03.

6.6K 745 71
                                    

James colocó a Harry sobre su brazo derecho, ajustando el agarre y dejando que este le abrace por el cuello. Ambos esperando el regreso de Sirius.

Era 31 de julio, cumpleaños número 3 del pequeño Potter.

—¿Dónde? —el pequeño cuestionó, intentando quitarse el pequeño gorrito de cumpleaños que estaba sobre su cabeza y fallando en el intento.

—Fue por un nuevo cumpleañero cariño, estará aquí en un momento —prometió el mayor besando la frente de su hijo.

—Papá —Harry llamó recargándose en el hombro de su padre—, ¿donde tío Luni? —pregunto esta vez.

—Remus fue por tus regalos, ¿No estas emocionado por ellos? —alentó observando el rostro de Harry cambiar de expresión a una más curiosa.

Harry amaba los regalos.

—¿Degalos? —James asintió antes de besar nuevamente la mejilla de su mayor adoración, sonriendo ante las pequeñas risas que este soltaba por el contacto.

Harry también amaba ser mimado por su padre.

Y fue entonces que Sirius volvió, con un pequeño rubio con mejillas rellenas y rosadas en brazos.

El de cabello rizado besó la frente de Harry una vez estuvo dentro de casa. Sintiéndose relajar al escuchar las risas de su ahijado. No sabía que tan cansado había sido estar en casa del menor de los Longbottom hasta ese momento.

—Mira Harry, él es Neville, estuvo cumpliendo años hace poco también —presentó Sirius al pequeño en sus brazos, quien se escondía en su pecho con timidez—. Neville, este es nuestro pequeño Harry —presentó igualmente, dejando al pequeño niño junto a la alfombra, esperando que se desenvuelva mejor una vez vea que no hay peligro por sí mismo.

James siguió el ejemplo de Sirius, dejando a su hijo en el suelo para permitirle conocer al nuevo niño.

No es que Harry hubiera convivido con muchos niños antes. Tal vez en algunos juegos cuando lo llevaban al parque o lugares así, pero no había desenvuelto ninguna amistad por lo menos. Lo más cercano había sido Nymphadora y ella era varios años mayor que el Potter.

Claro, no es como si Neville estuviera en un caso diferente en realidad. Aunque tal vez era uno incluso peor.

—Vamos Harry, ve con el —el pequeño ojiverde miró a su padre con duda antes de sonreír, caminando hacia el nuevo niño.

—Haddy —se señaló a sí mismo—. Felizzzz cumple —abrazo al rubio más alto con una sonrisa, separándose segundos después.

—Feliz cumple Haddy —Neville devolvió el abrazo con poca fuerza, siendo rápidamente tomado de la mano por el contrario una vez estuvieron separados.

Y sin más presentación ni espera Harry les dirigió hacia donde sus juguetes se encontraban descansando, con él más tímido detrás.

—¿Cómo te fue? —James cuestionó a su mejor amigo, quien negando dejó caer su cabeza sobre su hombro.

Había sido más difícil de lo que había esperado.

—La señora Longbottom no es mi persona favorita en el mundo en realidad —comenzó, recordando los sucesos anteriores—. Vive con tanto miedo de perder a su nieto que lo está dañando, dañando tanto —fue lo primero que había notado luego de un par de minutos allí.

—Tan solo dime que no es demasiado grave ahora — pidió el Potter imaginando a qué se refería su amigo.
La mujer siempre había sido algo... estricta en un sentido extraño.

—La perdida de Frank la hace ser demasiado precavida, escuche que están haciendo todo lo posible por sacar alguna muestra de magia de Neville, si sabes a lo que me refiero —James dejo caer su cabeza sobre la de Sirius, mirando al par de niños que se encontraban jugando frente a ellos.

—Creo que si pusieran más atención a Neville se habrían dado cuenta de que tiene magia en él —señaló a los pequeños, quienes observaban los peluches que flotaban sobre sus cabezas, intentando alcanzarlos con sus manos.

Sirius abrió los ojos ante la revelación, notando él aura que ambos niños dejaban dar a conocer con aquella magia accidental.

Blanda y cálida, inocente.

—Increíble —murmuro en una gran sonrisa, la diversión por aquel hecho siendo palpable en ella.

—Papá —Harry llamó estirando sus brazos una vez escucho a Sirius. Y solo entonces, siendo consciente de las personas mirando, Neville perdió la relajación, el peluche cayendo sobre su cabeza y haciendo que pierda el equilibrio y caiga sobre su trasero— ¿Ville? —el ojiverde camino preocupado hacia su nuevo amigo.

El pequeño rubio lució sorprendido porque el otro se preocupara por él, aceptando el abrazo que Harry le daba con bastante timidez.

—Bien —murmuró hacia el contrario, quien más tranquilo le ayudó a ponerse de pie.

—Cuiiiiiidado —le repitió aquella palabra que sus padres usaban todos los días con él sin excepción.

—Dado —repitió el contrario ante la voz seria del Potter, como si tuvieran una seria conversación acerca del comportamiento.

Sirius y James miraron la escena enternecidos, ignorando a Remus, quien llegaba luego de recoger la gran pila de regalos para cuidar a los pequeños.

—¿Qué pasó? —cuestionó el lobo hombre dudoso, sin recibir respuesta de los otros dos adultos en la habitación.

Y tal vez con suerte Harry y Neville serían grandes amigos.

_________________________

Estaba dudando sobre el hecho de dejar a Neville castaño o rubio como originalmente es en los libros.

¿Les gusto la nueva portada? Llevaba tiempo queriendo cambiarla pero la nostalgia me detenía.

Side by side.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora