9 - El pecado más grande (+18)

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Ackerman me devolvió una mirada penetrante en forma de saludo. Me paré a pocos centímetros de él y le dije "Vámonos. No quiero que mis amigos me vean. Tuve que mentir para irme". Me abrió la puerta del auto, nos subimos y comenzó a conducir. Ni siquiera sabía a dónde nos íbamos...

-¿Hotel? -pregunté viéndolo de lado.

-¿Es un fetiche tuyo? -interrogó Ackerman mientras conducía.

-No -alcé una ceja.

-¿Entonces? -volvió a interrogar sin mover un músculo.

-Pensé que su casa estaba fuera de discusión porque quizás estaba casado o tenía familia - expulsé sin vergüenza.

-¿No ves que no llevo anillo? Estoy soltero -respondió frunciendo el ceño- Me decepciona saber que crees que engañaré a mi esposa con una mocosa como tú y que tú te acuestas con hombres casados.

No contuve la risa y tuve que decirle la verdad.

-Jefe, ya sabía todo eso. Iba a ser divertido jugar con la "fantasía de hombre casado", si íbamos a un hotel -afirmé riéndome por lo bajo- Y para su información, no me acostaría con un hombre casado.

-¿Y con una mujer casada? -preguntó sin tapujos, haciéndose el gracioso con su humor de mierda.

-Definitivamente -dije esbozando media sonrisa.

El jefe solo me devolvió un "Hmp" como diciendo "Qué interesante, mocosa".

Condujo un poco más y llegamos a un edificio sumamente caro en la zona residencial de la ciudad. Toda la torre se encontraba altamente vigilada, y puedo jurar que vi a un montón de personas portando armas. Zeke tenía razón. Este maldito era un jefe importante en Eldia.

Al subir al ascensor, sentí que me estaba metiendo en la boca del lobo, con la diferencia que la ovejita en problemas quería que el lobo la devore completa. En medio de mi mirada perdida entre los botones del ascensor, las manos del lobo me tomaron de la cintura para proceder a besarme de repente. El lobo estaba hambriento, porque de nuevo me había besado con mis malditos ojos abiertos.

-Me contuve toda la noche de hacer esto -me dijo sosteniéndome entre sus brazos- Tú tienes la culpa, tú y esa ropa que traes puesta.

-Pero, ¡¿cuál es su maldito problema con mi ropa y con el consentimiento?! -vociferé sonrojada, golpeando suavemente su pecho.

-Ya te lo dije, no sé qué estoy haciendo -respondió soltándome, casi con vergüenza.

-Entonces averigüémoslo juntos. Averigüemos qué es esto que estamos haciendo -lo miré a los ojos, apoyándome sobre una de las paredes del ascensor.

Dime, Ackerman. Dime qué estamos haciendo...

_____

Nuestra parada era el décimo piso del edificio. En la entrada de su departamento tenía un hermoso living con un piano de cola que costaba más que todas mis ganas de acostarme con él. No lo dudé por un segundo y me fui casi corriendo a tocarlo. "¡Oye, no corras, mocosa!" me dijo Ackerman muy molesto, pero no lo pude evitar. Nunca tuve un piano en mi casa y extrañaba mucho tocarlo.

Los Pecados de Alexandria (Alexandria's Sins) [Levi/Reiner/Porco/Zeke x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora