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Desde afuera se podían escuchar los timbres que anunciaban la entrada y nuevo comienzo de sus vidas, a los alumnos de StarHigh, una de las escuelas más prestigiosas e idolatradas en los últimos años, con alumnos y costumbres tan variopintas a la par de materias de lo más exigentes, entrar a esa escuela ya se consideraba un logro, un lujo con el que muchos apenas pueden soñar. Aunque para sus alumnos, no sea más que un "tonto lugar lleno de imbéciles y tradiciones sin sentido", o al menos así la describía un joven de aspecto peculiar.

Dicho joven era conocido por su aspecto delgado (debilucho para algunos), pálido (que, acompañado a sus ojeras, provocaban que unos lo describieran como un "muerto en vida"), y un pelo negro que tapaba la mitad de su rostro, que iba muy bien con su gusto por la moda, con cosas como pulseras, collares y cadenas de metal con figuras de terror y de colores negros (adornos que muchos tachan de "ridículos"). Sin duda, la presentación del joven estudiante Edgar, hacía justicia a su personalidad amargada y temperamental, por la que muchos le juegan bromas y hacen todo tipo de comentarios esperando una reacción de la que reír.

Empezaban las clases, el día era caluroso y soleado, como más detestaba Edgar. Evitaba contacto visual con sus compañeros y buscaba pasar desapercibido, se encontraba aburrido en las clases, apenas había dormido la noche pasada y no se le veía intenciones de prestar atención. Lo único que lo sacaba de sus pensamientos eran las bolas de papel que llegaban a su cabeza, y las incesantes pero silenciosas risas que se asomaban a su espalda. <" ¡VAH! Solo es un estúpido cuervo y un fenómeno de pelo verde, ellos son los mayores chistes de este circo"> -circulaba por su mente- aunque no eran ellos los únicos que parecían tener una riña con Edgar, a ellos se sumaba un compañero bastante presumido y afeminado de pelo rojo, que se encontraba sentado a su lado y de vez en cuando hacía comentarios bastante molestos. <" Este papanatas es solo un marica con ego, no importa lo que diga"> -se decía a si mismo tratando de calmarse, aunque en el fondo sentía unas profundas ganas de moler a golpes a ese "cara bonita".

Había llegado ya la hora del receso, Edgar llevaba dinero para hacerse con el almuerzo que solían servir pero no pensaba utilizarlo, primero porque, según sus propias palabras, "Las escuelas envenenan y preparan su comida en las profundidades más oscuras y grotescas del infierno con tal de absorber la esencia de sus alumnos", y en segunda porque, tampoco era alguien que disfrute particularmente de la acción de comer (algo que lo llevo a muchas discusiones y peleas con su padre, pues, aquello no había tardado en rentarle factura en cuanto a su salud).

Edgar tampoco tenía intenciones de socializar, anteriormente lo había intentado en sus otras escuelas, pero lo único que sacaba (al menos según su memoria) era más burlas y momentos embarazosos que, no estaba dispuesto a repetir, la presentación de sus compañeros tampoco era de mucha ayuda, "todos son unos idiotas" era lo único que pasaba por su mente al visualizar a sus compañeros charlando o jugando baloncesto.

<" No entiendo porque papá se esmeró tanto en que entrará aquí, es tan estúpido, ni siquiera soy un superdotado"> -pensaba Edgar desde el rincón sombreado por la presencia de un árbol en el que se encontraba- <" Aunque, pensándolo bien, dudo que a este lugar le importe el talento o capacidades de la mitad de sus.... fenómenos"> -dicha reflexión salió tras ver nuevamente a su compañero de pelo rojo, quien se encontraba presumiendo su apariencia (especialmente su cabello) a un grupo de chicas con movimientos bastante afeminados, lo que, sumado a su pelo, según Edgar, de naturaleza ridícula, era un buen motivo de risa, la cual trataba de contener en un intento de sonrisa.

Algo que llamo la atención de Edgar fue una de las compañeras a las que el pelirrojo trataba de cortejar, no podía verla del todo bien desde donde se encontraba, pero si llego a captar una figura delgada, de piel pálida, blanca como la nieve, y un cabello de lado de color purpura, un purpura tan intenso y brillante que parecía de otro mundo. Aquella figura resultaba extravagante para Edgar, al grado que despertó en él una curiosidad lo bastante grande como para pensar en dirigirse a su compañera y tratar de entablar una conversación por primera vez en el día, sin embargo, sus planes fueron mermados cuando aquella figura que miraba atentamente, se vio interrumpida por el mismo cuervo que lo molestaba en clases, quien simplemente se posiciono a su frente como si fuera una figura de autoridad.

𝙊𝙪𝙧 𝙗𝙚𝙩𝙩𝙚𝙧 𝙙𝙖𝙮𝙨 (𝙀𝙙𝙜𝙖𝙧𝙭𝙀𝙢𝙯)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora