29-✯MI DULCE DESTRUCCIÓN✯

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No respondí de inmediato a lo que Ben acababa de decirme, solo me dejé caer en el sofá y él me abrazó. Cuando el inminente llanto se hizo más fuerte, me abrazó aún más. Esta vez resistirme a las lágrimas no era una opción.

—¡Dime que no es cierto! —grité con el corazón hecho pedazos—. ¡Dime que todo esto es un maldito sueño, Ben!

—Desearía que así fuera —gimió él. Lágrimas caían por sus mejillas.

—¿Por qué tiene que pasarle esto a él? —sollocé—. ¡No es justo! ¡No es...!

Ben me sostuvo. Ni siquiera era capaz de mantenerme sentada.

—Lo siento, tanto, Katia. Sé que debió habértelo dicho —se disculpó por Ryder—, pero tuvo mucho miedo de que lo abandonaras.

—¿Y por qué intentaba alejarme de su vida, Ben?

—No lo sé, francamente no lo sé.

Cuando Ben entró al apartamento me dijo que había algo muy importante que debía decirme acerca de Ryder. En ese momento mi corazón se encogió porque estaba segura de que no era nada bueno.

Me sentí mareada, como si me hubieran drenado toda la sangre del cuerpo. Sin fuerzas para continuar. Podía imaginar lo doloroso que había sido para Ryder soportar en silencio lo que le estaba sucediendo.

Un tumor cerebral.

Respiré profundo y presioné mi rostro contra el pecho de Ben. Eso era demasiado para mí, para cualquier persona. Ryder había sufrido tanto o incluso más que yo por nosotros. Todas las cosas horribles que le había dicho se me vinieron a la cabeza y me sentí una mierda.

—Yo nunca lo abandonaría —le dije a Ben en cuanto logré calmarme un poco—. Sería lo último que hiciera.

—Pero él no lo sabe, Katia. Cuando papá murió creímos que todo estaría bien, que saldríamos adelante porque aún teníamos la fortaleza de mamá, pero no fue así. Ella intentó marcharse a pesar de que se lo impedí porque Ryder la necesitaba más que yo. Él siempre ha sido el más vulnerable de los dos. —Se sorbió la nariz—. Al final ella se quedó, hasta el día del accidente...

—¿Qué sucedió ese día? Ryder me contó del accidente, pero no dio mucha información.

Me limpié las lágrimas.

—Él venía de dejar a Ben en la escuela y se dirigía hacia el mercado. Había estado toda la semana con unos leves dolores de cabeza, pero no le dio mucha importancia. Esa mañana nos llamaron del hospital para avisarnos que Ryder había tenido un accidente, al parecer se había desmayado conduciendo y el auto perdió el control.

—Oh, Dios.

No podía controlar mi llanto.

—Fuimos con Elizabeth y mamá a verlo. No había sufrido daños graves. Sin embargo, cuando los estudios de tomografía computada estuvieron listos, se develó lo peor.

Me mordí el labio inferior con fuerza y cerré los ojos.

—La tomografía mostraba el tumor adherido en el tejido cerebral. De inmediato hicimos los estudios porque era necesario saber con qué tipo de tumor estábamos tratando. La esperanza de que fuera benigno y eso nos diera una posibilidad... —La voz de Ben se rompió pero se obligó a recomponerse. Se pasó las palmas por los ojos para secarse las lágrimas—. Bueno, se esfumó cuando su doctor nos dijo que era del tipo maligno y que estaba en una zona peligrosa para operar.

Sacudí la cabeza.

—No puedo creerlo...

—No tienes idea por todo lo que hemos pasado desde entonces. Él es uno de esos casos en los que los síntomas no se presentan sino hasta..., hasta la etapa final. Pero ha pasado noches sin poder dormir por causa de las migrañas, los vómitos. Los dolores de cabeza mejoraban por la mañana, pero en cuanto lograba dormirse despertaba de madrugada a causa del dolor.

Mi dulce destrucción [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora