Diecinueve - Juntos contra todo

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CAPÍTULO 19

"Durmiendome en tu pecho, bebé para siempre yo me quedo aquí"

Karen no dudó ni dos segundos en dejar a su padre, a Bruno y su bolso tirado en el suelo, para salir corriendo hacia donde estaba Sebastián

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Karen no dudó ni dos segundos en dejar a su padre, a Bruno y su bolso tirado en el suelo, para salir corriendo hacia donde estaba Sebastián.

- NO DISPAREN - gritó lo más fuerte que podía mientras se metía entre medio de todos los oficiales intentando llegar al cuerpo del tatuado

Ni bien estuvo frente a él, lo abrazó con toda su fuerza sin intenciones de separarse. Neo correspondió al gesto, y aprovecho a oler su cabello por sí esa era la última vez que iba a poder hacerlo.

Cristian se volvió loco al ver lo que su hija había hecho. ¿Cómo era capaz de arriesgar su vida metiéndose entre tantas armas a punto de disparar por ese negro de cuarta?. No lo entendía.

Él también caminó hasta el círculo de policías que estaban llevando adelante el operativo e intentó que su hija adolescente entrará en razón.

- Oficial, ella es mi hija - le avisó a uno de los tantos hombres - Déjeme que voy a hablar con ella y después pueden seguir con el arresto

El señor uniformado asintió y dió la orden de que no disparen hasta que la muchacha no se alejara del prófugo.

Neo no podía creer que existiera tanta maldad en el cuerpo del padre de su chica para ser capaz de mandarlo a matar, literalmente. Y al mismo tiempo se asombraba de que ella estuviera jugándose la vida por él, que le importara tanto como para hacer eso.

Sin dudas la amaba.

- Hija, por favor, vení conmigo y no te metas en el medio de algo que no te corresponde - habló el mayor

La morocha negó y se aferró todavía más al amor de su vida. Sebastián entrelazó sus manos en un intento por demostrarle su apoyo y transmitirle confianza.

- No papá - continuó firme la adolescente - Dejalo a él y a mí vivir en paz de una vez por todas

Cristian se acercó un poco más hasta la pareja y estiró sus brazos. Miró a la joven con su mejor cara de tristeza y arrepentimiento, intentando persuadrila con eso, mientras suspiraba rendido.

- Dale un abrazo a tu papá como cuando eras chiquita y corrías a mis brazos - dijo con melancolía

Karen rompió un poco su coraza al oírlo decir eso pero enseguida recordó toda su hipocresía, su falsedad, sus malos tratos y su manera de ser tan clasista. No iba a dejar que la engañara otra vez.

Si bien quería mucho a su familia, e iba a extrañar por sobre todas las cosas a Lila, no podía volver a una casa donde nunca iban a dejarla ser feliz con la persona que ella elegía. Siempre iban a querer a alguien adinerado, de alto rango, con status. Nunca se iban a fijar en los sentimientos, y eso era lo más importante.

- Tenemos que escaparnos - le susurró Sebastián en el oído - Cuando escuches la voz de que el avión está a punto de despegar salimos corriendo en esa dirección

Cuando vieron que el delincuente estaba interactuando con la rehén, los policías levantaron otra vez sus armas y las cargaron.

Y en el momento que una voz femenina avisó que era el último llamado para el vuelo con destino a Colombia, el caos se desató.

Los jóvenes interceptaron su señal y dieron inicio a su plan. Corrieron agarrados de la mano hacia la zona por la cual los pasajeros subían al avión correspondiente, seguidos de cerca por los uniformados quienes les gritaban que se detuvieran.

Obviamente sin hacerles caso, Neo sacó una pistola que tenía escondida en su cintura y tiro algunos tiros al aire en un intento por pegarle a sus atacantes. Las balas iban y venían, los gritos de las familias que estaban presentes en el lugar eran cada vez más, algunos hasta lloraban por el miedo de ser heridos sin querer. Un verdadero desastre.

Karen empujó a una azafata que se encargaba de tomar los boletos de los viajantes con el objetivo de sacarla de en medio y poder llegar a destino. Tiró con fuerza de la mano de Sebastian y ambos se metieron dentro del avión.

- CIERREN LAS PUERTAS Y DESPEGUE AHORA MISMO - le gritó la adolescente al piloto en un estado de nervios y con su voz agitada de tanto correr

Este le hizo caso, ya que el de cara tatuada le estaba apuntando con el arma ahora a él. Apretó un botón en el tablero y las puertas laterales empezaron a cerrarse. Con menos de la mitad de la gente a bordo, aun así hizo las maniobras necesarias para el despegue y segundos después ya estaban volando.

- Dios, como te amo - le dijo Neo a la vez que la abrazaba apretándola contra su cuerpo

- Yo más - respondió ella - Me alegro mucho de haberte conocido y nunca me voy a arrepentir de esta decisión que tomé, porque con vos sentí lo que es el amor verdadero sin importar nada más a su alrededor

Karen levantó su cabeza para mirarlo a los ojos y, después de tanto tiempo sin hacerlo, estampó sus labios con los de él en un hermoso beso.

Y así estuvieron todo el viaje. Entre besos, abrazos, caricias. Dándose todo el cariño y el amor que durante los días anteriores les habían prohibido darse.

Un nuevo destino les esperaba, y a lo lejos se veía un futuro incierto para los dos.

Pero lo que era seguro era una cosa.

Iban a estar juntos.

FIN


Pobre pero rico | Neo PisteaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora