Desde el día en que Harry durmió con el profesor Sanpe los gemelos estaban el doble de protectores con el, en las comidas uno lo sentaba en sus piernas mientras el otro le daba de comer en la boca, de camino a clases lo cargaban por los pasillo aunque no estuviera cansado, y no permitían qué nadie se le acercara sin antes estar ellos de acuerdo.
Los gemelos evitaba a toda costa qué Harry tuviera la más mínima molestia y al pequeño le encantaba. Nunca en su vida había sido importante para nadie más y ahora los pelirrojos se preocupaban hasta de que sus zapatos estuvieran bien atados, una sensación indescriptible lo invadía al verse tan rodeado de cuidados.
El profesor Snape también estaba vigilandolo más desde ese día, se aseguraba de que la comida que consumía tenia los nutrientes qué requería, se asuguraba se que tomará sus posiones a tiempo todos los días, le realizaba constantes cheques para ver que los ejercicios que debía realizar para ganar un poco más de fuerza y resistencia en los huesos y músculos.
Para el pequeño niño era un poco abrumador verse tan cuidado después de tantos años de negligencia pero lo disfrutaba y tomaba cada muestra de cariño y cuidado como si fuese la última. Faltaba poco para Halloween y todos estaban anciodos por el banquete de celebración pero a el no le entusiasma a tanto, el sabia que esa era la fecha en que habían muerto sus padres y no sabía que sentir. Nunca pudo ir a pedir dulces como su primo y generalmente eso significaba uir de un Duddley más iperactivo de lo normal así que desde un principio no le gustaba.
Pero sus padres no eran las horribles personas que le habían dicho, si no que habían muerto para protegerlo. De alguna forma se sentía mal por sus muertes y por el hecho de no haber podido conocerlos. Por primera vez en su vida se sentía triste por su muerte y no sabía como manejarlo.
Snape por otro lado se encontraba nervioso, había pasado el último mes y medio entre abogados y acesores legales junto con Lucius. Habían cubierto todas las áreas posibles por las que podrían no darle la custodia de Harry.
La casa en Escosia qué había comprado necesitaba un par de reparaciones y mantenimiento, el jardín trasero y el frontal habían sido pulcra mente arreglados, puso una pequeña serca en el jardín trasero qué de limitaba el espacio donde planetaria ingredientes de pociones y en el frontal había colocado un columpio en gran arbol de roble y lo aseguro con magia además de acolchar el sueño de alrededor, también coloco una resbaladilla y una pequeña portería de futbol. La casa había sido amueblada poco a poco, los cuartos habían sido equipados con camas, closets, repisas, libreros y un escritorio, el suyo tenia una decoración neutra y elegante al igual que la de invitados, mientras la de Harry estaba siendo llenada de colores y juguetes, las paredes tenían el fondo verde con imágenes de dragones, hipogrifos, fénix y pegasos qué revoloteavan haciendo piruetas con un hechizo de animacion. El techo tenia un una lámpara con un movil qué proyectada sombras de estrellas y lunas alrededor de la habitación qué usaría si Harry quería dormir con la luz ensendida. La repisas se llenaban lentamente con cuentos y libros infantiles a diferencia de las suyas qué estaban repletas de libros de pociones y hechizos avanzados. El suelo estaba tapizado con una alfombra beige suave y cálida, había comprado prácticamente un zoológico de animales de felpa qué adoraban la cama con sábanas azul pastel y motivos de snitches doradas qué también se movían. También había comprado múltiples juguetes, entre ellos un rompecabezas de Hogwarts qué mostraba en tiempo que hacía alrededor del castillo, un set de pinturas con un pequeño caballete y varios lienzos, una réplica en miniatura del expreso de Hogwarts con vías suficientes para darle la vuelta al cuarto tres veces, un ajedrez mágico, y un pequeño piano a la medida de Harry. La cosina aun no tenia ningún alimento puesto que faltaba mucho para que habitaran la casa y no quería que nada se dañara, pero había comprado una vajilla de porcelana blanca con motivos negros y dorados, varios sarten es y hollas, un set de cubiertos y un juego de te, también había comprado una pequeña colección de tazas qué parecían no encajar con el estilo sobrio de todo lo demás pero que pensó que le gustarían a Harry, todas eran animales, había una con un dragon qué tenia un hechizo para mantener las cosas calientes, otra de un gato cuya colá se movía, e incluso una de un unicornio cuyo cuerno brillaba cada vez que la utilizaba. La sala tenia un juego de sillones de diferentes tamaños tapizados en terciopelo negro y una mesa de centro de caoba oscura, libreros con todo tipo de libros se alzaba a los costados de la habitación y un pequeño estante con más juguetes para Harry. Equipo el sótano con todo lo que un laboratorio de posiones necesita y limpio el ático mientras decidía qué hacer con el. Tambien se había encargado de comprar suficientes toallas para el baño y una alfombra con hechizo de secado inmediato, en canto el espejo para que nunca se empañar y el piso para que el agua que cayera se desvanesiera inmediatamente. Encanto las escaleras un hechizo de amortiguacion y antiderrape, las puertas para que lo alertaran cada vez que alguien salía o entraba a la casa, así como a la cosina, el sótano estaba protegido para que nadie más que el pudiera entrar y puso protecciones alrededro de la propiedad para que nadie qué no fuera invitado por el o por Harry pudiera pasar. Realmente se había esforzado por hacer de la casa el lugar perfecto y seguro para un niño.

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EN SILENCIO
Fiksi PenggemarEl abuso de los Dursley fue demaciado para Harry. A corta edad se da cuenta de que gritar no sirve para nada así que deja de hacerlo ¿Quién va a extrañar su voz de todas formas? Nadie se espera que el murciélago de las mazmorras y un par de demonios...