Once años después del final de la guerra, Hermione se encuentra en una situación delicada cuando su único hijo se marcha a Hogwarts y amenaza su secreto más guardado: que no sólo es un Granger, ¡sino también un Snape!
#Sevmione
SS/HG.
【Ｌｏｓ ｐｅｒｓｏｎａ...
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Hermione salió aparentemente de su apartamento cuando se acercaba el final de la mañana. Quería pasar por su despacho antes de quedar con Harry y Ginny para comer. Hermione tenía que recoger algunos datos en la universidad muggle donde trabajaba como profesora e investigadora. Incluso en sábado, los terrenos del campus estaban llenos de jóvenes estudiantes que disfrutaban del buen día, leyendo, jugando o simplemente pasando el rato.
Cruzó los terrenos desde el lugar oculto que utilizaba para la Aparición y entró en el edificio de Química, dirigiéndose a su laboratorio. La imagen de los estudiantes bajo los árboles le recordó los fines de semana en Hogwarts. Siempre le gustó el ambiente del castillo, especialmente los terrenos: el lago, los árboles, los jardines.
Caminó por los pasillos de la universidad, pero su mente estaba en los pasillos del castillo donde había vivido durante casi siete años, y también en Nathan. Había recibido una carta suya esa misma mañana, y de nuevo el tema principal era Severus Snape. Estaba empezando a preocuparse por el interés de Nathan en Severus. Por supuesto, su intención era que Nathan no odiara a su padre, pero no creía que se obsesionara tanto con él. Esa era la palabra: obsesionado.
Nathan siempre se dedicaba a todo lo que ponía su corazón. Su asignatura favorita mientras estaba en el colegio muggle era Química, así que era lógico que le gustara tanto Pociones. Solía ayudar a Hermione a preparar algunas pociones sencillas en casa, y ella podía ver que Nathan tenía talento para el arte, incluso entonces. Tal vez era eso, una aptitud para Pociones.
Su mente volvió a la recopilación de datos cuando llegó al laboratorio. Tomó algunas notas, aumentó la presión de hidrógeno del complejo sistema del banco de trabajo y, cuando estuvo segura de que todo estaba bien, salió del edificio para volver a aparecerse. Ahora era el momento de reunirse con sus amigos.
Al llegar al patio trasero del número doce de Grimmauld Place, Hermione encontró a la joven Lily en su escoba. "Hola, Lily. Veo que estás practicando tus maniobras de Quidditch. Muy bien!", alabó.
"Gracias, tía 'Mione", gritó la chica desde su posición en el cielo.
Hermione entró en la casa por la puerta de la cocina y se encontró con Ginny, que la saludó con un abrazo: "¡Hermione! Ya has llegado!"
"Hola, Ginny. He llegado un poco pronto, lo sé. Tuve que pasar por la universidad antes de venir aquí y supongo que sobrestimé el tiempo que pasaría allí. ¿Está Harry ya en casa?" inquirió Hermione.
"Sí, acaba de llegar. Está con Ron en el Salón", ofreció Ginny y, tras dar algunas otras instrucciones a Dobby, guió a Hermione desde la cocina para que se reuniera con Harry y su hermano.
