvenes se encontraba muy entusiasmado por la noticia. Además de ser una gran oportunidad para mejorar sus tácticas, también sería una experiencia divertida y diferente, aunque sólo estarían a las afueras de la ciudad durante tres días.

— ¿Yo también puedo ir?— preguntó Hinata, una vez disminuido el griterío.
Pues ella temía que al sólo ser una mánager no se la incluyera como parte de ésta actividad.

— Por supuesto que puedes ir, eres parte del equipo— Contestó Suga, quitándole las palabras de la boca a Tanaka.

— Solo debes rellenar éste formulario de autorización, como todos los demás— Dijo Takeda, entregándole a Hinata un papel con muchas palabras y espacios vacíos, igual que al resto.

Después de ver aquel papel en sus manos por unos segundos, levantó la mirada para apreciar a su equipo, su equipo, porque estaba muy felíz de tan solo pensar "Soy del equipo de voleibol de Karasuno". Felicidad, orgullo y emoción, esos eran los sentimientos que reinaban cada rincón de su ser.

— Papel-cebolla— alguien al lado de Hinata habló, serio.

—¿Qué?— ella levantó la vista, para ver a Kageyama, quién la miraba como siempre, serio.

— Tu cara parece la de alguien a punto de llorar, y te pusiste así después de ver ese papel. Por eso, Papel-cebolla—

El sentido del humor de Kageyama era algo que Hinata tal vez jamás entendería, pero ésta vez fué inevitable no reír. Pero cuando ella sonrió, Kageyama se alejó y fué a cambiarse para ir a clases. Dicha acción por parte de Tobio provocó que Hinata se sintiera culpable, porque tal vez lo que dijo Kageyama no era para reírse, quizá solo era un comentario... muy estúpido a decir verdad.

Más tarde, cuando acabó la primera mitad de la jornada de clases, Hinata se dispuso a ir a buscar a su amigo azabache. Al llegar, entró al salón ajeno como si fuera su casa, pues tanto ella como los que si pertenecían allí, ya estaban acostumbrados a esa rutina.

—Hola Kageyama, almorcemos— dijo Hinata, sonriendo, bento en mano.

Kageyama asintió y se puso de pié, también, bento en mano.

Ámbos salieron del salón y fueron a un lugar que más de una vez ya ocuparon para pasar tiempo juntos, la galería delante del gimnasio, al lado de la máquina expendedora que "tenía" la galleta que Hinata jamás pudo comer.

El silencio era suficiente, pero Hinata no podía evitar hablar sobre cosas como lo que veía en su camino de casa a la escuela, hasta las partidos de voleibol que veía en la televisión, provocando así también, que Kageyama dijera más que "Si, no, está bien, Idiota...".

Conocerse fué algo que ninguno de los dos quiso o planearon, pero así se dieron las cosas y no podían evitarlo, ni ellos ni nadie más. Pero, seguir acercándose al otro si fué una decisión propia, porque a Hinata le gustaba pasar tiempo con Kageyama, y a Kageyama le gustaba pasar tiempo con Hinata.

—Lo que dijiste hoy sobre, em, ya olvidé lo que dijiste, ah...— Hinata recordó lo ocurrido en la mañana.

—Papel-cebolla—

—¡Si, eso!... ¿Se supone que tenía que reír?—

Ante lo dicho por Hinata, Kageyama se volteó y cubrió su rostro en un intento de ahogar la risa.

—¡Hey, no te burles! Además, ¡Nadie entiende tus chistes!— Hinata estaba roja de vergüenza, odiaba hacer el ridículo frente a Kageyama, pero por algún motivo no le importaba pasar un momento humillante si eso haría que el chico sonriera.

—Mis chistes son geniales, muchas personas dijeron que soy gracioso, tu eres la única idiota que no los entiende— Kageyama volvió a su semblante serio

— No eres gracioso, eres un... Cebo-llama—

Hinata, con la cara roja y seria miraba directamente a los ojos de Kageyama, quién tenía el seño fruncido y las mejillas rojas. Y en un parpadeo, ámbos explotaron en carcajadas.
Kageyama, con los ojos cerrados, se tomaba el estómago con una mano y con la otra cubría su boca.
Hinata, tenía ambas manos en su abdomen, mientras se inclinaba hacia adelante para disminuir el dolor de estómago que le estaba causando reír tanto.

Cuando su risa disminuyó, Kageyama abrió los ojos y miró a Hinata, quién seguía riéndo pero, en un momento se acostó en el suelo y levantó sus piernas, sacudiéndolas en el aire, provocando que su falda casi dejara de cubrir lo que... pues, debía cubrir.

Kageyama, rápido se acercó a ella, puso una mano en cada uno de sus muslos, haciendo que sus piernas se queden en el suelo y que todo siga en su lugar. Suspiró de alivio, pero, levantó la vista cuando notó que la risa de Hinata se detuvo, encontrándose así con los ojos de Hinata, mirándolo fijamente.

— "Avellana..."— pensó Tobio — "Avellana brillante"—

—Gracias por preocuparte, pero tengo un short debajo de la falda, Kageyama— dijo la chica, tratando de no reír y hacer sentir mal al otro.

Ahora el que tenía la cara de rubí era el muchacho de ojos azules. Estaba avergonzado, "¡¿Cómo iba a saber que tiene un short?!" Se gritó internamente.

—Kageyama, pesas—

Tobio aún estaba apoyado sobre los muslos de Hinata, y a ella le comenzaba a doler la presión. Éste se lanzó hacia atrás y cayó de espaldas en el suelo. Hinata volvió a reír.

—Tenemos que volver, de todos modos la campana sonará en seguida— dijo Hinata, de pié, mientras sacudía el polvo de su falda. Y como ella dijo, la campana sonó.

—Odio ese sonido— dijo Kageyama, aún tirado en el suelo, con los brazos sobre su cara.

—Yo también lo odio, pero debemos volver a nuestros salones si no queremos tener problemas— Hinata extendió una mano, para ayudar a su amigo a levantarse.

Kageyama quitó sus brazos de su rostro, se sentó y tomó la mano de Hinata, se levantó más con su propia fuerza, pero no le dijo eso a la chica.

LuNeel: Todos amamos a Cebo-llama♡

Subí dos capítulos seguidos porque el anterior fué muy cortito y éste también. Como un premio, creo.