Se escucha un ruido parecido a un pestillo, pero como si estuviera lejos y se escuchara a bastante distancia de la puerta. Sin pensarlo abro la puerta, encontrándome un fondo oscuro. Hago una mueca por la confusión y toco ese fondo; han vuelto a poner el armario detrás de la puerta. Sonrío, desafiante.
-Espero que te hayas dado cuenta de lo que tienes que hacer-dice la chica como si llevara auriculares o llamando por teléfono
-Y yo espero que se lo que tú crees que estoy pensando
Le doy al botón de la cadera, abriendo el compartimento de las armas. Busco en el fondo y encuentro la bola de humo que guardé junto con algunas armas que me ordenó antes la chica.
-Quita el armario y empieza la prueba-estornuda-lo siento. Adelante
Pongo el pie en posición, en frente del armario.
-Espera Rubén
-¿Qué?-pregunto extrañado, volviendo a ponerme del derecho
-No tengas compasión aunque sea una prueba. Están jugando con los mismo materiales
-De acuerdo
Vuelvo a poner el pie en posición. Respiro hondo y le pego una fuerte patada al armario, rompiendo solo una pequeña parte del armario. En ese hueco, tiro la bola de humo y, mientras se llena rápidamente la habitación de humo, le doy varias patadas al armario, rompiéndolo casi entero y saliendo de la habitación blanca. La habitación en la que estoy ahora se parece mucho a la habitación en donde he realizado casi todas las pruebas, pero con la diferencia que en esta se escucha más los pasos. Eso es un punto a favor para todos los que vienen a por mí en esta prueba.
Voy hacia una de las columnas de la habitación y miro para atrás; el humo está desaparenciendo. Corro a más velocidad y, al llegar a la colunma, la intento trepar, pero me escurro y hago más ruido.
-No pienses en trepar. Así no te va a salir-comenta la chica, segura
Respiro hondo y lo vuelvo a intentar, lográndolo a la segunda vez. Trepo rápido y, cuando estoy a unos pocos centrímetros del techo, miro al suelo. No hay rastro ni de humo ni de gente; lo segundo me extraña.
-¡A tu derecha!
Antes de mirar, abro el compartimento y saco un arma cualquiera y apunto a la derecha, disparando a la nada, mientras mi cuerpo se echa hacia atrás por el impulso, pero me cogo para no caerme.
-¡Así malgastas!-me regaña la chica, cerrando los ojos por el pequeño grito-si te quedas sin balas, pierdes
-Joder, ¿dónde están?-pregunto irritado, mirando hacia todos lados
-Ve hacia la colunma que está a tu izquierda
Miro hacia esa dirección. Como la colunma está un poco lejos, empiezo a ir para abajo, pero me detengo por su voz.
-¿Pretendes que salte o qué?-pregunto incrédulo
-¿Tú que esperas? Te he dicho que no pienses, solo hazlo
Vuelvo a trepar lo poco que quea par estar como hace un momento y salto en dirección a la otra columna. Cuando estoy en la otra colunma y estoy totalmente seguro de que no he muerto en el intento, noto en mi cuerpo un sentimiento de energía, demasiado fuerte.
Miro para los lados, pero antes miro mi mano derecha. Todavía tengo el arma en la mano, lo que más energía me entra al saber que he saltdo con él.
-Guarda el fusil de asalto militar y coge la pistola. Todavía eres muy peligroso con esos tipos de armas
Lo guardo, pero no saco la pistola. Miro para los lados, por abajo e incluso por arriba. Por fin, encuentro a uno escondido en una de las colunmas, abajo. Para captar su atención, me escurro un poco, haciendo demasiado ruido. Cuando mira a mi dirección y apunta, saco la pistola rápidamente, disparando cerca de donde está para que no me apunte. Salto sin pensarlo hasta llegar al suelo,sin perder el equilibrio, y salgo corriendo hacia su dirección. Escucho dos o tres disparos, viendo como lo hechan a metros de mí, pero me detengo al notar uno cerca del pie.
-Escucha el sonido al disparar y localiza sin mirar. Y no te quedes quieto ¡corre!
Sigo corriendo y escucho otros dos disparos. ME heco para l izquierda al escucharlo detenidamente por la derecha; acierto.
-Eso es
Sonrío y me cubro en la misma colunma donde está la persona con uniforme que he localizado desde arriba, pero por el lado opuesto. Aunque se escucho miuchos mis pasos, no se ha dado cuenta de mi presencia, por lo que le pego una patada a la colunma. El uniformado sale de su escondite, doy toda a vuelta a la colunma y le pego una patada en la espalda, cayendo al suelo. cojo la cabeza (cubierta por la máscara) y la estampo contra el suelo. Cojo la pistola y lo apunto.
-No dispares-me detiene la chica-ese golpe ha sido sufiente. Te quedan tres
Me apartado de él y voy hacia otro armario que hay dentro de esta habitación. Al cubrirme, me asomo apuntando con la pistola hacia todas partes y, cuando encuentro a otro escondido detrás de unas cajas. Guardo la pistola y saco de nuevo el fusil de asalto militar. Acerco el ojo al mira y disparo al montón de cajas, haciendo que se caigan hacia delante y le atrape en todos los montones de cajas encima.
-Bien pensado Rubén-dice en un extraño y desconocido tono de alegría-te quedan dos
Miro de nuevo hacia todos los lados, pero como no encuentro a ninguno de los dos, voy corriendo hacia otro armario y me cubro, pero antes volver a mirar, noto como me están apuntando la máscara. Me cogen del brazo y me llevan hacia un lado sin dejar de apuntarme. Escucho los pasos de alguien y me doy cuenta de que es el que queda al apuntarme también por el otro lado de la máscara.
-No has sido tan listo como creíamos-dice uno de ellos, al que no reconozco ya que la máscara distorsiona la voz
Empiezan a andar, llevándome con ellos, pero me paro en seco y echo uno de mis brazos hacia atrás. El que me cogía de ese brazo se le escurre y, al estar libre del agarre, le pego una patada en la espalda y luego en el cuello, cayéndose hacia atrás. Pongo un pie en su pecho par que no se levante, cojo su arma y apunto al otro hacia el centro de la máscara.
-No habéis sido tan listo como creía-imito a lo que me habían dicho antes, para después de que el que queda quite la mano de mi brazo, tirando el arma y poniendo las manos arriba
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