La pantalla de mi teléfono se empañó gracias a mis lágrimas. Lo limpié y luego lo dejé al costado de mis piernas.
«Lo odio, lo odio, lo odio, lo odio, lo odio», me repetí millones de veces, hasta que las palabras dejaron de tener sentido.
Todo había terminado. Todo realmente había terminado. Es como cuando estás tan sumergida en un libro o una película, y de pronto todo se acaba. No hay un párrafo siguiente ni una escena más. Solo existe el final...
Dejé escapar un suspiro y varias lágrimas más.
«¿Qué voy a hacer ahora? Él ha cambiado mis planes tantas veces que...que ya no sé cómo seguir»
Ryder no había roto mi corazón, lo había destruido, destrozado. ¿Y cómo lograría odiar a la persona que más había amado? ¿A la persona con la que había pasado momentos tan bellos? Porque por lo menos fueron hermosos para mí.
«Eres una chica especial, Kat. No me apetecía que pensaras que quería estar contigo solo por estar. Y tú sabes, en estos días todo se puede malinterpretar». Mentiroso.
La primera vez que lo besé, sentí como si besara a un ángel. Ahora me daba cuenta de que era un demonio que me condenaba a la tristeza.
Cerré los ojos cuando las imágenes, tan vívidas, aparecieron en mi mente. No habían pasado más de unos cuantos días desde aquello. Había pensado que finalmente lograríamos llegar a algo, que lo intentaríamos a pesar de que Elizabeth no le gustase la idea de que estuviéramos juntos. Lo peor es que a fin de cuentas ella tuvo razón: él rompió mi corazón, y yo terminé sufriendo.
Estuve unos minutos buscando mis cuadernos y libros. Los puse en la mochila y como me había duchado en la madrugada para ver si podía relajarme, solo me quedaba cambiarme los jeans, la camiseta y ponerme un suéter. Metí la computadora portátil y unos audífonos. Luego rebusqué por pañuelos descartables dentro de la cómoda y me soné la nariz. Guardé los dos paquetes que me quedaban.
—Creo que no falta nada —me dije a mí misma enjugándome las últimas lágrimas.
El sonido del teléfono me devolvió a la realidad.
De: Julien
15.32 31/01/10
«Estoy fuera de tu casa»
De: Yo
15.33
«Enseguida salgo»
Tomé la mochila repleta y me la llevé al hombro. Me dije a mí misma que debía controlarme, que arrojarme a la cama a llorar no iba a ser la solución. Si realmente Ryder no sentía nada por mí, iba a demostrarle que podía seguir sin él, aunque por dentro supiese la verdad: que era imposible.
Salí del cuarto cerrando la puerta detrás de mí y bajé las escaleras trotando. Me detuve en seco al pisar el último escalón. Ryder estaba de espaldas a mí diciéndole algo a Julien. Lo más probable es que estuviese siendo tan desagradable como siempre había sido con él. Con el cejo fruncido me acerqué a ellos. Julien estaba algo tenso, lo que confirmó mis sospechas.
De pronto Ryder dio media vuelta y se marchó en dirección a la cocina.
—Hola —dije a Julien.
—Hola, ¿cómo estás?
Me encogí de hombros. No pensaba ocultarle lo que había sucedido.
El aire fresco me sentó mucho mejor de lo que hubiese creído. Sentía los ojos secos, puesto que al parecer había derramado todas las lágrimas que mi cuerpo había producido. Luego de haberle contado a Julien parte de lo que había ocurrido, omitiendo el comentario equivocado de Ryder sobre que él, nos quedamos en silencio por unos cuantos minutos, hasta que yo misma rompí el silencio.
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Mi dulce destrucción [COMPLETA]
RomanceRyder Montgomery había dejado de lado su faceta de chico malo, corredor de carreras ilegales y mujeriego empedernido, hace mucho tiempo. Ahora es un buen chico. Muy bueno, de hecho. Pero las cosas cambian cuando se da cuenta de que comienza a tener...