𝙊𝙪𝙧 𝙗𝙚𝙩𝙩𝙚𝙧 𝙙𝙖𝙮𝙨 (𝙀𝙙𝙜𝙖𝙧𝙭𝙀𝙢𝙯)

-𝟭𝟱- 𝗧𝗲 𝗮𝗺𝗼

Antes de empezar, les quería recomendar dos cosas, la primera ya se la saben, porfa sigan a mi amiga en TikTok (PearNashi), no la ha pasado muy bien ùltimamente, y la motivarìa mucho ver que siga recibiendo apoyo por sus dibujos.

La segunda es que, porfa escuchen o traten de escuchar la pieza de arriba durante todo el capìtulo, o al menos lo màs que puedan. Gracias por su atenciòn.

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El auto se había volcado, se encontraba al borde de la pendiente con la mitad del vehículo tambaleándose, era solo cuestión de tiempo para que cayera justo a una caída terminante. Sin embargo, tanto padre como hijo aún se mantenían vivos y, aunque con mucha dificultad, despiertos. Evidentemente la naturaleza del golpe había dejado bastantes marcas visibles en el cuerpo de ambos, comenzando con el padre, quien tenía varios pedazos de vidrio encajados en por su hombro y partes de su frente, la cual también recibió un buen golpe por el impacto, la sangre escurría por todas sus heridas y hacía del rojo un color prominente en escena tan grotesca y aterradora para los ojos del padre, quien, respirando solo con jadeos, utilizaba las pocas fuerzas que tenía para mirar a su hijo.

Ver el cuerpo de su hijo asustado y herido, jadeante y manchado de sangre, acelerado por el miedo y el impacto, hicieron al viejo pensar en retrospectiva.

Su esposa.

Su ex-novia, Piper.

Sus hijos.

Su padre.

La mente del viejo no dejaba de pasar y darle vueltas a aquellas imágenes nostálgicas de las que fueron y eran las figuras más importantes en su vida, y, sobre todo, de cómo les había fallado a todos y cada uno sin excepción.

<<Realmente.... ¿a quién engaño? Toda mi vida, he estado buscando ser el más talentoso de todos, el más rico, el más reconocido, y el más inteligente, pero al final, ¿de qué me ha servido? En todo este tiempo no he dejado de sentir que me faltaba algo para ser excelente, para ser más, pero, cuando se me ofrecía la oportunidad de ser más.... Yo... Yo huía>> -pensaba para sus adentros el viejo peliblanco. <<Nunca supe como amar, ni como novio, ni como esposo.... Ni como padre.... Y ahora, es que veo lo que eso ocasionó, a veces me pregunto.... ¿qué tan diferentes habrían sido las cosas en otras circunstancias? Honestamente, no sé si me alivia más sentir que hubiera habido un gran cambio, o, por el contrario, que no habría cambiado nada. De todas formas, eso jamás lo sabré>>

Lágrimas brotaban de los parpados lastimados y frágiles del padre, sus pensamientos, aunque profundos, pasaban tan rápidos como flashes de luz de un momento a otro, quizás por la adrenalina del momento.

<<Lo único que sé, es que mi hijo está en peligro ahora mismo.... Y es toda mi culpa>>

Edgar no fue tan afectado como su padre a la hora de recibir un impacto, pero bien estaba lejos de poder decir que había quedado intacto, este tenía un fuerte y marcado moretón rojo en su frente, de la cual también fluía un poco de sangre, sus hombros no fueron tan dañados, pero eso no los salvo de tener pequeños pedazos de vidrio incrustados, la sangre igualmente se hacía prominente, era una escena espantosa para el anciano empresario.

Los dos podían oír perfectamente como el auto se tambaleaba, rechinaba, como si se estuviera resbalando a lo que sería una caída mortífera y brutal de la que ninguno de los dos podrìa salir, se miraron el uno al otro, luego observaron al espejo del frente, viendo, y escuchando como el conductor del tráiler llamaba urgentemente a una ambulancia, entre sus gritos y jadeos, se daban cuenta de que era un tipo algo viejo, posiblemente de la edad de Byron, entre la culpa y la desesperación, mencionaba haberse divorciado hace poco más de un año, que manejaba justamente para reencontrarse con su hijo tras tantos meses de no haberse visto, y que no tendría forma de mirarlo a la cara a sabiendas de que por su culpa, una familia habría muerto. Ya que el auto estaba medio inclinado, ese hombre se agacho, metió su brazo lo más que pudo hacia la ventana delantera, y ofreció su mano esperando que alguno de los dos la jalase, exclamando que primero tendría que salir uno.