Ignorancia

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Severus estaba realmente furioso, nadie en todos sus años en Hogwarts le había hecho enojar tanto. Por lo general ahora estaría disfrutando de una taza de café mientras intimidada a los nuevos primeros años (aunque claro, con sus serpientes sería una cosa muy distinta) sin embargo, se encontraba camino hacia Privet Drive en busca del estudiante más problemático y fanfarrón de todos. A opinión de Severus esto pudo haberse evitado si el viejo loco de Dumbledore hubiera mandado a alguien competente en lugar de a Hagrid cuando no se habían respondido las cartas de aceptación que se habían mandado.

El semigigante era bueno y en general agradable pero un poco tonto, había llegado a Hogwarts hace un mes diciendo que los familiares del mocoso irían con el al callejón Diagon a comprar sus útiles escolares y luego lo llevarían a la estación para que tomara el tren. Algo era seguro, Potter no se había presentado en el banquete ni la ceremonia de selección, por lo cual Dumbledore lo había mandado para recogerlo. Todavía no veía al chico y ya lo odiaba más que a nada, después de todo debía parecerse a su padre, ¡un maldito cerdo!. Ya tenía suficientes problemas con un par de gemelos pelirrojos como para que el mocoso se sumará a ello.

Aún así, debía mantener la promesa que le había hecho a Lily de cuidarlo, lo había jurado por su amor hacia ella y planeaba honrar su memoria. El chico les había hecho un gran favor a todos al terminar con el señor oscuro, pero no era motivo para ser engreído y mimado, y si era necesario el se ocuparía de que lo entendiera.

Llego a la casa antes de la hora del desayuno listo para poner a un mocoso engreído en su lugar. Nunca se imagino que podía estar más lejos de la realidad, nada lo podría haber preparado para lo que estaba apunto de averiguar.
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Sus delgados brazos se mantenían aferrados a la único objeto existente de sus padres (o su madre para ser exactos) un viejo diario de su madre cuando estaba en la escuela que había encontrado una vez cuando tenía 4 años y tía Petunia lo había puesto a limpiar el ático para hacer espacio para los viejos juguetes de Dudley y poder poner los nuevos en su habitación de juegos.

En una caja vieja en un rincón oscuro encontró varios libros interesantes, pergaminos con lo que parecía ser trabajos escolares, frascos de tinta vacíos y plumas rotas, y finalmente el diario. Contenía notas y recetas de lo que parecían ser un tipo de brebaje medicinal, también había notas de su día a día donde se mencionaban un par de nombres de sus amigos.

El más común era Severus, un buen amigo pensó el, si tan solo ella siguiera aquí con él, quería saber más de ella y de su padre, se prometió que si algún día podía salir de esa casa encontraría a Severus para poder conocer más de sus padres. Además sería agradable convivir con alguien más además de sus tíos. Había pasado su tiempo libre en su armario leyendo los libros que había encontrado mientras tía Petunia estaba en la casa de alguna vecina, su tío estaba trabajando y su primo en la escuela. El habría dado lo que fuera para poder asistir a la escuela pero sus tíos no lo habían dejado, aprendió a leer y escribir con los viejos libros del jardín de niños de Dudley y le había resultado fácil, pronto había devorado todos los libros escolares dentro de la casa en periodos de tiempo lo suficientemente cortos como para que nadie notará su ausencia. Harry era brillante y a pesar de eso no lograba entender del todo un par de los libros que había encontrado.

Uno que había podido entender era de las propiedades de plantas e ingredientes para los brebajes que preparaba su mamá, era tan fascinante que se convirtió en su libro favorito y lo leía siempre a pesar de saberlo de memoria y de no haber oído a alguien más hablar de ellos nunca. Otro explicaba el significado de símbolos raros y los principios de Lenguas antiguas, al final aprendió que los símbolos se llamaban runas.

Uno que no había podido comprender del todo parecía ser de matemáticas avanzadas, no había tenido problemas con el tema en absoluto hasta el momento. Parecía haber ecuaciones sin sentido aparente sin resultados como tal, si no que al final tenía palabras como "para protección" o "desilusionador" cosa que no acababa de entender.

EN SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora