Capítulo 21

93 5 4
                                    

Ha pasado una semana y un día desde la charla tan extraña entre Segunda y yo, y dos semanas y un día desde que me intentaron matar. Realmente, en situaciones en las que te juegas la vida y que cualquier fallo es imperdonable, uno se pone tan nervioso que empieza a contar los días, una y otra vez.


De esos ocho días, he entrenado tres veces por día; la charla con Segunda, además del apoyo del resto del soldado y mi saber de autoprotección me han motivado bastante.


Tenía que hacer cuatro pruebas. Las dos primeras eran exactamente iguales que las primeras que hice, y me resultó bastante fácil poder moverme y atacar ya que incluso daban los mismos pasos. Pero la tercera prueba fue muy complicada, por lo que me di cuenta de que las otras dos eran para que me confiara y se me olvidara por completo el estar alerta en todo momento. La prueba empezó igual que las otras, pero quitaron todos los escondites para que pensaba con rapidez lo que tenía que hacer. Al principio pude defenderme, pero simplemente corriendo y atacando un par de veces, pero me cogieron al poco tiempo; creo que ha sido la primera vez desde que estoy aquí que me ha dolido un puñetazo tanto, y eso que llevaba la máscara puesta.


La cuarta prueba la dejé pasar. No fui a la hora que me anotaron ni dejé pasar a las personas que estaban llamando a mi puerta.


Y ahora, dos días después de mi ausencia a la prueba, estoy en el despacho del jefe, solo, sentado en una de las dos sillas (sin contar con la del propio jefe), esperando a que venga para que me regañe por no ir a la prueba; esto parece el colegio y yo soy el niño malo que no hace las tareas y se mete en líos cada vez que puede. Esto es estúpido.


Giro mi cabeza al escuchar la puerta abrirse. Un hombre uniformado igual que el viejo que no me respondió sus estúpidas preguntas, entra. Al sentarse ya me doy totalmente cuenta de que es otra persona.


-Hola Rubén-saluda en un tono serio, pero su cara no está tensa. Se aleja un poco del respaldo de su sillón y coloca los codos sobre la mesa-quería pregun...

-Si es por mi ausencia en la prueba, no voy a contestar. Soy libre para hacer lo que quiera y si me matan es cosa mía-comento interrumpiéndole, cruzando los brazos

-¿Para qué te voy a preguntar si ya sé lo que estuviste haciendo esos dos días encerrado en tu habitación?


Abro los ojos sorprendido. No puede ser que lo sepa...


-Quiero que me cuenta como se te ocurrió y por qué lo has hecho. Tu idea no se planea así como así

-Pero no entiendo como lo puede saber...

-Te has despertado aquí dentro ¿cierto?


Vale, eso ha contestado a mi pregunta. Si estuviera en una situación normal, me enfadaría por haberme sedado y abrirse puertas hacia mi privacidad, pero últimamente, esto lo veo incluso normal.


Pero tardo en contestar. No lo quiero decir, pero ya lo sabe igualmente, pero no quiero que profundice por las malas.


-Es fácil idear un par de comentarios respecto a lo poco vivido aquí

-Pero elaborar un tablón de ello en menos de cinco ideas es impresionante. ¿Cómo ha conseguido el material?

Esto no es un videojuego {Elrubius}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora