𝙊𝙪𝙧 𝙗𝙚𝙩𝙩𝙚𝙧 𝙙𝙖𝙮𝙨 (𝙀𝙙𝙜𝙖𝙧𝙭𝙀𝙢𝙯)

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Por fin se hacía presente la tan ansiada llamada noche de brujas, o mejor conocida como Halloween, una noche de total gozo para los jóvenes como nuestro grupo de tres, quienes aún disfrutaban de disfrazarse y pedir dulces por los vecindarios, yendo los tres de distintos asesinos seriales de películas, Edgar como Jason, Bibi como Michael Myers, y Emz como Ghostface.

Además de la divertida y hasta algo inocente tradición de noche de brujas, también se divertían haciendo bromas y propagando el caos por los vecindarios solitarios. Tirando botes de basura (o paseándose en ellos), asustando a uno que otro incauto que se encontraban, o llenando casas y vehículos de papel higiénico, huevos podridos, o hasta pintándolas de grafiti, actor que no tardaron en llegar hasta su escuela.

Los tres corrían por las calles sin pensar en nada más que su diversión, como tres poltergeists libres y juguetones que dejaban destrozos por donde pasaban, pero que como niños inocentes se dejaban cautivar por los dulces y tan frío otoño.

-Ajaja, ¡ni creas que te escaparás de mí! –decía Emz, quien perseguía a Edgar ahora corriendo por una calle sola y oscura.

-Jaja, vamos, ¡atrápame si puedes! –respondió Edgar a modo de burla, quien cada vez avanzaba más el paso, dejando atrás a su amiga.

-Huff, huff...... ¡Oye, no tan rápido! –Emz comenzaba a jadear, aunque no quisiera admitirlo, se cansaba más rápido que sus amigos- Sabes.... Huff, sabes que no soy tan rápida.

-Ajajaja, vamos Emz, la noche es joven –dijo Edgar dejando completamente atrás a su amiga.

- ¡Ugh, eres un niño!

Edgar apresuraba el paso de forma ciega, ni siquiera fijaba la vista ni pensaba a donde dirigirse, solo se llevaba por la euforia del momento, como si por un momento las únicas cosas existentes en el mundo fueran él, esa calle, y Emz.

Así siguió Edgar, hasta que entonces, un inevitable y lúgubre silencio puso fin a su emoción, poniéndolo incómodo y con escalofríos en el cuerpo, pues se había percatado, estaba en medio de un bosque bastante solo y apabullante, que parecería en medio de la nada si no fuera por una casa a lo lejos, que destacaba por la luz de la luna.

-Ho- ¿ho-hola?

Solo se escucharon leves sonidos de búhos y grillos, seguidos por un frío viento que recorría la espalda del pelinegro, haciéndolo sentir pavor. Edd retrocedió unos cuantos pasos, no dejaba de temblar, jadeaba, sentía su pecho como si fuera a explotar, y todo llegó a su punto culmen cuando de repente, sintió una mano posarse sobre su hombro.

- ¡Booh!

Edgar saltó del susto, no pudiendo evitar gritar, en un tono tan particularmente agudo como desesperado que se le alcanzó a incluso salir un gallo.

- ¡AJAJAJAJAJA! DIOS, SI ERES TAN MARICA, NI SIQUIERA ME PONES ALGO DE RETO JAJA.

Era Bibi, quien apenas podía respirar por el tremendo ataque de risa que estaba teniendo.

-Ah.... Hola Bibi, te había perdido de vista.

-Ni que lo digas... huff, no vuelvas hacer eso –dijo Emz cansada como antes, quien se aparecía detrás de Bibi.

- ¡OH DIOS EMZ! Huh... Lo siento, yo... –además de la culpa, la vergüenza también estaba carcomiendo a Edgar, tan solo por como lo vio reaccionar al susto de Bibi.

-AJAJA, ay dios, es que, JAJAJA, bueno ya –Bibi dio un golpe a su hombro, el cual, aunque leve, resultaba brusco.

- ¡Auh! Oh- ¡oye!