-Almas Gemelas-

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Nota de la autora: Cada tramo de estos dos últimos capítulos inician con fecha y ahora, os sugiero que os fijéis bien en eso porque la narración va hacia delante y hacia atrás. Espero que no resulte muy confuso, jeje. ¡Disfrutar del final de esta historia!

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Día 31: Almas Gemelas

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¿Cuáles son los signos para descubrir a las almas gemelas?

—Amarán la totalidad de la otra persona.

—Podrán leerse el uno al otro con los ojos del alma y descubrir sus secretos.

—Pasarán por los mismos procesos sin saberlo.

—Quien los observe percibirá el hilo energético que los une.

—Será una relación íntima y no sentirán la necesidad de hablar de ella con otros.

Pero lo más importante es que ellos sentirán que ese sentimiento es lo que les grita su corazón porque este es, sin lugar a dudas, el amor que nunca muere.

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31 de Mayo (08:30 AM)

Adrien masticó sin mucho entusiasmo el trozo de tostada crujiente, aunque fría, y resopló al mirar la silla vacía al otro lado de la mesa. Degustó la mantequilla y la mermelada del bocado pero ambas, sin azúcares añadidos y bajas en grasas, estaban insípidas. Procuró tragarlo todo deprisa, antes de que se le hiciera una bola en la boca.

Echó un vistazo a su móvil para comprobar la hora. Pronto tendría que salir hacia el instituto, así que se limpió las comisuras de la boca con la servilleta y se palpó el bolsillo.

—¿Has terminado, Plagg? —Llevaba un rato sin oír al Kwami, por lo que dedujo que estaría devorando un buen trozo de queso matutino; era lo único que lograba silenciarle de esa manera. Deslizó la mano a lo largo de su torso y abdomen pero no le encontró—. ¿Plagg? —murmuró. Levantó la vista y miró por la sala. Le tenía dicho que no saliera de su bolsillo cuando estuvieran fuera de su cuarto, incluso aunque no hubiera nadie más delante—. ¿Por qué nunca me haces caso?

Adrien rebuscó por encima de la mesa, apartando la servilleta y la jarra de zumo.

Se puso en pie y lanzó una mirada circular al enorme salón.

—¡Plagg! —Le llamó, tratando de hacerse oír pero sin levantar mucho la voz. El espíritu no respondió ni se dejó ver, por lo que el chico empezó a ponerse nervioso—. ¡Deja de jugar y sal ya!

Se apartó de la mesa y empezó a rebuscar entre los objetos del aparador de la sala, entre los cojines de los sillones que había frente a la chimenea, detrás de los largos cortinajes que cubrían los ventanales y aplacaban los rayos del sol.

¡¿Dónde se ha metido?!

Entonces, Adrien escuchó un fuerte ruido al otro lado de la puerta y salió corriendo hacia el enorme hall de la mansión. Lo encontró vacío, amplio y frío como siempre. Su respiración acelerada ascendió rumbo al altísimo techo y el chico sintió que los ojos inexpresivos de su padre, retratados en el monstruoso cuadro que había sobre las escaleras, se le clavaban como rayos láser en la nuca.

Maullidos a la Luz de la Luna (Reto Marichat May 2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora