Capítulo 16

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Aunque Zhou había dejado claro al personal de Ramsay que Kyuhyun, y no él, era el amo, los criados y arrendatarios todavía le consideraban la autoridad. Era a Zhou a quien acudían primero con todas sus preocupaciones. Y Kyuhyun se contentaba con dejarlo así mientras se familiarizaba con la revigorizada finca y sus habitantes.

—No soy un completo idiota, a pesar de las apariencias en sentido contrario —dijo secamente a Zhou mientras montaban por la esquina este de la finca una mañana—. Los arreglos que has hecho obviamente funcionan. No tengo intención de embrollar las cosas en un esfuerzo por probar que soy el señor de la mansión. Una vez dicho eso... tengo unas cuantas mejoras que sugerir referentes a las viviendas de los arrendatarios.

—¿Oh?

—Unas cuantas alteraciones baratas en el diseño harían las casitas más confortables y atractivas. Y si la idea es establecer eventualmente una especie de aldea en la finca, podría convenirnos comenzar a hacer planos para un modelo de pueblo.

—¿Quieres trabajar en los planos y alzarlos? —preguntó Zhou, sorprendido por la muestra de interés del usualmente indolente lord.

—Si no tienes ninguna objeción.

—Por supuesto que no. Es tu finca. — Zhou le evaluó especulativamente—. ¿Estás considerando volver a tu anterior profesión?

—En realidad, sí. Podría comenzar como arquitecto aficionado. Veremos a donde puede llevarnos algo de impulso. Y tiene sentido que me curta los dientes con las casas de mis propios arrendatarios. —Sonrió—. Mi razonamiento es que será menos probable que ellos me demanden a que lo hagan unos desconocidos.

En una finca abarrotada de árboles como las tierras Ramsay, una reducción de los bosques era necesaria cada diez años. Según el cálculo de Zhou, la finca se había perdido al menos los dos últimos ciclos, lo cual significaba que había unos buenos treinta años de árboles muertos, enfermizos o embotados que tenían que ser despejados de los bosques Ramsay.

Para desilusión de Kyuhyun, Zhou insistió en arrastrarle a través de todo el proceso, hasta que Kyuhyun supo mucho más de lo que alguna vez hubiera deseado sobre árboles.

—La tala apropiada ayuda a la naturaleza —dijo Zhou en respuesta a las quejas de Kyuhyun—. El estado de la madera será más saludable y de mucho más valor si los árboles correctos son eliminados para ayudar a crecer a los demás.

—Yo preferiría dejar que los árboles lo arreglaran entre ellos —dijo Kyuhyun, lo cual Zhou ignoró.

Para educarse a sí mismo, y a Kyuhyun, más aún, Zhou arregló una reunión con la plantilla de leñadores de la finca. Salieron a examinar algunos árboles marcados, mientras los leñadores explicaban como calcular la longitud y área transversal de un árbol para determinar su contenido cúbico. Utilizando una cinta métrica, una vara de veinte pies, y una escalera, hicieron algunas mediciones preliminares.

Antes de que Kyuhyun supiera lo que ocurría, se encontraba en lo alto de una escalera, ayudando con las medidas.

—¿Se puede saber —gritó hacia abajo a Zhou—, como es que tú estás ahí abajo mientras yo estoy aquí arriesgando mi cuello?

—Tu árbol —señaló Zhou sucintamente.

—¡También es mi cuello!

Kyuhyun entendía que Zhou quería que se tomara un interés activo en la finca y todos sus asuntos, grandes y pequeños. Parecía que aquellos días un terrateniente aristócrata no podía simplemente relajarse en la biblioteca y beber oporto, por muy atractiva que resultara la idea. Uno podía delegar responsabilidades en administradores y sirvientes, pero eso significaba que te arriesgabas a ser esquilmado.

Conquístame al amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora