HAIKYUU!!: Una historia diferente...

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Capítulo 2: Compartir

- Aaahh nuevos miembros...-

Escucharon a alguien hablar por lo que ambos voltearon hacia esa voz que pertenecía a un chico de cabello gris. A él lo seguían varios chicos más, bastantes altos para los ojos de Hinata.

- Esto es genial -

Dijo, lo suficientemente alto como para que uno de ellos (uno de cabeza rapada específicamente) la escuchara. Éste paró en seco y se dedicó a mirarla de pies a cabeza, Hinata se asustó e inconscientemente rápido se puso detrás de Kageyama.
Enseguida todos dirigieron su atención hacia ella ya que, era la única chica en el lugar hasta el momento, y Hinata no era nada fea después de todo. Pues solo un ciego pasa desapercibido a una cabeza naranja con ojos color miel y una figura pequeña, bonita y adorable.

- Tanaka quítate, la asustas menso - dijo un chico moreno a la vez que empujaba al de cabeza rapada, lejos de los de primer año.

- ¿Ustedes son los nuevos de primer año? Eemm Kageyama y...-

Pero fué interrumpido por la chica que ya salió de su escondite.

- ¡Hinata Shoyo! ¡Estoy aquí para ser manager y aprender a entrenar a grandes equipos de voleibol! ¡Por favor cuiden de mi!-

Acto seguido hizo una reverencia solo con la cabeza, con ambos brazos perfectamente rectos a los costados mientras cerraba los ojos muy fuerte.

- ¿Qué? ¿Ya te rendiste?- dijo Tobio, detrás de ella.

Así que Hinata abrió los ojos, se puso derecha, giró para quedar frente a Kageyama y, con una expresión casi triste comenzó a hablar.

- No me rendí, y ni siquiera se me ocurrió hacerlo, pero, ocurrió algo que ahora no me permite pelear de la manera que lo imaginé.
Me cerraron ese camino así que...- hizo una pausa con un suspiro y giró para ver a los miembros del club que se quedaron en silencio, para escucharla, y prosiguió-... decidí buscar más opciones para dar batalla. Yo amo el voleibol, y sé que el voleibol no es solo estar en la cancha, es más que eso, y yo elegí seguir con ésto, solo que en otra posición, que además no es menos importante que el resto, si lo piensan bien-

Cuando terminó le dió una última mirada a Kageyama, el silencio se apoderó del lugar hasta que la misma Hinata lo cortó, dedicándole una sonrisa a los chicos que aún estaban fascinados y casi al borde de las lágrimas con el corto pero significativo discurso que acababa de brindarles la nueva miembro.

- ¿Y? ¿Cuándo comienzan a entrenar?- 
Preguntó, como si no acabara de dar el mejor discurso de su corta vida.

Aún con toda la explicación, Kageyama seguía en una nube de preguntas que quería hacerle a "la enana", pero no tenía tiempo para eso ya que sus nuevos compañeros tenían que presentarse con él y Hinata, luego procedieron a hacerle unas pruebas a Kageyama, aunque en realidad ya lo conocían de ante mano por unas cosas del pasado, cosas de las que Hinata aún no estaba enterada.

Al terminar el horario matutino del club, Hinata estaba tan felíz que durante las horas de clase se la pasó sonriendo (bueno, eso pasa todos los días) y pensando que ya quería que sea la hora de volver por la tarde.
Esta vez, la suerte estuvo de su lado y las clases terminaron antes porque un profesor faltó.

- Es el primer día y ya tengo una hora libre - se decía a si misma mientras reía y a los saltitos se dirigía al gimnasio, así podría tomar un balón y jugar al menos con la pared (si es que el gimnasio estaba abierto).
Y si, como era de esperarse, el gimnacio estaba cerrado. Soltó un gran suspiro y luego escuchó un ruido que la exaltó, se dió la vuelta para ver de dónde provenía, pero fué en vano, no había nada extraño.
Si bien estaba en la escuela y había muchas personas, en ese momento se comenzó a sentir sola y eso la llevó a tener "solo un poco" de miedo. Y cuando se sentó a esperar que sea la hora de las actividades en el club, de nuevo escuchó ese sonido. Ésta vez con más coraje, se puso de pié y fué hacia el lugar del cual provenía aquel ruido.
Caminó por el pasillo abierto que separa el gimnasio del edificio de la escuela hasta que llegó a la galería de éste, continúo caminando hasta llegar a una de las esquinas y cuando iba a doblar para seguir el camino, una figura dura, oscura y gigante la choca,  haciendo que pegue un grito al cielo por el terror, pero de inmediato una mano, también gigante, le cubre la boca. Ella dirige su vista hacia arriba cuando una voz familiar le dice
-¡Cállate!-
Y se da cuenta de que se trata de Kageyama. Éste quita la mano de la boca de Shoyo una vez que sabe que ya no va a gritar y ella retrocede casi tres metros de distancia en un segundo.

- ¡Rayos! Pensé que eras un asesino, o un oso-

- Aquí no hay osos, tonta -

- ¿Cómo lo sabes?-

-Solo lo sé -

Hinata vió una máquina expendedora a su lado y descubrió de dónde venía ese sonido, pero también encontró lo que para ella en ese momento era un tesoro: Una galleta rellena con mermelada de naranja bañada en chocolate, una galleta que no veía desde hace casi seis años.

- Oye, te estás babeando-

Dijo Kageyama, sacándola de su burbuja. Pero tan pronto como volvió en si, se arrodilló en el suelo para buscar algo en su mochila.

- ¿Qué estás haciendo?- curioso, Kageyama pregunta.

- Dinero- dice Shoyo muy concentrada, mientras casi mete la cabeza para husmear en las profundidades de su no tan grande mochila.

- Solo hay una de esas galletas en la máquina, si no la compro ahora no volveré a comer una así quién sabe hasta cuando- y sigue buscando, pero su rostro de cada vez más desesperación muestra que no hay nada de efectivo a la vista, cosa que Kageyama nota. Así que después de suspirar, siente un poco de lastima por la chica y mete un billete en la máquina para sacar la galleta.

Hinata, al borde de las lágrimas por no encontrar al menos una moneda, mira hacia arriba cuando escucha que Kageyama dice su nombre y de inmediato su casi llanto cambia a una carcajada que le provoca dolor de estómago.

- ¿Ahora qué? ¿De qué te ríes?- Kageyama no entiende nada, por lo que solo se dedica a esperar a que la chica pare de reírse para recibir una respuesta.

- Kageyama lo siento, pero tu buena acción no salió bien-

- ¿eh?-

- Bueno... es que compraste la galleta equivocada-
Hinata trataba de aguantarse la risa con todas sus fuerzas, porque después de todo, éste chico al cual ella llamó engreído y un tipo aterrador, tuvo la intención de ser bueno con ella.

- De igual forma. Estas galletas también las he dejado de ver hace mucho, así que gracias-
Y además de agradecer, Hinata abrió el empaquetado de la galleta e intentó partirla a la mitad para darle un trozo a Kageyama, pero terminó rompiéndola en más de dos pedazos.

- Eh, está bien no importa, toma éste-
Y le extendió el trazo que parecía más decente.
Él, algo tímido, terminó aceptando.
Y como si se hubieran puesto de acuerdo, se sentaron frente al gimnasio a esperar que alguien llegara para abrirlo, mientras disfrutaban del cómodo silencio y sus pedazos de galleta mal cortada.














LuNeel: Cuando se me ocurrió lo de "la galleta equivocada" me pareció muy gracioso, pero ahora que lo escribí... kajdkasj si, me sigue pareciendo gracioso.

DATO: El sonido era provocado por Kageyama, que como todos sabemos, cuando no se decide que leche beber, aprieta más de un botón después de meter el dinero en la máquina. Pero Hinata pensó que él estaba enojado y la estaba pateando o algo así.

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