Más allá de mis sueños

Vigilia

Krist se sentía de maravilla, corría por los pasillos de la estación de televisión y lo mejor era que a pesar de que había mucha gente, con escaleras, cajas, vestuarios, ninguna podía llegar a tocarlo, es más, resultaba imposible que alguno de ellos lo tocara a menos que el así lo quisiera.

Es tan genial el poder de Samantha, dios, lo hubiera pedido antes y se hubiera salvado de tantos castigos, se rio por sus pensamientos antes de detenerse frente a una enorme escalera, se mordió el labio, no estaría mal, probar….

Se volteó a ver que nadie estaba cerca antes de arrojarse hacia adelante, de pronto sintió como su cuerpo se giraba en una postura en la que sus piernas se clavaron al piso y le impidieron caerse.
Se quedó pasmado unos segundos antes de alzar los brazos en señal de victoria, aquello había sido impresionante, quizá sería muy diferente en otras circunstancias, y si ahora intentaba otra cosa….

Su celular comenzó a vibrar, él lo tomo instintivamente y respondió sin fijarse de quien se trataba.

- ¿PODRIAS DEJAR DE HACER ESAS ESTUPIDECES? – la voz de su prometida lo sobresalto – DEJA DE PROBAR LOS LIMITES DE MI PODER O TE LO QUITARE Y DEJARE QUE TE ROMPAS UNA PIERNA.

Krist suspiro, si la chica le hablaba es porque se pasaba de la raya, pero es que era tan divertido que no podía evitarlo, es como si su cuerpo le pidiera acción, adrenalina, el estar sentado le impacientaba, era….

- Ahora entiendo porque tienes la maña de estar detrás de la gente de un lado a otro y aventárteles encima – murmuro apenado caminando de regreso a su camerino – Siempre creí que era un defecto de tu personalidad, pero es tu poder – sonrió – Gracias por compartirlo conmigo.

Saludo a los estilistas que dejaban su ropa en el cuarto, miro las prendas y supo por instinto que si P Sing estuviera ahí, la ropa sería un poco más elegante, sería algo que le haría ver espectacular y único, ya que para su líder, él era especial.

Recordó la noche anterior, si no fuera por la estúpida visión él podría haber llegado a un nuevo nivel con el mayor, y a la vez agradecía la interrupción, ya que no tenía la menor idea de cómo sería su relación después.

- Hice algo verdaderamente idiota – comento dejándose caer en el sillón, inflando las mejillas – Casi dejo que…. -  apretó el puño libre – Casi dejo que P Sing me hiciera el amor….
Sam sintió como todo el aire de los pulmones se le iba y sus piernas no podían mantenerla más de pie, se apartó del celular y fue a sentarse a una esquina en donde nadie la vería, o eso esperaba.

La noticia le afectaba, pero no emocionalmente, ya que ella jamás ha sentido amor romántico hacia Krist, lujuria si, sin embargo eso sí significaba un cambio, un cambio que no sabía si él estaba dispuesto a aceptar de pronto.
También estaba el detalle de que ella no era nadie para regañarle o exigirle, por el contrario, nunca imagino que el poderoso Kristtps alguna vez le confiara sus temores, y por esa confianza tenía que comportarse como una amiga, y los amigos debían decirse la verdad.

- Kity, sabes que esto no es una aventura de una noche…. – soltó sin pensar porque era lo menos dañino que podía decir, al otro lado de la línea solo se escuchó la respiración de su prometido – Esto no es como tus otras conquistas, no estamos hablando de que con solo una noche bastara...

“Lo sé” fue la vaga respuesta  que recibió, Samantha quería gritarle y hacerle ver, porque no se tragaba que el otro realmente estuviera consiente de los riesgos a los que estaba a punto de involucrar a Singto.

- Sabes que es lo que creo – su voz sonó firme y segura – Creó que te engañas a ti mismo, realmente quieres creer que Singto será como los otros y otras con las que has estado – se puso de pie al sentir que alguien llegaba y se alejó del lugar, sin darse cuenta de que el líder la observaba intrigado y la seguía sin hacer ruido - ¡P Singto no es un juguete de paso, Krist! – le grito enojada dándole una patada al piso.