𝙊𝙪𝙧 𝙗𝙚𝙩𝙩𝙚𝙧 𝙙𝙖𝙮𝙨 (𝙀𝙙𝙜𝙖𝙧𝙭𝙀𝙢𝙯)

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23 de octubre del año 2019. Sería el tan ansiado día de parte de la pelimorada en el que podrìa exclamar por fin que contaba con 16 años en vida. Una edad muy joven, justo la flor de su juventud como dirían algunos. Una pena que una flor tan bella e irradiante de espíritu tenga que disfrutar cada cumpleaños como si fuera el último, pero es parte de crecer dirán algunos. O eso es lo que respondía siempre su tío, tan estricto y ocupado, que justo la noche de su cumpleaños tendría que ausentarse, perfecto para los planes que la pelimorada y su grupo tenían bien asegurados realizar en su casa.

Edgar ya estaba listo, esta vez no le resulto tan difícil puesto que la fiesta se había acordado sería de temática de disfraces para Halloween. Edgar ama Halloween, así que se disfrazó de una especie de calaca, con el cuerpo totalmente negro y maquillaje que simulaba huesos. Faltaba poco para las 8, bajaba por las escaleras dirigiéndose a la puerta, pero hubo algo que llamo lo bastante su atención como para detener su paso. Su padre estaba ahí arreglándose un saco.

- ¿Ah? ¡Ho-Hola hijo! Veo que también te alistas para salir, más te vale no tardar mucho, Griff me avisará cuando regreses.

- ¡¿Qu-qué estás haciendo?!

-Me estoy alistando para una cita hijo, ¿algún problema?

- ¿Ci.... ¿ci- ¡cita?! –Edgar apretó los puños y subió sus mangas, estaba por abalanzarse en contra de su padre.

- ¡YAY! ¡Por fin estás aquí hermanito! –más fue interrumpido por Colette, quien se le puso encima abrazándolo.

-Agh, ¡Colette, quítate, o te voy a! –

-No te recomiendo pelearte hoy muchacho, ya estoy siendo muy piadoso con dejarte ir a la fiesta de una sangre fría, hoy no estoy para preocuparme de tus niñerías.

- ¡Pero! Una cita, ¡¿una cita?!

-Ay Edgar.... –Byron suspiro y alejo la mano por un momento del picaporte. Yo sé que, toda esta situación ha sido muy difícil para ti... Pero, ya han pasado 7 años.

Edgar perdió toda su ira, pero no se sentía bien, se observaba impotente, y su cara totalmente deprimida, hacía el intento por hablar, pero su voz se quebraba.

-En fin. Mi cita será con la señora De la Prim, la directora de tu colegio.

Oír aquello fue como un balazo para Edgar, seguía estando triste, pero ahora también había un cúmulo de emociones que le hacían sentir estruendoso y profundo dolor, una ira tal, que solo apretaba los puños dejando palpitar sus venas, aunque ahora se contenía.

- ¡Adiós papá! ¡Te deseo mucha suerte! Eres todo un galán jijiji.

-Ajaja, gracias mi hijita, eres una dulzura –respondió Byron acariciando el pelo de Colette- ¡OUH! Casi lo olvidó, gracias por recordarme -Edgar quedó desconcertado. –Edward, lleva a tu hermana a la fiesta.

En ese punto Edgar solo quería ahorcar a su padre.

-Griff también me dirá si la dejas en casa. Ahora sí, ¡Nos vemos niños! –dijo para finalmente marcharse y cerrar la puerta.

- ¡YAAAAAAAAY! ¡Mi primera fiesta juvenil! ¡Oh, y también la tuya hermanito! –dijo Colette saltando y elevando los puños de la emoción para terminar abrazando a su hermano otra vez.

-Ca- Mira, solo vamos de una vez.

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Su preciado destino no estaba a más de un par de cuadras de distancia, una casa de aspecto elegante a la par de intimidante, que, con la luz de la luna y sus formas extravagantes, creaba siluetas a la par de singulares, siluetas que llamaban más la atención de lo que de por sí ya hacía con las cambiantes luces de neón que salían de las ventanas.