﹚oráculo﹙

114 26 3
                                    

En realidad, a Calígula le importaba poco que les daría a sus hombres para celebrar la victoria, lo que en realidad le importaba era saber que haría con su precioso amado, o mas bien. ¿Qué era?, por que muy en el fondo sabia que le había mentido.

Sabiendo que la sospecha de que podría ser un demonio, era bastante alta.

Al llegar al palacio, no fue necesario dar órdenes de que les dieran todo lo que pidieran sus hombres, pues la música explotando en el palacio, era resultado de que todos ellos, ya estaban festejando, además de que las risas, los gritos y los bailes, alegraban más todo el interior.

Pero Calígula se limitaba a disfrutar, simplemente entro, dejando a incitatus, a los sirvientes, para caminar entre la multitud de la gente que bailaba ahí, su cara seria demandaba terror, pues nadie se le acercaba.

A excepción de Jaemin quien lo siguió.

Calígula llego a las escaleras, para ir a su habitación, acostándose en la cama, sintiendo como la serpiente se deslizaba por su pecho. Cerro un momento los ojos resoplando, pensando en que haría.

No podía dejar a Calias así.

Sintió como alguien se recostaba a su lado. De inmediato abrió los ojos. Topándose con Jaemin.

-mi señoría...me alegra saber que esta a salvo. - susurro, acercándose con cuidado a él, pues ahí estaba la serpiente encima de él.

Calígula tomo fuertemente del mentón al menor, mirándolo. -no te necesito ahora, así que sal por tu propia cuenta antes de que yo te aviente de mi cuarto. - dijo entre dientes.

-pero señoría...-susurro seductoramente, pasando su mano por la entre pierna de kunhang.

Este retiro de inmediato su mano, - ¿entiendes lo que te dije?, ¿entiendes las putas palabras que oíste? - y tomo a Jaemin del cuello, tan fuerte, que un sonido hueco salió de los labios del menor. Con la fuerza que kunhang tuvo, lo aventó de la cama, tirándolo al piso. -hazme caso. - murmuro, para caminar a su lado.

Jaemin se levantó, teniendo el orgullo literalmente en el piso, y siguió a kunhang, quien se estaba cambiando de ropa. Miro de reojo que esa maldita serpiente no se despegaba de él. Así que, de nuevo, con cuidado de acerco a él. Pasando sus manos por sus hombros.

Pero ni siquiera kunhang se limito a decir algo, por que la preciosa serpiente amenazo con atacar a Jaemin. Quien salió corriendo asustado.

Calígula simplemente resoplo, terminando de vestirse, tomando a la serpiente en manos.

Nada era casualidad, pero todo era extraño.

- ¿Qué se supone que eres tu también? - susurro, preguntándole a la serpiente. - ¿hum?, no quiero suponer ni mentirle más a Calias. - dijo, mirando como la luna alumbraba su cuarto, siendo ya noche.

Salió de la habitación, para bajar al jardín, donde la música no lo molestase, caminando hacia el pequeño arrollo, donde se encontraba numerius. El pobre hombre encargado de edificar su estatua. Se acerco a él, sentándose a su lado, mirando como este, bebía agua desesperadamente.

-pudiste haberle pedido agua a uno de mis sirvientes, no tomar de aquí. - le saludo. -además, ¿Qué se supone que haces en este lado del palacio?, yo no recuerdo haberte pedido que trabajar en esta parte. -

-mi señor, buenas noches, no quería pedir mas agua, por que todos sus sirvientes están ocupados. - respondió el contrario, limpiándose los labios con el dorso de su mano. En la cual se podía ver una cicatriz bastante grande.

Calígula tomo de su mano, mirando atentamente, además de que apenas y había luz. - ¿Qué te paso aquí?, ¿te ataco un cocodrilo o algo así? -

-no, quisiera que hubiese sido uno. - bromeo el mayor.

- ¿entonces que fue? -

-un demonio. - respondió numeras.

Calígula se quedo helado, soltando su mano. Aceptando mentalmente que ese tipo de seres si existían, aunque solo había oído rumores en el pueblo, pero ahora tenía alguien que si había sido atacado por uno.

- ¿y como era? - pregunto, mirándolo fijamente.

-se lo podría describir a la perfección, pero mi miedo no me dejaría, simplemente diré que son criaturas hermosas, pero algo que tenia el que me ataco, eran unos enormes colmillos, y sus ojos. Sus ojos parecían hervir en fuego puro, nada era normal, ni siquiera su belleza. -

Kunhang escuchaba atento, ¿tendría que revisarle incluso los dientes a Calias?, ¿era tan necesario llegar a esos extremos?

- ¿Qué más tenía aquel demonio? - insistió.

Numerius se giro un poco, alzando su camisa, dejando ver una quemadura. -me hizo esto también. Los demonios queman nuestra piel con un simple toque. -

Y fue la ultima prueba para que Calígula aceptara que Calias si era un demonio definitivamente. Tanta fue su impresión, que se negaba a creerlo, pero lo que más le estresaba era saber como jodidos se quita eso o por que su querido y amado Calias, se estaba convirtiendo en uno.

- ¿y cómo es que sobreviviste a esa quemadura? - volvió a preguntar.

-bien se sabe que cuando un demonio te toca, estarás maldecido o muerto, una de dos, pero fui con alguien en especial...-

- ¿con quién?, ¿Cómo es que tu sigues en vida? -

-fui con el oráculo. El me salvo de la muerte. -

Calígula se volvió asombrar, esa clase de personas llamadas oráculos, eran como una clase de personas especiales, las cuales tenían respuestas para todo.

- ¿y el que te hizo? -

-me baño con hojas y flores raras, no recuerdo que más me había hecho, pero el me salvo. ¿Por qué me pregunta esto mi señor? -

-solo curiosidad...nadie me había contado algo como tú, solo rumores. -

-lo sé, es muy mal visto saber que viste uno, se dice que la gente que los ve, o tiene oportunidad de estar con ellos, muere en unas horas, o minutos, además de que puedes seguir con vida, pero quedaras maldito para siempre. -

- ¿y en donde esta ese oráculo? -

-a las afueras de la ciudad, muchísimo mas afuera de lo que usted cree. Para ser un poco exactos, por las colinas desérticas de Accona, es bastante lejos. -

-bastante...- murmuro Calígula. Para levantarse teniendo en mente que hacer. Miro que numerius se quedo ahí. -levántate hombre, te quedan pocas horas para que termines mi monumento. - ordeno, saliendo de ahí.

Mañana mismo tendría que llevar a Calias a ese dichoso oráculo, antes de que pasara algo peor.

Calígula llego a su habitación, acostándose en la cama, mirando a la luna, sintiendo el aire entrar por la ventana.

-por favor, no me hagas arrepentirme de haberle mentido. -





YA VA A SALIR JOHNNY PELO LARGO,  QUE EMOCIOOOON 

﹚CALIGULA﹙: XiaoDery.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora