Emociones a flor de piel apricionadas

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Y a pesar de tener los ojos rojos e hinchados. En las mejillas lagrimas derramadas ya secas. Unos labios rojos y húmedos dejando escapar pequeños sollozos en susurros...
Alzó la cabeza, tenso el mentón y se obligo a si misma levantar las comisuras de sus labios creando un pequeño gesto encantador. Se obligo a si misma en un momento a levantar las corazas y barreras de sus sentimientos y emociones, e implantar nuevamente una sonrisa falsa y una fachada. Reprimiendose asi y sin dejar florecer sus entrañas, apagando y marchitando su alma. La perfecta careta para esconder a la pequeña y temblorosa que se esconde detrás de ella y sale siempre a la luz en las sombras y soledad. En una tortuosa agonía silenciosa.
En su momento de paz. En su conticinio.

Abrumada por todo lo que siente, cegada por el dolor en su interior e inestable en su desahogo y lucha. En ese instante donde deja fluir a las emociones en un mando electrizante y agónico que recorre su anatomía. El dejar sentir, vivir la adrenalina de su ansiedad y poder dejar todo a un lado para concentrarse en si misma.
Para luego volver a su monotonía, fingir emoción y alegría, plasmar falsas sonrisas y poner en juego su actuación perfecta y mascara encantadora.
Estar en constante cambio por el miedo de expresar lo que siente al exterior, consolarse asi misma por el panico del que dirán de los demás, cargar con sus problemas como si fueran piedras en su espalda sin tener con quién aliviar el dolor y balancear el peso.

Un sentimiento que todos hemos llegado a experimentar. El no decir nada a nadie en nuestros malos momentos, por miedo, panico, ansiedad y todo el peso de ser juzgados por la sociedad.

De mis entrañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora