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Yara seguía durmiendo a pesar de que fuera cerca del mediodía. Como sea, en toda la mañana, Marrero pensó en muchas cosas, sobre todo en las palabras de la muchacha. En su momento no le dio la razón, pero es que era verdad que habían muchas personas viviendo en necesidad, eran tiempos complicados. Y sí, robar no es bueno, pero ¿Y si no había otra alternativa que conociera? Tal vez podía ayudarla, y eso iba a tratar de hacer. Primero lo quería hablar con el señor Tavella o con Alvin, ellos seguro iban a entender.

—Entonces ¿Qué me querías decir?—Lo interrogó el Santiago mayor.

—Bueno...Ehm, lo estuve pensando, quiero ayudar a Yara.

—¿Eh? ¿Te estás escuchando?—Roberto intervino, no es que quisiera decirle qué hacer, pero le parecía algo poco sensato.

—Rober, por favor—Tavella lo hizo callar. Estaba interesado, eso era una sorpresa—Dejá que termine de hablar. Continuá, chiquito.

—Yo todavía no pensé en nada, para ser honesto, recién se me ocurre...—Se llevó la mano a la nuca—Pero me voy a asegurar de que les paguen igual, solo les ruego que me apoyen en esto—Puso ojos de perrito.

—Mmmh...¿Qué tanto podemos confiar en vos?—Topo dudó.

—Al cien, por favor, si los meto en quilombos dejo que me den una paliza, ¡Dale!—Se puso de rodillas.

—Yo creo que si nos pagan sí o sí, no perdemos nada—Alvin sonrió con la mejor energía posible—Es más ¿Por qué no nos vamos a la estancia de Riki hasta que tengamos un plan bien hecho? ¿Quién está de acuerdo?—Entonces, Tavella pareció estar de acuerdo, por sus propias razones aún desconocidas. Topo no estaba seguro, pero si había dinero de por medio, contaban con él.

—¿Riki?—Roberto no lo había escuchado nombrar desde hace algún tiempo—¿Te volviste loco?

—Para nada, estoy seguro de que si vos le explicás la situación, va a ayudar. Es tu hermanito después de todo ¿No? Además hace mucho que no lo veo.

—Bueno...—Suspiró, iba a ser una buena oportunidad para tratar en enmendar algunos errores—Sí, vamos con él.

• • •

Cuando Yara se despertó, lo primero que hicieron fue comentarle el tema.
Ella no lo creía al principio, imagínate que los mismos que te amarraron y que planeaban entregarte a la ley(?) ahora, así de la nada, te dicen que te van a ayudar. Pero la parte que más desconfianza le dio, fue el hecho de que la fueran a llevar a la casa de un desconocido.

Se iba a negar rotundamente a recibir su "ayuda", pero entonces escuchó las palabras de Marrero, ahí se dio cuenta de dos cosas. La primera, es que la idea había sido de él; lo segundo, es que su deseo por ayudar era genuino.
¿Acaso él había sentido lástima por Yara? La verdad es que a Yara no le gustaba mucho la idea de que le tuvieran lástima, ella nunca fue ese tipo de persona, pero bueno, ahora mismo estaba en una situación algo pegajosa, desesperada y cualquier cosa que la pudiera hacer salir de eso, le era útil. Finalmente, les dijo que sí.

Yara por fin pudo montar a su yegua otra vez y así viajar más cómodamente.

—¿Y cómo terminaron trabajando para esa familia de imbéciles?—Preguntó al cuarteto y después miró a Marrero—Menos vos, vos no estás tan mal—Este le devolvió la mirada pero confundido, no sabía cómo tomarse lo que había escuchado.

—Queríamos guita—Le explicó Tavella—No hay otra explicación más interesante, por si era eso lo que buscabas, querida.

—Antes también perseguíamos delincuentes, pero por nuestra cuenta—Agregó Roberto, entonces prosiguió en un tono un poco más sombrío:—El problema es que obviamente no ganábamos nada.

—Ah, bueno—Yara asintió—Creo que es entendible, en este momento, parece que en Tajo la plata es todo...¿Saben si en Tungaleja están un poco mejor las cosas?

—Mirá, no nos animamos ni a poner un pie ahí—Contestó Alvin—¿Qué sé yo? Cinco, seis años atrás estaba bueno pero ahora está jodido.

—O sea que no da para irme allá—La chica miró las riendas en sus manos, pensativa, iba a tener que descartar esa idea.

—Mirá, nena, ya te dijo el Marrero que va a pensar en algo, vos dejalo en nuestras manos—Le dijo Tavella con intención de que se calme—Eso sí, no vuelvas a robar una vaca o lo que se te ocurra nunca más en tu vida porque ya una segunda vez es mucho.

—Hm, bueno—Asintió, era mejor mantenerse obediente, a ver si metía la pata y cambiaban de opinión—¿Y quién es ese tal Riki?

—Es el hermano de Roberto—Le dijo Alvin con prisa, ni siquiera dejando hablar a Roberto—Considerando tus acciones, por ahí puede llegar a ser un poco duro al principio, pero después vas a ver que lo vas a adorar.

—Dudo que pueda llegar a ser muy amable—Replicó Roberto—Te recuerdo cómo fue la última "plática" que tuvimos.

—Ay, Rober—Tavella se rió—No fue para tanto, seguramente ya se olvidó.

—Esa discusión puede ser, pero del resto, no creo que sea tan así.

—¿Hm?—Yara hizo un gesto dando a entender que estaba pidiendo el contexto.

—Mi hermano solía trabajar con nosotros—Empezó Roberto—Hubo una diferencia y tomamos distintos caminos. Ahora Topo ocupa su lugar, eso obviamente lo empeora.

—Ah, bueno—Miró a Topo de reojo, se dijo para sí misma el cómo esperaba que su presencia no provocara que todo no fuera de mal en peor.

—¡Carrera hasta aquel árbol!—Exclamó Alvin señalando aquella planta y entonces el caballo que montaba echó a correr.

Yara, al ver que Marrero y Topo lo seguían, no se quiso quedar atrás:

—¡Bo, esperen!

Tavella, prefirió ir a la par con Roberto, que no pensaba seguirles el juego, parecía estar demasiado concentrado en sus pensamientos.

—Tenés miedo ¿No?—Interrogó a Musso.

—Para nada—Roberto estaba inexpresivo, pero el tono de su voz y su postura eran suficiente para saber que mentía.

—No te compliques mucho, Robertito. Yo digo que va a salir bien y yo siempre tengo la razón—Quiso alegrarlo con éxito, pues el más alto esbozó una media sonrisa.

•Bandido• (Cuarteto De Nos) [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora