Algo comienza a florecer.

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-¿conseguiste dar con algo está vez?-

Wirt asintió a lo dicho, y recargo sus brazos sobre la mesa. -Así es, obtuve algo en estos días que tal vez pueda servir...-

El leñador presto atención a sus siguientes palabras. -Pues adelante, habla.-

El castaño volví a asentir, y seguido de eso mencionó lo siguiente... -Encontré unas extrañas huellas que no coincidían con ningún animal, a lo que sospecho que han de pertenecer a esa cosa que está en el bosque.-

-¡Que gran hallazgo!- Alago el hombre.

-Hm, también quiero recalcar que las encontré por el lado suroeste del bosque, hacia los adentros, para usted creo que eso está bien, ya que queda más cercas de donde vive.-

-Joven...sí que te has esforzado en esto como para buscar tan lejos.-

-Fue agotador, pero al menos algo se consigue de eso.- Respondió con calma. -No tengo más información que darle, solo esa, así que me retiro ahora.-

-Está bien, gracias por decírmelo.- Le respondió con educación el leñador.

-De nada. Hasta luego señor, permiso- Después de despedirse del hombre, saldría de la taberna, y tomaría su carreta para volver a casa.

Días antes, habría estado viendo de vez en cuando al leñador con anterioridad, ya le habría mencionado varios detalles sobre la Bestia, unas supuestas apariciones, o rastros que desaparecían, hasta ahora, solo la pista de huellas era lo más cercano a un indicio de donde podría estar el nido de la criatura.

Solamente había un pequeño detalle...

Las pistas que le estaba dando, todas eran totalmente falsas. Habría estado intentando desviar al hombre de donde realmente solía merodear la Bestia; recordaba aquellas veces donde lo acompañaba en caminatas y charlas, y había mencionado una vez que no solía viajar mucho a donde la gente no suele ir a acercarse al bosque, pues era donde menos problemas causaban los humanos, eso le había dicho después de que él le había preguntado en que zonas solía supervisar más el bosque.

Así que ingenio la idea de dar una información falsa al hombre, y desviarlo de donde realmente suele estar aquel ser. Ahora que su misión había terminado, se dirigiría simplemente a su hogar de nuevo, y poder reposar por el día de hoy.

[...]

Unos cuantos días más habían pasado, la mañana apenas comenzaba, y el joven que habitaba en aquella cabaña solitaria a las cercanías del bosque, ya había comenzado su día con un buen desayuno. En los días anteriores habría estado trabajando duro para poder recolectar algo de presas que llevarle a su jefe, también había estado poniendo rastros falsos a donde le había indicado al leñador, para ir a buscar a la criatura extraña y oscura.

Y después de tanto trabajo y esfuerzo, se había decidido por tomar un día de reposo, así era como podría llamar un día en el que no tenia que esforzarse demasiado por conseguir algún animal.

Las trampas que había puesto ya estaban todas usadas, no había alguna activa, o no que él recordara, por lo que no se preocuparía tanto por ello.
Ahora que tenia su día libre decidido, pensaba en que podría hacer ahora, normalmente lo que realizaba en aquellos días era solo descansar en casa, pero en estos momentos la idea no se le apetecía, deseaba hacer algo distinto, y su primera idea a la cabeza era ir al bosque de nuevo.

No sabia el porque, pero algo en él le incitaba a querer volver, tal vez a disfrutar de los arboles, de estar rodeado de un ambiente natural, o de ver a los animales, en vez de realizarles daño. O tal vez era...algo más.

El Espíritu En El BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora