𝙊𝙪𝙧 𝙗𝙚𝙩𝙩𝙚𝙧 𝙙𝙖𝙮𝙨 (𝙀𝙙𝙜𝙖𝙧𝙭𝙀𝙢𝙯)

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Había pasado ya un mes desde aquello acontecido en la feria, la escuela seguía en reconstrucciones, por lo que nuestro grupo de amigos seguía manteniendo el contacto principalmente a través del teléfono, cosa que ayudo mucho a Edgar en algo que llevaba tiempo haciendo, y no parecía saber cuándo exactamente parar: estaba evitando a Emz.

A cada mensaje que le enviaba él tan solo respondía de forma cortante o hasta a veces ni respondía, evadía todo tipo de reuniones que acordaban para el grupo, tanto en forma de llamada como en cita presencial, cosas que, de todas formas, se hacían cada vez menos frecuentes, no solo por la actitud de Edgar, sino por el estado de la chica, que aparte de hallarse deprimida y con un corazón roto, su estado físico de por sí no andaba en las mejores condiciones.

En las últimas semanas, Emz había estado increíblemente enferma, sus tosidos se hacían cada vez más frecuentes y graves, cada vez era más común verla escupir sangre, y hace poco presento una fiebre tan grave que la dejo en cama desde entonces, no ha querido hacer videollamadas, y se niega a presentarse en las clases en línea, aparentemente, su apariencia física se había convertido en algo que estaba determinada a ocultar. 

Volviendo a Edgar, este hacía de todo solo con tal de no ver a la chica, a veces fingiendo tener un compromiso de más que casualmente intervenía, a veces fingiendo estar enfermo, y a veces directamente fingiendo no estar ahí. Estaba huyendo, como un cobarde, no podía verla, no se sentía con el valor para hacerlo, llegados a cierto punto, la sola idea de interactuar con ella lo carcomía por dentro.

Esto, obviamente, no le gustaba nada a Colette, quien se había esforzado mucho en ayudar a su hermanito con Emz, y ahora desde aquella noche en la feria no se había dignado ni tan siquiera mirarla, lo cual los llevaba a distintas confrontaciones, pero ninguna de estas llegaba a nada realmente, solo volviendo al punto de inicio, donde Edgar se negaba a colaborar.

- "No lo entiendes, no puedo verla así, simplemente no, ha estado muy enferma estos días, y más encima ocurrió lo de Poco, ¿qué se supone que yo deba de decir en esa situación?"

- "Ahh, ¿tal vez apoyarla y decirle que estarás ahí para ella? Te recuerdo que también eres su amigo, ¡imbécil!"

- "¡Ya lo sé, lo sé! Es solo que... es difícil"

- "¿Difícil qué? ¿Eh? ¿Estar ahí para la chica que te salvó el culo tantas veces?"

- "Mira, no es que no quiera, no es que, yo solo.... No lo entenderías"

- "¡Claro que lo entendería! Soy tu hermana maldita sea, te conozco mejor que nadie en este mundo y lo sabes, ¿no recuerdas cuando solíamos bañarnos juntos?"

Edgar puso una mueca de asco al escuchar eso.

- "Ugh, bueno, supongo que no lo quieres recordar, pero ese no es el punto. Edgar, lo que entiendo es que tienes miedo, pero no entiendo porque, ¿miedo de qué? ¿de terminar confesando tus sentimientos y que ella te rechace?"

- "¡No tiene nada que ver con nada de eso! ¡Eso... no es para nada...! Agh, sabes qué? Mejor déjame solo"

Respondió Edgar, sacando a su hermana de su cuarto y azotando su puerta.

Y como esa, cada tanto tenían discusiones similares, cada vez más cansinas y más repetitivas, lo que solo ponía a Colette mucho más frustrada de lo que estaba. Así que no perdió más el tiempo, y –como su naturaleza entrometida le hace ser- se dispuso a armar un plan con el que, quizás, hacer salir a su hermano para reencontrarse con la chica de sus sueños, ya no tanto para conquistarla, si no más para una labor que Colette consideraba más noble, y esa era la de apoyar a una amiga.