Capítulo 12: Hun er viktig for meg

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Atom Bates.


La deposité sobre mi cama con cuidado de no hacerle daño. Vi que respirara bien, y aseguré que su pulso no fuese irregular.

Bebió más que yo, quizá ella bebió toda la botella y ahora está inconsciente por mí culpa. Pero era parte de la lista, ¿no? Beber hasta perder la razón. Pero maldición, fue muy en serio.

Annie balbucea cosas que no le entiendo, sin embargo, no se despierta con absolutamente nada.

Se supone que debí tomar el papel de adulto y cuidarla, técnicamente la cuido mientras duerme. No quiero que se ahogue en su propio vómito. Así que arrastré una silla hasta el costado de la cama y reposé allí. Mis ojos se cierran por sí solos, estoy mareado y tengo sueño. Pero debo cuidar a Annie hasta que despierte.

Me repetí esto una y otra vez, luchando con mi mismo por mantenerme despierto. El suelo se siente una gelatina, me siento muy bien. Haberla besado se sintió muy bien, y eso es terrible.

—¿Qué carajos intentas hacer, Atom Bates? Estás jodiendo todo—me murmuré.

Pegué mi espalda al respaldar, suspiré.

Cada minuto pasando, lo gasté en observarla. Observar cómo duerme profundamente, muy tranquila y quieta. Conmigo aquí puede estar en total seguridad, y el sentimiento me agrada. Annie se parece a alguien a quien debes proteger, tan pequeña dentro de mí camisa. Siento ese deseo de protegerla de no sé qué, como si fuese la criatura más indefensa que he conocido.

Toco su frente para asegurarme que tenga la misma temperatura. Muy cálida, demasiado para verse ojerosa y cansada, su piel se siente bien.

Entonces mi corazón palpitó fuerte, y todo el sentido común, la fuerza que me ata a la tierra y el orden de las líneas temporales me soltaron. El tiempo pasó muy lento... Despacio. De pronto me sentí girar alrededor de ella, como si se convirtiese en un epicentro.

De pronto la sentí parte de mí, o sólo fue lo que pasó en mi pecho. Se sintió fuerte. ¿Así se siente querer?

Pero yo no la quiero, ¿por qué se supone que debo hacerlo? Está mal, no puedo dejarme llevar. Ella es sólo una vida de cientos, una migaja de esta pequeña parte de tiempo y de universo.

Y aun recalcándome eso, hay cierta parte en mí que exige lo contrario.

—¿Qué me estás haciendo?—le susurré como si fuese a levantarse y contestarme.

Me dirigí a la habitación de Hult y conseguí cigarrillos debajo de la almohada de su cama, odio esto, pero al tener miles de ideas cruzándote de largo a largo la cabeza, temo que ayuda. Encendí uno en la hornilla de cocinar, aspiré.

La puerta sonó, escuché llaves. Sin embargo, no pude dar ninguna acción cuando Callum pasó.

—Tú, fumando—habla pausadamente. Desecha sus cosas sobre la mesa y sacude su cabello húmedo por la lluvia que comienza afuera.

Lo único que puedo hacer, es dar una mirada de reojo a mi habitación abierta y visiblemente a Annie dentro.

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué llegaron tan temprano?

Es evidente que me comporto extraño, pero Callum no le da importancia. Camino cuando el lo hace, evitando que mire a Annie inconsciente. Él no puede verla aquí.

Abre la nevera y saca una botella de agua—El imbécil de Hult olvidó las entradas, y ya no habían para comprar. Estaban agotadas. Así que regresamos, no íbamos a volver, pero él se quedó con Evan y los otros. Y bueno, no son muy de mi agrado así que... Aquí estoy.

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