-003-

419 61 5
                                    

Revisó una vez más la hora en su teléfono. Apenas había pasado un minuto desde la última vez. 17:47. Bloqueó de nuevo su teléfono para poder guardarlo. Estaba sentado en una de las bancas de la entrada del instituto. Renjun no había aparecido todavía, aunque era normal. Habían quedado en tres minutos. Suspiró mientras se dejaba inundar por la canción que sonaba en sus auriculares, No. 1. Le encantaba aquella canción. Boa siempre le había parecido una increíble artista, y esa era su canción favorita. Se sabía de memoria cada pequeño detalle.

La música poco a poco se fue haciendo más suave hasta que finalmente, decayó. La canción había terminado. Los primeros acordes de Only One comenzaron a sonar. Agradeció el momento en el que hizo aquella playlist. Sin embargo, tan rápido como había llegado, la música desapareció por completo. Asustado, y hasta cierto punto enojado, observó a su mejor amiga. Renjun tenía una pequeña sonrisa nerviosa. La mano con la que no sostenía sus auriculares, jugaba con el bajillo de su chaqueta vaquera.

- Estaba escuchando música - se quejó Jaemin.

- Estoy nervioso. ¿Qué hora es? - preguntó.

Renjun era incapaz de sentarse. Había comenzado a cambiar su peso de una pierna a la otra. Él había escuchado hablar de aquello antes, pero el hecho de no haber conseguido ninguna mejor información por parte de su primo lo estaba matando. Todo era demasiado misterioso, y él era demasiado curioso. Tenía esa necesidad de saberlo todo, de anticiparlo.

- ¿Qué crees que nos espere? - preguntó antes de que Jaemin pudiera decirle la hora - ¿Me has llegado a decir la hora? ¡Vamos! Dime qué hora es, Na Jaemin.

- Renjun - lo llamó, logrando que el chico se parase durante un momento ante el tétrico tono de voz usado por su amigo. No estaba acostumbrado a escuchar la voz de Na tan grave -. Cálmate ahora mismo antes de que te calme yo.

- Sí, perdón.

Una vez que Renjun se hubo sentado. Jaemin encendió la pantalla. La imagen de bloqueo era una foto de ellos dos haría un par de años. Jaemin tenía su cabello chocolate hecho un casco alrededor de su cabeza, mientras que Renjun, con el mismo color de pelo, llevaba una pasada naranja en la frente que levantaba su flequillo en todas las direcciones posibles. Después de aquella foto, Renjun había cambiado muchísimas veces su color de cabello. Pero Jaemin había mantenido su cabello chocolate y lo que hacía era retocar su corte, de modo que ya no provocase una bola alrededor de su cabeza. Sobre sus cabezas, en números negros, resaltaba la hora: 17:57.

- Deberíamos ir ya - suspiró Jaemin. Su mirada clavada en el pequeño edificio grisáceo de en frente -. Quiero que todo termine.

Y es que desde que se había sentado, había sentido una mirada puesta sobre él. Era realmente incómodo y, por más que había tratado de encontrar alguna ventana que descubriera la silueta de alguien, no encontró a quién podría pertenecer aquellos ojos que lo miraban.

Pronto todo acabaría. Ese pensamiento lo consolaba. Tenía la sensación de que acabaría volviéndose loco o paranoico si aquello seguía.

- ¡Tienes razón!

Renjun se levantó como un resorte y comenzó a andar hacia el lugar. Si no hubiera sido porque Jaemin era bastante rápido y ágil, el coche que acababa de pasar frente a ellos hubiera atropellado a Renjun.

Empujó ligeramente a Renjun.

- ¿Por qué nunca miras antes de cruzar? - inquirió - Renjun, algún día no voy a estar para salvarte y te van a terminar atropellando, niño tonto.

- Perdón - susurró.

Miró a ambos lados antes de cruzar la carretera. Esta vez, su mano había tomado con fuerza la contraria. Renjun era una persona muy meticulosa y curiosa. Le encantaba adquirir nuevos conocimientos, averiguar cosas nuevas. Pero esta misma ansiedad por ver más allá lo hacía ser una persona distraída y descuidada. Jaemin no solía tener problema con ello, encontraba al chino muy adorable; pero en momentos como ese, realmente se preocupaba porque su amigo fuera así. No quería levantarse un día para descubrir que su amigo había sido arrollado por un coche.

Mantuvieron sus manos juntas incluso cuando llegaron a la puerta de la academia. Normalmente, solía estar abierta ya que se daban clases por la tarde. Sin embargo, ese día estaba cerrada, con un cartel pegado que pedía que llamasen al timbre. Renjun fue quien lo hizo.

Ambos esperaron hasta que la puerta se abrió.

- ¿Hyung? - preguntó Jaemin sorprendido.

The couples game [NoMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora