Capitulo XVIII

75 15 5
                                    


Kali.

Después de que Aidan dijera lo que dijo en lo cual yo estaba totalmente de acuerdo, nadie más dijo nada y el presidente se junto con varios comandantes los cuales se fueron a hablar en privado para tomar una decisión. Aidan y yo al no pertenecer a esa clase de decisiones, decidimos salir y tomar un poco de aire fresco, fuimos al patio en el cual pude ver a un helicóptero aterrizar ahí cerca.

No teníamos idea de quien podía ser pero ambos creíamos que no era de nuestra incumbencia, así que seguimos caminando mientras que yo iba tomando unos palos del piso, con los cuales, como siempre iba jugando. Pude haber seguido entretenida con los pequeños y delgados palos pero el escuchar el nombre de unas personas en específico, hizo que volvierá a voltear en dirección al helicóptero.

—¿El Equipo Alfa? —podía ver a un militar y a un lado de él pude ver una clase de jaula—

Miré a Aidan el cual también parece haber escuchado; tomó mi mano y nos teletransportó junto al militar, el hombre al que en un principio le pregunto por nosotros nos señaló mostrandonos junto a él. El militar nos miró y asintió al otro hombre el cual se retiró segundos después.

—Esto es de ustedes. —dijo señalando la jaula cubierta por una manta verde color militar—

Miré a Aidan consternada por lo que podría venir dentro de la jaula, ¿qué es nuestro? El militar se retiró dirigiendose al helicóptero el cual despegó unos minutos después. Vi la jaula y tomé con cuidado la manta que la cubría. No había podido adivinar que era lo que se encontraba ahí, pero cuando levanté la manta por completo pude ver a un gran ya no tan pequeño cachorro lobo.

Alfa.

Solo había pasado un mes desde que lo encontré en el bosque, apesar de eso ya no se veía tan bebé. Estaba tan feliz de verlo, ya tenía días sin verlo y desde que nos fuimos no supe mucho de él. Ese día ni siquiera había podido despedirme de él, pero aquí estaba, ¿por qué? La verdad no lo sé pero me alegro tanto. 

—¡Alfa! —éste reaccionó a mi voz moviendo su colita muy feliz. Me acerque aún más y abrí la puerta de la jaula y Alfa salió rápido disparado en mi dirección lo que hizo que me cayera por lo pesado que era— Alfa abajo. —le dije y éste se me quitó de encima y se sento a un lado mío.

El entrenar a Alfa fue una de las tareas mas difíciles de todas pero Aidan y algunos de los entrenadores del campus me ayudaron y al día de hoy Alfa es uno de los cachorros mejores entrenados de las instalaciones.

—Bien hecho Alfa. —lo felicité y eso hizo que se sintiera feliz—

—¿Por qué crees que lo habrán mandado con nosotros? —se cuestionó Aidan— ¿Así lo habrán decidido? —se volvió a preguntar.

—Tal vez solo Alfa era mucho para ellos y decidieron mandarlo para acá. —dije muy orgullosa de en lo que se había convertido mi pequeño cachorro—

—Si, tal vez sea eso. —dijo Aidan divertido por mis palabras— Ven Alfa, vamos a jugar un rato. —Aidan tomó uno de los juguetes que venían en la jaula y se lo lanzó a una distancia prudente y este salió rápido detrás de el.

Así lo hicieron un par de veces y todo era risas y diversión. Fue ahí cuando un grupo de soldados se acercaron a nosotros y por las expresiones de su rostro, no se encontraban muy felices; Aidan dejó de lanzar el juguete lo que hizo que Alfa se detuviera esperando el seguir jugando.

—¿El lobo es suyo? —preguntó uno de los soldados lo que me hizo preguntarme si estan tontos o qué, pues claramente se ve a Alfa con un collar y su placa—

—Así es, ¿hay algún problema? —preguntó Aidan con ese respeto que yo claramente no tengo hacia nadie—

—Si, si lo hay. —dijo otro de los soldados— Su animal no puede estar sin bozal. —enseñó uno de esos feos bozales con una de sus manos.

—¿Y tú se lo vas a poner? —le pregunté con cierto tono de burla—

—Muy graciosa. —dijo en un tono sarcástico pero yo se que si soy graciosa, claro que a mi modo— Necesitamos que se lo pongan. —su tono de superioridad solo me estaba haciendo enojar.

—¿Por qué tendría que obedecerte? —le dije otra vez en tono burlón— Mira, es mi lobo y si yo no quiero ponerle bozal, no lo haré. —dije antes de que el dijera alguna otra cosa.

—¿Tu quién te crees para hablarme asi? —habló ofendido el soldado— ¿Acaso no sabes quien soy? —él seguía hablando en ese tono superior que me molestaba.

—No y no me interesa. —dijo por último y, cuando estaba por voltearme para alejarme de ese grupo que solo me estaban quitando la poca paciencia que me quedaba, el soldado me tomó fuerte de mi muñeca sin dejarme ir— Yo que tú no haría eso, te recuerdo que no estoy sola. —aún lado estaba Alfa mostrando sus grandes dientes y por el otro estaba Aidan.

Aidan podía demostrar siempre respeto ante todos pero soy testigo que cuando alguien se meté conmigo, respeto es en lo último que él piensa.

—Suéltala. —dijo Aidan muy serio—

—¿O qué? —oh mala idea, pésima idea—

Los ojos de Aidan se tornaron negros; me parece algo sorprendente el que Aidan y yo estemos conectados en eso. Aidan lo tomó de su uniforme y lo acercó a él, pude ver a sus amigos intentar acercarse pero ni Alfa ni yo lo permitimos. Alfa los alejó para luego yo elevarlos en el aire aún agarrada de la muñeca por el chico.

—No lo voy a volver a repetir. —dijo Aidan— Suéltala. —el soldado podía escuchar los gritos de sus amigos lo que hizo que rápidamente me soltará. 

Una vez que lo hizo, Aidan lo tomó aún más fuerte y lo empujó lejos de él. Alfa le seguía enseñando sus dientes y se encontraba delante de mí.

—En tu vida la vuelves a tocar, ¿entendiste? —dijo por último y ahí fue cuando me acerqué a Aidan y lo miré a los ojos—

—Creo que ya lo entendieron Aidan, dejálo. —los ojos de Aidan comenzaron a volver a su normalidad y una vez mas tranquilo, solté a los soldados quienes se encontraban horrorizados por lo ocurrido—

Basto un gruñido de Alfa lo que hizo que estos salieran casi corriendo lejos de nosotros. 

—No me molesta que siempre intentes protegerme, en verdad te lo agradezco. —le comencé diciendo— Pero a veces tus impulsos podrían meternos en problemas. —él me miro y una sonrisa se hizo presente en su rostro.

—¿Mis impulsos? —habló divertido— Te recuerdo que fuiste tú quien lo hizo enojar y fuiste tú quien no me dejo hablar con ellos con respeto. Así que fue tú culpa que ellos hicieran eso y que yo tuviera que reaccionar así. —su sonrisa no desapareció en ningun momento.

—Bien, tú ganas. —le dije por su gran justificación— Pero para la próxima yo puedo encargarme. —empecé a caminar junto con Alfa para adentrarnos a las instalaciones y ver si tenemos nueva información o nuevas órdenes.

Aidan me seguía por detrás. Ambos seguíamos divertidos por lo sucedido hace unos minutos y no podimos aguantar una risa al pasar al lado del grupo de soldados quienes al vernos agacharon la cabeza y dieron unos dos o tres pasos atrás. 

En el día de hoy había experimentado tantas emociones que estaba muy cansada pero el día aún no terminaba. Creo que hoy terminaré muy agotada que cuando toqué una cama, caeré totalmente dormida; espero que ese momento llegué pronto.

————————•♡•————————

Equipo AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora