﹚Mentira﹙

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Los rayos del sol, indicaban que ya era tarde, Calígula cabalgaba con incitatus, faltando ya poco, para llegar a Calias, solo rezaba a los cielos que no hubiese pasado algo grave.

Pero la palabra grave se quedaba corta, a la situación. Al llegar a Anzio, agudizo su oído, dejando en segundo plano los trotes de incitatus, y solo escuchaba las olas del mar y uno que otro pajarillo cantar. Sonrió al saber que no había nada alterado.

Hasta que su vista paso a una pluma larga de color blanco.

-Tiberio...- susurro, apretando sus puños en las cuerdas de cuero que sujetaban a incitatus. Rápido le ordeno que fuera más rápido, hasta que poco a poco su coraje subía más de intensidad.

Ropa tirada en la arena, pequeñas gotas de sangre en la arena.

Aquel sentimiento de coraje, impotencia y tristeza, estaba inundando su pecho.

Miro que Calias no estaba ahí en las puertas del templo esperándolo, eso era lo peor.

Corrió con incitatus, mirando como pequeños rastros de sangre, los cuales venían de un pequeño camino. Su vista se encontró con los dos cadáveres en la arena.

Se sorprendió bastante al ver como habían sido asesinados, uno de los cadáveres estaba con quemaduras, eso era lo más raro.

Pero lo más incognito aquí, era: ¿quién los había dejado así?

Dejo de lado los cadáveres, para correr hacia el templo.

- ¡CALIAS, SAL DE AQUÍ! - grito, entrando al interior, topándose con que todo estaba desordenado, además de que el menor ni respondía, - ¡CALIAS SAL, ¿DONDE ESTAS!?-

Pero no hubo respuesta.

Comenzó a sentir miedo.

Reviso todos los lados y seguía sin haber ningún solo rastro de él.

Hasta que sintió como la serpiente bajaba de su pecho y se arrastraba por el suelo. Para sumergirse en el mar.

Calígula frunció el ceño, mirando como el reptil se sumergía cada vez más profundamente.

-Calias...- murmuro, al ver que la serpiente regresaba de nuevo, y comenzaba a nadar en círculos. -te seguiré. - y el mayor se retiró la armadura y las prendas, para introducirse al mar y nadar con la serpiente.

Esta se sumergía más profundo, además de que la distancia desde el templo, a donde estaban, era muy, pero muy larga.

Calígula estaba comenzando a asustarse por saber con lo que se encontraría, además de que pensaba en por qué demonios estaba siguiendo a una esqualida serpiente.

Pero sus ojos se encontraron con su precioso Calias, enganchado a un arrecife de corales, rápido nado hacia él, tomándolo de los hombros, agitándolo entre el agua, pero Calias no abría los ojos ni respondía. Lo tomo de la mano y nado con él a la superficie, teniendo el miedo en todo el cuerpo por saber si seguía vivo.

Llega con Calias hacia el templo, donde lo acostó en el piso, y comenzó a darle de palmadas en sus mejillas, moviéndolo de lado a lado, pero no reaccionaba.

Calígula se tensó al saber que Calias había muerto.

Comenzó a sentir como algunas lágrimas bajaban por sus mejillas, ni siquiera sabía cuándo se dio permiso de llorar.

-Calias...- susurro, tomando su delicado rostro en manos. - ¡MALDITA SEA, CALIAS NO ME DEJES! - grito, juntando su frente y la del menor, para darle un beso en sus labios. -regresa a mí, por favor, regresa a mi...- se separó de sus labios, mirando como la serpiente se dirigía a ellos, y se subía al pecho de Calias.

﹚CALIGULA﹙: XiaoDery.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora