Capitulo XVIIII

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Aidan.

Es solo el día siguiente y no recibimos ninguna indicación de parte de nuestros superiores, todo estaba en un desastre; personas por aquí y personas por allá. Un montón de movimiento se encontraba en las instalaciones, unos buscaban de todas las maneras posibles de encontrar algo de información, algo que pueda ayudarnos.

Por más que nos moviéramos por las instalaciones, Kali y yo no encontrábamos al presidente, parecía como si nos estuviera evitando, a cada lugar que íbamos nos decían que ya se había ido.

—Ya me cansé. –me dijo Kali sentándose en el suelo del pasillo por dónde íbamos caminando— llevamos toda la mañana buscándolo, cuando él nos necesite o nos tenga indicaciones nos lo hará saber; por mientras podemos ir al gimnasio, ¿te parece?

La mire divertido por su carita de súplica y de cansancio de tanto caminar, aunque en mis adentros yo sé que ella no está cansada y solo esta aburrida, ella ha caminado más de lo que camino hoy. Me quede pensando es lo que ella había dio y creo que tiene razón, mientras recibimos ordenes podemos entrenar un poco.

—Bien, vamos. –le extendí mi mano para que se levantara y ella la tomo.

Me teletransporte a nuestras habitaciones pues traíamos nuestros uniformes y por más cómodos que llegan a ser para las misiones, creo que prefiero unos shorts para entrenar y no unos pantalanes duros. Deje a Kali en su habitación y me dirigí a la mía, tome unos shorts holgados y una playera simple y me cambie de ropa. Apenas termine de cambiarme salí de mi habitación y espere a que Kali terminara.

Después de unos minutos ella salió de ésta lista para entrenar, llevaba unos shorts negros un poco cortos y también un poco pegados junto a un top gris. Ella tomo mi mano y rápido me teletransporte al gimnasio, apenas lo hice y llegue a este, pude sentir unas miradas hacia nosotros; simplemente los ignore y camine a unos metros donde calenté un poco junto a Kali y una vez terminando nos dirigimos a hacer algunos ejercicios.

De un momento a otro perdí a Kali de vista, levanté mi mirada buscándola y la encontré haciendo un poco de pierna a unos metros lejos de mí, volví a mis ejercicios concentrándome en ellos y en nadie más. Todo hubiera seguido muy tranquilo cuando vi de reojo como varios de los soldados se levantaban, todos a un mismo lugar. Desvié mi mirada a donde todos se encontraban y lo que vi no me sorprendió para nada.

Parece que alguien dijo algo que hizo enojar a Kali pues ella junto a un soldado se veían claramente discutiendo, tome un gran suspiro y lentamente me acerque a Kali mientras con una toalla me iba secando un par de gotas de sudor. Me puse atrás de Kali y parece que ella no se había dado cuenta pero claramente mi mirada de pocos amigos que le di al chico hizo que este cerrara la boca y me mirara lleno de miedo.

El soldado me miraba fijamente a los ojos y Kali se percató de eso, ella voltio hacia atrás y fue cuando ella me vio, ella sabía que yo la regañaría por meterse en peleas. Me sonrió con dientes sabiendo lo que le esperaría al salir de aquí pero mi mirada no se quedó puesta en ella, sino que volvió al soldado.

—¿Hay algún problema? –le pregunté y él negó— ¿Seguro? porqué yo hace unos minutos te escuché gritándole. –le volví a decir y este negó rápidamente la cabeza otra vez, claramente podía ver como quería salirse de esta situación, pero a mí me divertía tanto tu miedo ante mí.

Kali también parece gustarle mucho la idea de que me teman al defenderla. Todos nos miraron esperando ver que decía o que hacía.

—Vamos, no tengas miedo. –le dije divertido por la situación, pero sin mostrar alguna sonrisa de mi parte, no por el momento— Vamos repítele lo que le estabas diciendo, ¿Cómo era? así claro, fue algo como "eres un maldito experimento" –él abrió los ojos grandes al darse cuenta que había escuchado sus palabras— No que muy valiente, vamos repítelo, dímelo aquí en mi cara.

Equipo AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora