Conquístame al amanecer

Capítulo 12

Zhoumi estaba de un humor endiablado esa tarde por varias razones. La principal era que Henry win estaba llevando a cabo su amenaza. Estaba siendo amigable con él. Educado, cortés, condenablemente agradable. Y él no estaba en posición de objetar nada, ya que esto era exactamente lo que había querido. Pero no había esperado que hubiera algo aún peor que tener a Henry win lanzándole miradas encendidas. Y eso era su indiferencia.

Con Zhoumi, se mostraba afable, incluso afectuoso, del mismo modo que con Kyuhyun o Hangeng. Trataba a Zhoumi como si fuera un hermano. Apenas podía soportarlo.

Los Cho se reunieron en la zona de comedor de la suite, riendo y bromeando sobre la falta de espacio mientras se sentaban a la mesa. Era la primera vez en años que habían podido cenar todos juntos: Zhoumi, Kyuhyun, Heechul, Henry win, Donghae, y Ryeowook, con la incorporación de Hangeng, el señorito Sungmin Marks y el doctor Zi Tao Harrow.

Aunque el señorito Sungmin Marks había intentando poner reparos, ellos habían insistido en que cenase con la familia.

—Después de todo —había dicho Donghae, riendo—, ¿cómo vamos a saber comportarnos? Alguien debe salvarnos de nosotros mismos.

El señorito Sungmin Marks había transigido, aunque estaba claro que habría preferido estar en cualquier otra parte. Aceptó un sitio tan pequeño como fue posible, una figura estrecha, incolora apretujada entre Ryeowook y el doctor Zi Tao Harrow. El institutriz raramente alzaba la vista de su plato excepto cuando Kyuhyun hablaba. Aunque sus ojos estuvieran parcialmente ocultos por las gafas, Zhoumi sospechaba que no contenían nada más que aversión por el hermano Cho.

Al parecer el señorito Sungmin Marks y Kyuhyun habían encontrado el uno en el otro la personificación de todo lo que más les disgustaba. Kyu no podía soportar a la gente sin sentido del humor, o que juzgaba a los demás, y había comenzado a referirse inmediatamente al institutriz como «Satán con enaguas». Y el señorito Sungmin Marks, por su parte, despreciaba a los vividores. Cuánto más encantadores eran, más profundamente los odiaba.

La mayor parte de la conversación durante la cena se centró en el tema de la clínica de Zi Tao Harrow, que los Cho consideraban una empresa milagrosa. Los donceles adularon a Zi Tao Harrow hasta un grado repugnante, deleitándose con sus comentarios triviales, admirándolo abiertamente.

Zhoumi sentía una aversión instintiva hacia Zi Tao Harrow, aunque no estaba seguro si era debido al doctor en sí mismo, o porque los afectos de Henry win estaban en juego.

Era tentador desdeñar a Zi Tao Harrow por la perfección de su terso rostro. Excepto que un pícaro buen humor acechaba su sonrisa, y mostraba un vivo interés en la conversación que se desarrollaba en torno a él, y parecía no tomarse nunca demasiado en serio a sí mismo. Zi Tao Harrow era obviamente un hombre que llevaba sobre sus hombros una pesada responsabilidad... la de la vida y la muerte... y sin embargo la llevaba con ligereza. Era la clase de persona que siempre parecía encajar sin problemas fuesen cuales fuesen las circunstancias.

Mientras la familia comía y conversaba, Zhoumi permaneció callado excepto cuando se vio impelido a responder alguna cuestión acerca de la finca Ramsay. Miraba a Henry win circunspectamente, incapaz de discernir exactamente cuáles eran los sentimientos de el hacia Zi Tao Harrow. Reaccionaba al doctor con su habitual compostura, su cara no revelaba nada. Pero cuando sus miradas se encontraban, había una conexión inequívoca, una sensación de historia compartida. Y lo peor de todo, Zhoumi reconocía algo en la expresión del doctor... un inquietante eco de su propia fascinación por Henry win.

A mitad de la espantosamente agradable cena, Zhoumi se dio cuenta de que Heechul, que estaba sentado al final de la mesa, estaba inusualmente silencioso. Lo miró estrechamente, dándose cuenta de que su color había desaparecido y sus mejillas estaban transpirando. Como estaba sentando a su izquierda inmediata, Zhoumi se inclinó hacia el y le susurró: