Once años después del final de la guerra, Hermione se encuentra en una situación delicada cuando su único hijo se marcha a Hogwarts y amenaza su secreto más guardado: que no sólo es un Granger, ¡sino también un Snape!
#Sevmione
SS/HG.
【Ｌｏｓ ｐｅｒｓｏｎａ...
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Nathan, tras equivocarse de pasillo al volver de la lechucería, entró en el Gran Comedor con retraso para desayunar. Divisó a sus amigos y fue a tomar asiento junto a ellos, sin darse cuenta de que un par de ojos oscuros observaban todos sus movimientos.
"¡Eh, Nathan! ¿Dónde estabas? Llegas tarde!" preguntó Kevin en el momento en que se unió a ellos.
"Fui a la lechucería a enviar una carta a mi mamá y me perdí un poco".
"¿Cómo encontraste la Lechucería?", preguntó Josephina, una compañera de primer año con pelo largo y negro y ojos verdes.
"Oh, le pregunté a un chico de tercer año", respondió. "No recuerdo su nombre".
Se sirvió unos huevos y untó con mantequilla una tostada. "¿Me pasas el zumo, por favor?", le preguntó a Kevin, y le dio las gracias al chico antes de servirse una copa.
Charlaron animadamente durante un rato antes de que el profesor Lupin, su jefe de casa y profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, se acercara con sus horarios.
"Aquí tienes, Nathan", dijo, entregándole el pergamino.
"Gracias, profesor", dijo Nathan con una sonrisa.
Había escuchado muchas historias sobre Remus Lupin cuando era más joven. Sabía que el profesor era un hombre lobo y un buen amigo de Harry. También era un héroe de guerra por su papel en la Orden del Fénix, luchando contra Voldemort. Nathan había visto a Lupin una vez, cuando visitó a Harry en el cumpleaños de su padrino.
Su primera clase era de Pociones dobles y pronto la conversación a su alrededor giró en torno al profesor Snape.
"He oído que es muy desagradable con los Gryffindors", comentó una chica.
"¡Mi hermano dijo que mató a un alumno porque hizo explotar un caldero en clase! Era un mortífago, ya sabes", añadió otra chica, y todos los alumnos que escuchaban abrieron los ojos, excepto uno -Nathan-, que se echó a reír.
Un alumno de tercer año que también escuchaba se quedó mirando a Nathan con incredulidad. "¿Te parece gracioso?", preguntó con voz reprensiva. "No sé si el alumno que hizo explotar un caldero, pero seguro que mató al anterior director".
"¡Oh, ya lo sé!" Aseguró Nathan, y volvió despreocupadamente a su desayuno. Cuando sintió que los alumnos seguían mirándole con incredulidad, enarcó una ceja y preguntó: "¿Qué?"
"¿Qué?", repitió Kevin. "¿Sabías que íbamos a tener clases con un asesino y te parece divertido?".
"Bueno, en realidad no es un asesino", dijo Nathan.
