Más allá de mis sueños

Sopor

Después del incidente dentro del salón de prácticas, los chicos llevaron a Singto casi cargado hacia la oficina del presidente para asegurarse de que Krist solo estaba jugando con ellos, pero el CEO les confirmo la noticia con una cara seria.

- Quizá hay tomado la decisión porque aún no sabe cómo superar el duelo – comento el presidente cruzándose de brazos – Hay que darle un tiempo para aclarar las ideas y mientras ustedes se harán cargo de las promociones y se repartirán su trabajo.

Debido a que se notaba que el líder no se encontraba dispuesto a ser quien se encargada del nuevo horario, Tay tuvo que asumir su papel como el mayor de todos y junto con el CEO comenzaron a ver quiénes podían sustituir al menor y como harían las entrevistas pendientes sin levantar sospechas.

Porque, aunque los miembros de la compañía conocían del luto de los chicos de OTP%, ya que, por extrañas razones, todos parecían conocer a Samantha y todos ellos la habían llegado a querer debido a su facilidad para convivir con los demás, eso no significaba que la noticia llego a oídos externos.

El CEO no quería crear rumores acerca de la muerte de la chica, ya era suficientemente malo el ambiente dentro del grupo, la repentina ida de Krist, y si las fans se enteraban de que era por la muerte de una mujer cercana a ellos, empezarían a hacer revueltas fuera de la compañía para conocer los detalles.

Singto era consciente de que los demás le miraban de vez en cuando para asegurarse de que siguiera ahí, sin embargo, todo le era ajeno, el solo podía recordar las últimas palabras que su amor le había dedicado antes de irse.

“No puedo verlos, no soporto verlos, especialmente a ti, Singto, ante mis ojos no eres más que un asesino”

Sintió que el aire que respiraba se convertía en fuego ya que los pulmones comenzaron a dolerle intensamente junto a la sensación de lágrimas, pero no quería llorar, él era el gran Singto Prachaya, el líder de la famosa y exitosa banda OTP%, quien no se dejaría vencer por esas tonterías.

Pero era muy fácil pensarlo que hacerlo, ya que el tener la resolución de no dejarse vencer no hacia menos doloroso el recuerdo, la convicción de que afrontarían ese problema no era lo suficientemente fuerte para impedir que sintiera lastima de sí mismo y pensara que su Kit tenía razón y que era un asesino.

Por primera vez desde que debutaron él no estaba haciéndose cargo de las modificaciones de las agendas, no era el perfeccionista que tanto les causaba gracia a sus compañeros, no, en esos momentos Singto ya no era Singto, sino una huella lamentable de lo que alguna vez fue y que quizá no recuperaría.
Y todo se debía al profundo y prohibido amor que sentía por Krist, si nunca se hubiera enamorado de él, quizá ahorita estaría afectado por su repentina renuncia, pero sería capaz de serles útil a los demás.

El que necesita de vacaciones eres tú, siempre estas al pendiente de todo y a pesar de que los demás salen de viaje a descansar, tú prefieres quedarte para trabajar en nuevas canciones y en nuevas melodías.

Si, lo mejor sería pedir un gran descanso, tal vez de esa manera se sentiría mejor y podría afrontar la realidad que por el momento se negaba a meditar aunque fuera un poquito, simplemente no tenía cabeza para eso todavía.

Su celular vibro en su bolsillo izquierdo sacándolo de sus pensamientos, como si hubiera salido de un trace, se quedó varios segundos contemplados a su alrededor ya que se le había olvidado donde estaba, después rodo los ojos al recordar que el presidente organizaba un nuevo horario.

Saco el celular y vio con la boca bien abierta que el remitente era Samantha, pero eso era imposible porque la chica estaba muerta, ¿verdad?

Abrió el texto y leyó lo siguiente: “Singto necesito hablar urgentemente contigo. Nos vemos en el departamento en 15 minutos”
Con una fuerza desconocida para él se puso de pie de inmediato, estaba experimentando una mezcla de emociones muy fuertes, entre ellas la alegría de saber que la chica podría estar viva y el alivio de saber que todo podía ser una pesadilla o una broma muy pesada