Los Pecados de Alexandria (Alexandria's Sins) [Levi/Reiner/Porco/Zeke x OC]

11 - Amor ayer, amor hoy, amor para siempre (Reiner)

Se podría decir que Alex es el tipo de persona que aparece una vez cada milenio. Es muy talentosa en todo lo que se propone, pero a la vez es un poco holgazana cuando debe hacer algo no le gusta. Le gustan las cosas dulces y ama el café, pero también fuma demasiado. Es muy atenta con su hermano y sus amigos, pero no muestra amor ni interés por nadie. Tiene muchísimas cualidades, junto con muchas otras sombras que la eclipsan. Aun así, es la mujer de la cual me enamoré.

Un buen tiempo pensé que podía dejar de quererla. Hoy siento que ese día no va a llegar nunca, sobre todo cuando me envía mensajes expresándome sus sentimientos.

No me gusta esto. No me gusta que estemos sin hablar. Quiero tener tu mensaje en mi casilla como todos los días. Eres mi mejor amigo. No soporto que te enojes conmigo. Por favor, Reiner, háblame

No entiendo por qué tuviste que hacerlo ¿Por qué te acostaste con Ackerman, Alex?

Porque soy una estúpida

Lo eres. Pero si realmente estás arrepentida, mereces una oportunidad para que te expliques

¡Por supuesto que me arrepiento! Me duele haberte lastimado

¿Y qué harás para remediarlo? Y no me digas que te acostarás conmigo también

Recuerdo que te debo una cita. Hace rato que no tenemos una. Quiero estar a solas contigo y que hablemos tranquilos

Si es así, mañana paso por ti luego de tu trabajo

No puedo esperar. Gracias, Reiner. No puedo estar tranquila si me odias

Yo no te odio, Alex. Jamás podría...

-Me voy a casa, Reiner -me dijo Bertholdt en los predios del cuartel mientras yo enviaba mensajes.

-Ok. Yo tengo que entrenar un poco más -respondí- Alex también se fue a casa. 

-¿Cómo lo sabes? No me digas que le volviste a hablar a mi hermana -preguntó.

-Algo así -miré al piso, cruzándome de brazos.

-Tú no aprendes -suspiró Bertholdt- Ella va a seguir haciendo lo que quiere y con quien quiera hasta que no te decidas y le digas que la quieres.

-No hace falta que le diga nada. Además, no creo que eso cambie algo entre nosotros. Puede que hasta lo empeore.

-¿A qué le temes? No va a rechazarte. Y si lo hace, la golpeo -insinuó de forma hilarante.

-No es eso -reí por lo bajo- Tengo el presentimiento de que está esperando que alguien más le diga que la ama.

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Me estacioné a pocos metros de la entrada del set de la película donde trabaja Alex. Me quedé dentro del vehículo a esperarla. Llegué 10 minutos antes porque, siendo francos, estaba un poco nervioso. Era la primera vez que me sentía así de traicionado. Lo más frustrante es que no podía enojarme ni reclamarle nada. Ella y yo no éramos más que amigos con beneficios, y el que no lo tenía claro era yo.

Dieron las 3 de la tarde y la muchacha de pequeña estatura y de cabello castaño y largo tocó la puerta del auto.

-¿Esperaste mucho? -preguntó Alex cerrando la puerta del asiento del copiloto

-No mucho -respondí encendiendo el auto- Y bien, ¿a dónde vamos?

-¿Quieres ir a comer esas donas glaseadas que nos gustan? -replicó poniéndose el cinturón de seguridad- Yo invito.