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Se suponía que los últimos días del mes debían ser los más sencillos. Con el mes, se debía acabar esa falsa. Sin embargo, todo parecía cada vez más complicado. Cuando se reunían, podía sentir todas las miradas de sus compañeros en ellos. Algunos señalaban sus manos unidas, otros las sonrisas que se dedicaban. Habían cumplido con todo lo que debían hacer para convencer a sus compañeros de que entre ellos existía algo. Quizá se esmeraron demasiado, ya que si de normal los miraban cuando estaban juntos, cuando no lo estaban, todo el mundo parecía tener una opinión sobre ellos. Como en ese momento, en el que Jaemin se encontraba sentado con Lucas en la cafetería.

Sus movimientos se habían vuelto mecánicos, y apenas podía escuchar lo que su amigo comentaba. Sabía que se estaba quejando de uno de sus profesores por haber mandando demasiados trabajos para una misma fecha de entrega. No le sorprendía, era el modus operandi de la mitad de los docentes del centro. Mandaban lo suyo sin importar la situación de sus alumnos, o cómo el exceso de trabajo podría afectar en el desempeño de los estudiantes y en su salud mental. Pero a la suya no le podría importar menos los profesores, o sus para nada razonables tareas, porque toda su atención se centraba en todas las miradas que parecían estudiarlo. Era como si todo el mundo estuviera esperando a que hiciera algo que no debía... Apretó un poco más su desayuno, intentando disimular cómo sus manos habían comenzado a temblar. Si dejaba que su cuerpo fuera vencido por la presión que ejercían sus compañeros sobre él, estaba seguro de que se le cerraría el estómago y ya podría comer nada.

- Jaemin, ¿estás bien?

Levantó su mirada, encontrándose con los ojos de Yang yang bañados en una inmensa preocupación. Se forzó a asentir. Sabía que podía contarles cualquier cosa, que ninguno lo juzgaría y que, definitivamente, esa no era la peor situación en la que lo veían, pero en ese momento, y en ese lugar, no se sentía capaz de expresarse. Le faltaba la libertad, ese pequeño espacio de privacidad que por derecho debería tener cada persona. Con tantas miradas, dudaba que pudiera hacer o decir cualquier cosa sin que esta se notase, o fuese interpretada de formas que ni él mismo era capaz de imaginar.

Cada día condenaban a personas por diferentes razones, y a cada cual era más vana que la anterior.

- No lo pareces - murmuró Renjun. Fue en ese momento en el que se dio cuenta de que él también estaba ahí -. ¿Es por la atención?

- No han dejado de mirar a la mesa, ¿verdad? - preguntó Yang yang.

Lucas frunció el ceño, como si acabase de notar todas esas miradas sobre él. Bufó antes de levantarse. Su silla chirrió al ser arrastrada por el suelo, y consiguiendo que nadie apartara la mirada de ellos, como si aquella acción les hubiera dado una nueva justificación para estar estudiándolos.

Sin embargo, Lucas no pareció verse intimidado en ningún momento y paseó su mirada por cada uno de ellos. Algunos eran incapaces de sostenerle la mirada, mientras que otros la mantenían, aunque estos eran los que menos. A ninguno parecía gustarle el saberse descubiertos en su "maravilloso" y "discreto" trabajo como detectives.

- ¿Tienen algún problema? - preguntó. No necesitó alzar demasiado la voz, todo parecía haberse parado - ¿Es porque somos demasiado guapos que no pueden apartar sus miradas de nosotros? ¿No debería darles vergüenza? ¿Qué se supone que esperan ver? ¿Creen que si fuéramos algo más que amigos, lo demostraríamos aquí delante? - bufó - ¿Es que no han visto el promedio de Jaemin? ¿Eh? ¿Se creen que alguien con ese promedio sería tan tonto? ¿No se aburren de ser unos payasos?

La sala se quedó en completo silencio. Al menos, hasta que Lucas se sentó de nuevo en su asiento, reiniciando las infinitas conversaciones que se abrían en la cafetería. Yang yang dejó caer su cabeza sobre sus brazos mientras un suspiro escapaba de entre sus labios. Si el primer mes había sido una locura de rumores, el segundo mes estaba siendo horrible. Y la idea de empezar los siguientes que les faltaban casi los asfixiaba.

- Lo has empeorado - comentó Renjun, no demasiado cómodo.

- He protegido a mi amigo, que es lo importante. Aunque no creo que puedas entenderlo.

- Me preocupo mucho por mis amigos, gracias por preguntar.

- ¿Seguro? - bufó Lucas - No lo parecía hace un mes, o hace una semana.

- Tú no sabes nada...

Jaemin posó su mano sobre el antebrazo de Lucas, consiguiendo atraer la atención de este. Sacudió su cabeza. No merecía la pena una nueva pelea. Mucho menos ahora que la cafetería parecía haber dejado de prestarles atención. Era su momento de paz y, realmente, quería disfrutarlo.

Aunque esto no duró demasiado. Las puertas de la cafetería se abrieron con una fuerte sacudida, haciendo que todo el mundo prestara atención al estudiante que cruzaba la cafetería a grandes zancadas. Jaemin no apartó los ojos de él. Ya ni le sorprendía que hubiera llegado para arruinarlo todo, como siempre. Parecía que había esperado a que la calma se asentase para hacer su entrada triunfal. Una que, definitivamente, no era demasiado bienvenida para Jaemin. Pero no debía dejar que se notase.

- ¿Jeno?

El primero en hablar fue Renjun, quien lo miraba con cautela. No obtuvo respuesta alguna, ni siquiera una mirada. Sus oscuros ojos estaban fijo en los de Jaemin, como si de los polos opuestos de un imán se tratase.

- ¿Por qué tienes que complicar tanto las cosas? - se quejó Jeno. No hacía falta decir que Jaemin no entendía nada de lo que estaba pasando - Habíamos conseguido que todo fuera genial, ¿por qué tenías que echarlo a perder?

Jaemin frenó el intento de Lucas de levantarse haciéndolo él mismo. Decir que estaba confundido por la actitud del contrario era poco. Jaemin sentía como si de repente lo hubieran colocado en medio de un drama al que no quería pertenecer. A su alrededor no dejaban de pasar cosas que no entendía, y esta actitud de Jeno solo era la última en unirse a este grupo.

- ¿De qué estás hablando?

- No alces la voz, podrían escucharnos - regañó.

- Oye, no vas a decirme lo que tengo que hacer.

- ¿En serio soy el único que se preocupa por el estúpido club? Mira, si no quieres entrar genial. Pero deja de ponérmelo a mí más difícil. Se supone que esto es cosa de dos.

- ¡No entiendo de qué estás hablando!

Y de repente, todo pasó muy rápido. Cualquier cosa que fuera a reclamar quedó en el olvido. Sus ojos se abrieron demasiado, sin poder apartarlos de Jeno. Al contrario que él, este se encontraba con los ojos cerrados. Sus manos sostenían su cara, en un agarre fuerte pero delicado. No podría moverse, pero tampoco le haría daño. Y sus labios estaban unidos a los suyos.

Lee Jeno le estaba besando. Ahí, en ese momento, en medio de la cafetería. Lee Jeno, su novio falso, acababa de robarle un beso que no le pertenecía. Un beso que había quedado totalmente prohibido cuando repasaron las normas de cada uno. Jaemin sentía que su alma estaba dejando su cuerpo en esos momentos. Pero no tuvo tiempo a reaccionar, ni siquiera a pensar en todo lo que conllevaba aquel beso.

Jeno ya se había separado y ahora, con su mano alrededor de su muñeca, lo jalaba fuera de aquel lugar. Un lugar donde pudieran estar más tranquilos, tener algo de privacidad.

Posiblemente un sitio en el que nadie los escucharía pelearse.


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¿Cómo han conseguido que la historia llegue a 5k ya?

Se suponía que este capítulo debía haber estado subido hace un tiempo, mucho mejor escrito. Pero adivinen quién pilló el COVID y todavía sigue confinada...

Sí, soy. En fin, cuídense mucho. Nos leemos en el siguiente capítulo, en el que además, creo que se dirá ya quién es la siguiente pareja por un mes de Jaemin.

¿Quién creen que será la tercera pareja de Jaemin?

¿Y la de Jeno?

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2022 ⏰

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The couples game [NoMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora