Once años después del final de la guerra, Hermione se encuentra en una situación delicada cuando su único hijo se marcha a Hogwarts y amenaza su secreto más guardado: que no sólo es un Granger, ¡sino también un Snape!
#Sevmione
SS/HG.
【Los persona...
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Un leve Whiz-Bang sonó en el dormitorio, y los chicos saltaron de sus camas como si el mundo se acabara.
Nathan se reía tanto que a ninguno le cabía duda de quién había colocado el Bang, despertándolos a todos.
"No tiene gracia", murmuró Andy cuando se cruzó con su sonriente amigo de camino al baño.
"Eso es porque no se han visto las caras", replicó Nathan, riéndose al recordarlo. "¡Una pasada!" Se echó a reír.
"Una explosión será que lleves el pelo rosa durante una semana después de que te embruje", amenazó Kevin, mirándole desde su cama.
Nathan sonrió, sabiendo que Kevin iba de broma. Nada podría destruir el buen humor de Nathan esta mañana, ni siquiera el hecho de que su pelo se volviera rosa como represalia por esta broma. Ver a su padre el día anterior le había levantado el ánimo, le había devuelto la esperanza. Ahora sabía que ni siquiera el profesor Snape podía ocultar su verdadero ser todo el tiempo. Ayer, en Hogsmeade, su padre había aparecido muchas veces. Había sido sutil, nada evidente al principio, pero al final de la velada, Nathan había estado seguro de que la había pasado con su padre en lugar de con el rígido profesor.
Su padre le había hecho un regalo. Un libro. Nada podía refutar lo que eso significaba, y ni siquiera el regreso del frío profesor Snape empañaría el buen humor de Nathan esta mañana.
Nathan estaba seguro de que tarde o temprano tendría a su padre, y había decidido que iba a ayudar a que el alma del hombre encontrara su salida, así que sería más temprano que tarde. Esta mañana, Nathan tenía un nuevo propósito, que llevaría a cabo no sólo hoy, sino hasta que tuviera éxito. No abandonaría sus sueños; no lo haría.
"Voy a buscar algo en la biblioteca. Los veo en el Gran Salón", anunció, cogiendo su bolsa de libros y marchando hacia su nuevo campo de batalla en esta guerra contra la infelicidad.
"¡Yo que tú me cuidaría las espaldas!" Kevin llamó tras él.
Nathan volvió a reírse; ¡no podía evitarlo!
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