﹚León ﹙

102 23 4
                                    

Caligula llego al palacio, donde la fuerte lluvia ya se hacia presente. Todos en el palacio miraban con curiosidad lo que estaba pasando con su emperador.

Caligula no saludo ni nada, paso de largo y fue hacia el cuartel, donde mando a traer a uno de sus herreros, quienes hacían la artillería y sus armas, pidiendo que antes de el día de mañana, una enorme espada de plata estuviese hecha, dándole las indicaciones de como tendría que estar.

Una vez lo ordeno, salió directo al coliceo, donde tendría que ir a ver a sus leones, para escoger uno solo. Entro al territorio de los felinos, habiendo un muro de rejas de metal, donde se podía ver como aquellos animales misticos disfrutaban de un banquete de carne.

Detrás de kunhang estaba un pobre guardian.

-el es el mas grande.- señalo caligula a uno de los leones que lamia su pelaje.  -quiero que lo saques y lo encadenes en la sala principal, y ates su hocico.-

-pero mi señor, eso podría ser peligroso, aun más si lo dejamos en la sala principal.- dijo preocupado el contrario. -podria atacar a su gente.-

El menor rio, mirándolo de reojo. -se muy bien lo que dije ahora cumplelo.-, dijo seriamente para irse de ahí.

Pensando en como se llevaría el león, sin que nadie lo viese o se comiese algo en el camino.

O se lo comiera a el.

¿le tenia miedo a un animal?, si.

Caligula llego a la sala principal, donde tomo un par de uvas y las comio, estando enfrente de la enorme ventana que daba hacia la cascada, y a la lluvia que caia ahora mismso. Unos brazos lo rodearon por la esapalda.

-mi señoria, debería cambiarse de ropa, hace frio.- y si, era Jaemin.

-vete.-  ordeno firme, el mayor.

-señoria….-

-¡DIJE QUE TE FUERAS!- y en cuanto grito, un fuerte rugido se hizo presente en toda la sala.

Y era el enorme león, que estaba atado a varias cadenas al igual que su hocico, pronto lo sujetaron fuertemente de las columnas del palacio.

Lucio se asusto, apartándose de caligula. Este lo empujo, para ir a ver al león.

Este lucia resplandeciente y bien nutrido, sonrio al ver que estaba haciendo un buen trabajo en darles la mejor carne del pueblo y uno que otro esclavo.

-quiero que lo dejen aquí, ya pueden retirarse.- les ordeno kunhang, para acercarse con cuidado al león y acariciar su melena. -eres bonito, eh…- murmuro, para irse también.

Encerrándose en su cuarto y pensando en que haría mañana.

Seria otra pesadilla.

Kunhang habia dormido bastante, abrio los ojos dándose cuenta de que aún era noche, tal vez era madrugada, pero no tenia tiempo para pensar en eso, se levanto de la cama rapido, cambiándose el mismso y colocándose su armadura, para salir e ir con el herrero.

Bajo a los interiores del palacio, donde se podía escuchar el caldero lleno de hierro, hervir, al igual que las cenizas crujir entre ellas mismas. Miro que el humilde herrero dormía en una de las esquinas aún. Busco con la mirada donde estaba la espada que hizo. Esta se encontraba adornando la pared, y emitia destellos bastantes preciosos.

Kunhang la tomo en manos y la obersvo detenidamente, mirando la perfeccion, de la espada, el color plateado demostrando de lo que estaba hecha y sin olvidar como aquella piedra de zafiro adornaba el comienzo de esta. La guardo y se dirigió hacia el establo, donde se encontraba incitatus, lo saco con cuidado y lo llevo hasta la sala principal. Donde las pobres antorchas iluminaban tenuemente el lugar.

﹚CALIGULA﹙: XiaoDery.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora