Capítulo 19

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Maldiciendo por lo bajo, agarrando sus pantalones y su camisa, Zhoumi se volvió descalzo hacia la puerta. Abriéndola, vio a Hangeng Rohan de pie allí, despreocupadamente, con una maleta en una mano y una cesta cubierta en la otra.

—Hola. —Los ojos avellana de Han bailaron traviesos—. Os he traído algunas cosas.

—¿Cómo nos encontraste? —preguntó Zhoumi sin exaltarse.

—Sabía que no habrías ido lejos. Ninguna de tus ropas faltaban, ni maleta o baúl alguno. Y ya que la casa del guarda junto a la verja era demasiado obvia, éste fue el siguiente lugar que se me ocurrió. ¿No vas a invitarme a entrar?

—No —dijo Zhoumi rápidamente, y Hangeng sonrió abiertamente.

—Si nuestras posiciones fueron a la inversa, phral, supongo que yo también me mostraría poco amistoso. Hay comida en la cesta, y ropa para ambos en la maleta.

—Gracias.

Zhoumi tomó los artículos y los colocó justo dentro de la puerta. Enderezándose, miró a su hermano, buscando cualquier signo de censura. No había ninguno.

¿Ov yilo isi? —preguntó Hangeng.

Era una vieja frase romaní que quería decir «¿Todo bien por aquí?». Pero literalmente se traducía como «¿Hay corazón aquí?». Lo cual parecía bastante apropiado.

—Sí —dijo Zhoumi suavemente.

—¿No hay nada que necesites?

—Por primera vez en mi vida —admitió Zhoumi—, no hay nada que necesite.

Hangeng sonrió.

—Bien. —Metiéndose las manos en los bolsillos del abrigo, apoyó despreocupadamente un hombro contra el marco de la puerta.

—¿Cuál es la situación en Ramsay House? —preguntó Zhoumi, medio temiendo la respuesta.

—Hubo algunos momentos de caos esta mañana, cuando se descubrió que ambos habíais desaparecido. —Una pausa diplomática—. Zi Tao Harrow insiste en que Henry win fue llevado contra su voluntad. En cierto momento amenazó con acudir a la autoridad local. Dice que si no regresas con Henry win al anochecer, actuará drásticamente.

—¿Y qué sería eso? —inquirió Zhoumi hoscamente.

—No sé. Pero ya podrías pensar en el resto de nosotros teniendo que hospedarnos en Ramsay House con él mientras tú estás aquí afuera con su prometido.

—Es mi prometido ahora. Y lo llevaré de vuelta cuando me plazca.

—Entendido. —Los labios de Hangeng se retorcieron—. ¿Tienes intención de casarte con el pronto, espero?

—Pronto no —dijo Zhoumi—. Inmediatamente.

—Gracias a Dios. Incluso para los Cho, todo esto es un poco inapropiado. —Hangeng echó un vistazo a la figura desarreglada de Zhou y sonrió—. Es bueno verte finalmente tranquilo, Zhou. Si fuera cualquier otro que no fueras tú, diría que en verdad se te ve feliz.

No era fácil despojarse del hábito de privacidad. Pero Zhoumi estaba realmente tentado a confiar a su hermano cosas para las que aún no estaba seguro de tener palabras. Como el descubrimiento de que el amor de un doncel podría hacer que el mundo entero pareciera diferente. O su admiración por Henry win, quien siempre había parecido tan frágil y necesitado de protección, y había emergido como una presencia incluso más fuerte que él.

—¿Hangeng Rohan? —preguntó quedamente, para evitar que Henry win oyera algo—, tengo una pregunta...

—¿Sí?

Conquístame al amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora