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Había comenzado a sudar, pero no sentía calor. Su cuerpo temblaba, sus dientes rechinaban, pero el sudor seguía resbalando por su frente como si llevase un rato haciendo ejercicio. Afianzó su agarre sobre el bolígrafo azul con el que escribía, intentando así sentir que tenía un poco de control sobre su estado. No obstante, la situación no dejaba de empeorar poco a poco. Al cansancio y al dolor de cabeza se había unido un malestar que parecía haber sido capaz de cortarle el cuerpo, y cuanto más frío tenía, más parecía sudar.

Entrecerró sus ojos para tratar de darle nitidez a su visión, pero un suspiro cansado salió de entre sus labios cuando se dio cuenta de que no tenía sentido hacer eso. Desde hace unos segundos, había empezado a ver algo borroso y comenzaba a marearse. Se sentía exageradamente sensible y solo quería cerrar los ojos y descansar. Intentó respirar hondo, de nada le servía preocuparse en esos momentos. El plan era sencillo, cuando diera el receso, llamaría a su hermano mayor y le explicaría la situación. Si Sehun podía sacarlo del instituro entonces volvería a su casa y descansaría. Si no podía, no le quedaba otra de esperar a que las tres horas siguientes mejorase milagrosamente. O encerrarse en la enfermería, pero tenía miedo de que una vez allí, alguien quisiera remover la venda que tenía en su muñeca.

- Señor Na, ¿se encuentra bien? - preguntó una voz femenina.

Supuso que se trataría de la profesora. Antes del descanso, tenían clase con la profesora Im. Intentó asentir, pero al mínimo movimiento de su cabeza, todo empezó a moverse frenéticamente. Sus manos se volvieron puño mientras intentaba controlar su respiración.

- Señor Huang, vaya rápido a por el enfermero - escuchó como pedía la misma voz -. ¡Corra!

El fuerte rugido de la silla de Renjun arrastrándose sobre el piso solo consiguió que sintiera que su cabeza iba a estallar. Casi sentía que podía echarse a llorar en ese momento, como un pequeño niño que necesita de sus padres. Sin embargo se contuvo, manteniéndose con sus ojos cerrados y centrado, lo máximo que pudiera, en la respiración. Si conseguía calmar esta, podría tranquilizarse. O al menos, eso es lo que se repetía como un mantra.

- Jaemin - escuchó que alguien lo llamaba, pero ya ni siquiera pudo diferenciar si se trataba de algo real o de una alucinación -. Tranquilo, Jaemin.

Tocaban su rostro. Su frente, sus mejillas. Sostenían su barbilla y escuchaba voces difusas, casi como ruido que procedía de todas partes. Intentaba enfocar a las personas que se habían colocado frente a él, pero todas eran manchas. Era incapaz de reconocer siquiera un rasgo facial en ellas.

Para cuando todo se hizo oscuro a su alrededor, solo pudo notar que alguien lo sostenía. Eso estaba bien, se sentía protegido y cuidado. Alguien lo sostenía y, de alguna manera, sentía que esa persona no lo dejaría caer. Aunque quizás, todos aquellos pensamientos y sensaciones estuvieran relacionadas al hecho de que era una de las pocas veces que alguien lo asistía mientras estaba enfermo.

Desde que estaba solo con su hermano, nunca había querido preocuparlo. Sehun nunca debía enterarse de que él no estaba bien. Él no quería ser una molestia para su hermano mayor.





Para cuando volvió a abrir sus ojos, ya no se encontraba en el aula. Mantuvo sus ojos fijos en el techo que, alguna vez, supuso que fue blanco. Ahora parecía que la falta de limpieza durante años había hecho mella en el color, que pese a no dejar de ser blanco, tenía ciertas tonalidades marrones y grisáceas ahí y allá. Su cuerpo seguía sintiéndose pesado, pero la horrible sensación anterior parecía haberse quedado atrás.

- Por fin despiertas.

Giró su cabeza lentamente hacia donde provenía aquella voz. Era masculina y grave, le gustaba pero no la reconocía. Aunque estaba seguro de haberla escuchado antes en algún momento. No esperaba, sin embargo, encontrarse con una amplia espalda. Frunció el ceño.

- Estoy en la enfermería - susurró.

Su voz sonaba bastante más gruesa de lo normal, posiblemente por el tiempo que estuvo "dormido".

- Vaya, sí que eres un genio. Tal y como todos dicen.

- No eres uno de mis amigos - volvió a decir Jaemin.

- Ahí, tienes razón. Pero uno de tus amigos quiso que yo me quedase mientras iba a entregarle una cosa a un profesor - explicó -. ¿Has visto la suerte que tengo? Justo me pilló cuando despertaste.

Jaemin no había alejado su mirada de la espalda ajena, a la espera de que el chico decidiera girarse de una vez. Su voz cada vez se le hacía más familiar, pero él estaba seguro de no conocer a nadie que cumpliese con las características de aquel joven. No era tan alto como Lucas, tampoco podía ser uno de los amigos de este, ninguno de ellos tenía una espalda tan amplia, y Renjun estaba completamente descartado. Suspiró. Estaba claro que el desconocidod no pretendía encararlo.

- ¿Es Lucas? - preguntó.

- ¿Lucas? ¿Qué tiene que ver tu novio aquí?

- ¿No es él quien te ha pedido que te quedes? - preguntó confundido.

- Por supuesto que no. Cuanto más alejado se mantenga de mí, mejor - confesó -. Estoy aquí por Renjun.

- ¿Renjun?

Finalmente, el pelinegro se giró. Sus facciones masculinas y sus profundos ojos negros sorprendieron a Jaemin. ¿Qué hacía Lee Jeno en la enfermería con él? Bueno, no era como si no se lo hubiera dicho ya. Renjun se lo había pedido, pero para Jaemin que Lee estuviera allí era muy incómodo. No se llevaban bien, mucho menos eran amigos. Ambos conocían a Renjun y ese era su único vínculo.

- Renjun lleva ignorándome casi un mes. ¿Pretendes que crea que ha estado aquí?

- Sí - comentó Jeno encogiéndose de hombros -. En realidad, me da igual si lo haces o no. No tengo razones para mentirte y mucho menos me preocupa si me crees o no.

- ¿Dónde está mi teléfono? - preguntó.

Jeno señaló a la pequeña mesa que se encontraba al lado de la camilla. Ahí se encontraban algunas cosas preparadas para cuando Jaemin se despertase. Entre esas cosas, su teléfono. El enfermero entendía que quisiera avisar a su familia después de lo ocurrido. Aunque a Jaemin no se le pasó ni una sola vez por la cabeza el nombre de su hermano mientras buscaba entre sus contactos hasta encontrar el que quería.

Lucas.

The couples game [NoMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora