﹚La espada de zafiro﹙

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Jaemin y Jeno seguían hablando de lo que habían visto, en especial Jaemin, quien no dejaba de soltar su odio hacia Calias.

-deja de maldecir demonios, Lucio, lograras que Calígula te escuche. - le susurro jeno, tomándolo de la mano, mientras llegaban a las habitaciones.

-por esa maldita criatura infernal, el no puede hacerme caso. - dijo entre dientes, -pero no será por mucho, hare lo que sea para destruirlo. -

Entraron a la habitación de Jaemin, donde este chillaba de enojo, dando golpes contra la pared.

Jeno se sentó en el borde de la cama, mirando todo el drama. -será mejor que te calmes de una vez, me duelen los ojos de tanto verte pelear con las cosas. -

- ¡PUES SI NO TE GUSTA VETE NO TE OBLIGE A SEGUIRME! -

-se te esta olvidando algo bonito. - dijo jeno, alzando una de su ceja, -no me gusta que la gente se olvide de lo que promete. -

Lucio lo miro enojadamente, para sonreír seguido. - ¿en realidad necesitas mi cuerpo para estar bien? - pregunto, acercándose al mayor, sentándose en su regazo.

-más que tu cuerpo...tu corazón. -

- ¡AGUANTATE! - grito fuertemente, Jaemin, para salir de la habitación. -necesito arreglar un asunto ahora. -

Jeno lo siguió corriendo. - ¿A dónde vas?, es bastante noche y la lluvia no terminara nunca. -

- ¡DEJA DE SEGUIRME!, NO TE IMPORTA! -

-claro que me importa por que tu vida es mía. - y jeno lo detuvo, tomándolo de la mano para darle un beso, mojándose ambos en la lluvia. -regresemos al cuarto. -

-con una condición. -

- ¿Cuál? -

-ayúdame a destruir a ese maldito demonio, por que Calígula es mío. - y lo volvió a besar, para correr entre risas por el pasillo y regresar a la habitación.



A la mañana siguiente, Calígula seguía peor que ayer, no había podido dormir nada y el estrés, la ansiedad y la culpa lo asesinaban hasta las entrañas. Se levanto de la cama para ordenar que lo vistieran, una vez, bajo a la sala principal. Donde todos comían y disfrutaban el festín del desayuno.

Pero Calígula ni se inmutó a desayunar ni a saludar, paso de largo para ordenar que prepararan a incitatus, e ir al cuartel a cambiarse.

Yendo con Neo, necesitaba darse prisa.

El sol no estaba demasiado fuerte aun, pero se podía sentir calor y sofocación, Calígula estaba bastante lejos aun de llegar con el oráculo.

Además de que las preocupaciones lo atormentaban, quería saber como estaba Calias, por que la noche anterior, todo había sido una pesadilla.

Una pesadilla que apenas estaba comenzando.

Paso bastante tiempo, hasta que llego con Neo.

Su casa de telas no había cambiado de lugar, así que kunhang bajo del cabello, para entrar por la humilde puerta de tela.

Siendo asustado por la voz de Neo, quien estaba en el piso, revolviendo jarras de agua con algo dentro seguramente.

-no recuerdo haberte dado tanta confianza como para que hayas entrado así a mi territorio. - dijo, mirándolo. - ¿Qué se te ofrece? -

-Neo...- susurro Calígula, sentándose a su lado. -te necesito demasiado. -

El mayor rio. -ya se que tragedias pasaron con solo ver tu cara. Pero cuéntame. -

-el demonio de Calias...corto la daga que me diste y no se como controlarlo ahora, solo me queda el pedazo de tela que me diste, pero es difícil ponérselo, el tiene una fuerza bestial, no puedo con el. -

-ya lo veo. - asintió, - ¿Cómo rompió la daga? -

-la lamio y la trozo con sus dientes, sus colmillos crecieron bastante ayer. -

-ten cuidado con ellos. -

- ¿Cuándo terminara todo esto?, solo quiero estar bien con el. - pregunto desesperado, jalando levemente sus cabellos.

-para ti, nunca, para él, no tengo idea, los demonios son impredecibles. -

- ¡NO CREO PODER YO SOLO CON EL! -

-si lo amas tienes que poder. -

- ¡PERO NO PUEDO CON TANTO SUFRIEMIENTO! - dijo ya entre lágrimas. - ¡NO EH DORMIDO BIEN, NI SIQUIERA EH COMIDO, ¡ESTO ME ESTA MATANDO LENTAMENTE DE MANERA INTERNA Y ES HORRIBLE! -

-el ha sufrido más que tú, si pusiéramos ambos dolores en una balanza, el tuyo apenas y llegaría a pesar. -

-no puedo. No puedo con todo esto. - negó, sollozando. -tienes que ayudarme. -

-no puedo ayudarte a salir del mar cuando ya estas totalmente hundido. -

- ¡TAN SOLO DIME COMO PUEDO DETENER ESE MALDITO DEMONIO! -

-rompió la daga, era de metal y estaba hecha por mí, su poder es muy fuerte, su fuerza es como la de un león...un león. -

-es más fuerte que eso. - negó Calias, -ni siquiera puedo detenerlo yo mismo. -

-lo animales, él no podría matar un solo animal, pero si lastimarlo con la maldita fuerza que tiene. -

- ¿Qué debo hacer? -

-Necesito que hagas una espada, pero no cualquiera, la quiero de plata, plata pura y colócale en medio una piedra de zafiro, esto no lo matara, pero calmara, no puedes matar a un demonio, siempre recuérdalo. -

- ¿es todo lo que debo hacer? -

-no, se que tienes leones, lo se perfectamente. Quiero que le des uno. El más grande de todos. -

- ¿el león no lo atacara? -

-el león será quien pelee con el para que no pueda hacerte daño a ti, no te aseguro nada porque el poder de tu amado crece cada día más. -

Y Calígula se sorprendió, asintiendo. -tengo miedo de lo que pueda pasar. -

-si el miedo se apodera de ti, lo único que lograras será tener más miedo. - dijo Neo, tomando un pequeño frasco de metal, donde coloco un par de flores y agua. Cerrando sus ojos y murmurando unas palabras poco audibles, extendiéndoselo a kunhang.  -una vez la espada este terminada, vierte esta agua en ella. -

- ¿esto que es? - pregunto kunhang agitándola.

-solo hazlo, si no, esa espada no funcionara y terminaras lastimado. -

-gracias por tu ayuda, Neo. - Calígula se levantó, caminando a la salida.

-de nada, solo hazme caso, y recuerda que su poder se hace presente cada vez más. - 


﹚CALIGULA﹙: XiaoDery.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora