𝙊𝙪𝙧 𝙗𝙚𝙩𝙩𝙚𝙧 𝙙𝙖𝙮𝙨 (𝙀𝙙𝙜𝙖𝙧𝙭𝙀𝙢𝙯)

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Habían pasado ya varios minutos en los que Edgar se quedó acompañando a su amada sin darse cuenta realmente del paso del tiempo, pasando aún más tiempo hasta que finalmente quiso salir del cuarto. Al bajar, se topó con una escena que lo tomo por sorpresa, eran sus amigas junto a Mortis, bebiendo un buen té servido por su mayordomo.

- ¡Oh, hola hermanito! –decía Colette, que eufórica y jocosa, deleitaba su bebida mientras abrazaba un peluche de Spike, solo que disfrazado de vampiro.

-Hola chicas, que gusto verlas tan.... Calmadas, parece que se la están pasando bien.

-Ay, pero claro que sí, ¡Emz tiene al mejor tío y no tío de todo el mundo! Nos trajeron té mientras nos contaban unas historias muy interesantes, ¿verdad Bibi?

-Ah... sí, al menos hasta donde pude entender.

-Oh bueno, el señor Frank tiene algunos problemas de habla, pero es muy buen narrador, ¿verdad Frank?

- ¡Grr! (como digas, niña)

Por otro lado, Mortis, quien estaba sentado justo al lado de la peliblanca, se paró justo para recibir con un cordial abrazo al chico de piel pálida y ojeras.

- ¡Chico! ¿cómo estás? No te había visto bien, siéntate, mi pequeña va a estar durmiendo por un largo rato –dijo dándole ligeras palmadas en la espalda.

-Ahh... gracias, ejem, señor Mortis.

-Oh vamos chico, ¿qué me veo? ¿de quinientos años? ¡Jajaja! En realidad, solo tengo setenta y tres, anda, llámame Mortis muchacho.

-Ehm.... Se conserva muy bien, se- Mortis.

-Ojojojo, gracias muchacho, aunque no exageres, para ser bien conservado normalmente me vería solo de treinta, no de cuarenta, ya sabes, cosas de vampiros.

-L-o-lo suponía, Mortis.

- ¡En fin! ¿Les gustaría que les sirviera algo más, mis estimados?

-Oh, no, no, oiga no es necesario, muchas gracias.

- ¡Vamos, vamos! Hoy Frank preparo un buen pulpo de seis ojos envuelto en salsa de murciélago, (el pulpo está vivo, por cierto) –dijo a modo de susurro cerca de los oídos de Edgar.

-Eehhhm.... –decían Bibi y Edgar al paralelo, nerviosos y algo temerosos.

- ¡Oh, yo quiero, yo quiero! ¡Vamos deme porfa! -respondía Colette eufórica.

- ¡Esa es la actitud! ¡Frank, trae los platillos y prepara la mesa!

- ¡Grrrg! (ya voy, no tienes que presionarme tanto)

-Jejeje, muy bien Colette, tú ve y disfruta la cena, nosotros nos quedaremos aquí un ratito –decía Edgar, con evidentes nervios y tics en sus manos dedos que no dejaban de temblar y tocarse entre sí.

- ¿Oh, en serio? Pero, igualmente podrían acompañarnos, estaremos viendo televisión.

-Oh, no, no, tranquilos, en un momento nos unimos, solamente estaremos un rato a solas.

-Huh, bueno, se lo pierden –dijo Colette, haciendo caso a las palabras de BIbi.

Ya con el área segura, y sin nadie más que los pudiera escuchar, Bibi aprovecho y saco la pregunta con Edgar.

-Yyyy.... bueno, ¿qué tal salió todo?

Edgar respiro hondo, y pensó muy detenidamente de qué manera formular su respuesta.

–Pues...... Bueno, es difícil de explicar.

-Oye, no me dejes más con la intriga, dime que pasó.