Nueve - Peligroso

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CAPÍTULO 9

"Por que estamos separados y juntos es más bonito"

Neo esa noche no pudo dejar de pensar en la morocha

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Neo esa noche no pudo dejar de pensar en la morocha. Jamás penso que una chica de clase alta podría gustarle tanto, y menos una adolescente.

Solía pensar que eran niñas mimadas que solo se fijaban en lo superficial y en cuál chico tenía más plata para convertirse en sus novias. Pero Karen era distinta, y eso le atraía.

"Estoy castigada por ser una nena rebelde" decía el mensaje que recibió en su celular al día siguiente. El tatuado sonrió mientras lo leía, y pensaba en que él era el causante de despertar esa rebeldía.

Sin duda, ninguno de los dos sabía en donde se estaba metiendo.

Rápidamente tecleó una respuesta: "A esa nena yo la tengo que castigar". Esos mensajes fueron el inicio de su primer comunicación por teléfono, ya que recién habían intercambiado números la noche anterior.

Estuvieron hablando durante todo el día, aunque Neo colgaba durante unos minutos que a Karen la desesperaban. Se aburría demasiado y él era su distracción entre las paredes de su casa.

Cómo no veía su última contestación, pensó que quizás debía ser un poco más como las mujeres que había visto en esa fiesta. Desinibida, segura de si misma, y por sobre todo sensual.

Decidió sacarse su camisón de raso negro y quedar únicamente con su tanga del color de la piel. Ingresó a la aplicación de la cámara y tomó varias fotos. Al mirarlas e inspeccionar cuál de todas la favorecía más, se decidió una en la que estaba acostada y resaltaban sus atributos. Entró al chat de Sebastian y le envió la imagen.

En su casa, Sebastian escuchó sonar su celular pero lo dejó porque tenía que dedicar toda su atención a pesar bien el polvo blanco que comercializaba. Terminó de cerrar las tres bolsitas cuando volvió a sonar el aparato, indicando que nuevamente había recibido un mensaje por Whatsapp.

Fue hasta el sillón y los revisó. Su temperatura corporal subió y el pulso se le aceleró al ver la foto de Karen. No esperaba para nada que la chica hiciera algo así, pero que le gustaba no lo iba a negar.

Apretó la figura del micrófono y comenzó a grabar un audio. "¿Vos queres que yo vaya hasta tu casa, que entre por la ventana a tu pieza, y no me separe más de vos? No me podes mandar eso justo ahora que no nos podemos ver beba" fue lo que el morocho dijo en el audio que le mandó a ella.

En un momento la puerta de su habitación se abrió de golpe y Karen agradeció haberse puesto su bata antes, sino su padre la hubiera encontrado en ropa interior.

- Nosotros nos vamos a una reunión y Nico está en lo de un amigo, ya que no podes salir te quedas cuidando de tu hermana - fueron las palabras de Cristian Marino, quién había entrado sin avisar

- Esta bien - sostuvo ella

Cuándo su padre salió del dormitorio, eligió las prendas para vestirse y una vez lista fue al cuarto se su hermanita. La encontró en el suelo jugando con unos bloques de colores de plástico, y se sentó a su lado.

Unos minutos más tarde sintió la puerta principal cerrarse y suspiró. Se habían quedado las dos solas.

- ¿Sabes qué Lila? - le habló la mayor a la más chiquita agarrándola entre sus brazos - Vamos a invitar a alguien a jugar con nosotras

Agarró nuevamente su celular y le escribió al morocho. Le dijo que estaba sola y que si seguía con las ganas de verla que fuera a su casa.

Neo, al leer el mensaje, no lo dudo. Encendió la moto y salió rumbo a Palermo. Por suerte no estaba el seguridad en la entrada, por lo que pudo pasar al barrio privado sin problemas. Una vez enfrente de la vivienda de la chica, tocó timbre y ella le abrió.

Vestía un top negro y unos pantalones que resaltaban su culo. Recién había llegado y ya quería tumbarla sobre una cama, y no era para menos si con la foto que le había enviado ya se había puesto a mil.

- Pasá tonto - dijo

- Se dice buen día amor de mi vida - respondió él con tono divertido y se acercó a ella - Tenes que resolver un problema que tengo ahora

Ambos ingresaron a la casa. Karen cerró la puerta y lo llevó hasta la habitación donde estaba su hermana.

- ¿Qué problema? - dijo inocentemente

- ¿No sabes a qué me refiero? - preguntó esta vez el joven mientras apoyaba su pelvis contra la cola de la morocha - Ahí está

Ella lo rozó y notó como se ponía duro detrás de ella.

Se giró y lo besó intensamente. La lengua de Sebastian entro en su boca y comenzó a jugar con la suya, calentando el ambiente.

Las manos del tatuado fueron a su cintura y levantaron su top. Ella dirigió las suyas al cierre del pantalón y lo abrió. Mientras intentaba bajarlo junto con el calzoncillo, el sonido de la puerta de entrada abriéndose los alertó.

- La puta madre - expresó la adolescente

- Las nenas buenas no dicen malas palabras - la retó en chiste

- Ya no soy una nena buena - le contestó ella - Vos me estas corrompiendo

Neo la besó una vez más y abrió una de las ventanas del lugar. Pasó su cuerpo, doblándose un poco. y logró salir al patio trasero. Corrió hasta poder esconderse detrás de unos árboles y, desde ahí, le tiró un beso a Karen que lo miraba por el vidrio.

Sin duda, le encantaba vivir estas aventuras junto a ella.

Pobre pero rico | Neo PisteaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora