El Espíritu En El Bosque

En busqueda de las respuestas.

Para la mañana siguiente, Wirt ya estaría despierto desde temprano con sus ojos abiertos, su mirada estaba fija sobre el techo viejo y magullado. Realmente no habría podido descansar bien en toda la noche.

Desde lo que paso ayer, no fue fácil para él conciliar el sueño, habría vuelto a casa muy tarde, el arma la habría dejado cercas suyo, y la lampara de aceite igual, quedando encendida toda la noche, temiendo a que aquella cosa se apareciera de repente sin previo aviso frente a él, e intentara hacerle algo. Sus ojos se habían oscurecido por la parte inferior de sus párpados, y su vista era algo cansada. Estaba pensativo sobre lo que le había dicho aquel hombre.

La persona que había visto en ese bar, era el leñador del pueblo, no sabría mucho de él y su vida, solamente que era alguien que aparentaba vivir en solitario, y alguien de quien la gente parecía burlarse. Seguramente habría hablado antes de aquella criatura a todos en algún momento del pasado, y con el tiempo la gente lo empezaría a etiquetar como un loco.

¿Pero y sí no estuviera mintiéndo? ¿De verdad había visto antes a la criatura del bosque?

Se sentía sofocado e inquieto por descubrir sí lo que vio fue alucinación suya o no, no quería convertirse en el segundo lunático del pueblo, ¿acaso las personas como él que mantenían su distancia de los demás eran más recurrentes a enloquecer? ¡Que horror!

Sacudió su cabeza rápidamente un par de veces en negación a pensar eso.

Real, o falso... La duda persistía, y parece que no dejaría de darle vueltas en la cabeza, no hasta que pudiera tener una respuesta clara. No podía dejar eso así, se levanto de la cama, y apago la linterna que había dejado encendida toda la noche. Se daría un baño y un cambio de su vestimenta, luego tomaría un desayuno corto, antes de salir de casa. En las afueras ya había algo de luz, así que no se preocupó de llevar luminosidad consigo; cargo contra aquella dirección que el hombre le había dicho ayer por la noche, y se dirigió al oeste del pueblo lo más rápido que pudo, solamente a pie por las calles. En el camino, no vio a demasiada gente aún, algunos apenas empezaban a abrir sus negocios y preparar todo para recibir más tarde a los clientes.

Pasaría de largo a todas esas personas, y solamente seguiría el recorrido hasta su destino. El camino hecho de piedra estaba algo vacío aún, pero al ser un tramo largo de recorrido, tardaría más tiempo en llegar. Durante su transcurso, el sol se habría alzado ya para iluminar con más claridad las calles, el cielo aún permanecía algo nublado por la lluvia del día anterior, y seguramente continuaría así, hasta que la temporada de llovizna termine.

Llego al lado oeste del pueblo, al rededor habría hogares de distintas personas, pero más a lo lejos, estas irían faltando, provocando que mientras menos habitado estaba, las calles se vieran en peor condición, había baches en el suelo y mayor vegetación, como pasto alto y arboles marchitos. Al dirigir su mirada al frente, noto que más allá del limite del pueblo, había un camino de tierra que llevaría seguramente a otra comunidad distinta, ese camino solían usarlo las personas que viajaban de pueblo en pueblo para realizar sus ventas.

Por otro lado, también había un terreno hogareño que estaba retirado del resto, cercano a un montón de arboles, fuera de aquella vivienda, estaba madera reunida dentro de un cobertizo hecho con aquel mismo material natural, seguramente para resguardarla en caso de lluvias, y que no se pudriese por la humedad, o fuera dañada de alguna otra manera. A un lado fuera de aquello, había más madera, que parecía ser recién cortada, un tronco con uno más pequeño ya cortado encima suyo, y un hacha al lado, recargado sobre este.

La vivienda era seguramente de aquel sujeto de antes, el ambiente al rededor de esa cabaña vieja daba la impresión de que alguien con el oficio de cortar madera estaba habitando ahí, describía perfectamente al leñador. Dio sus pasos a aquella dirección, se acerco a la entrada, y toco tres veces la puerta, escuchándose el claro "toc toc toc" sobre la puerta.