《17》

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Lalisa estaba en el suelo, sus piernas estiradas y su espalda recargada en la pared de su habitación; veía a la nada, sus ojos indiferentes al igual que su expresión; las cortinas cerradas obstruyendo el paso de la luz casi por completo.

Y no es como si no estuviera haciendo nada, porque lo hacía. En su mente, recordaba.

─ Bueno, creo que ya tuve suficiente de esto. ─Se levantó de su asiento, observando al invitado con introspección─. Vete, Bogum. No tienes nada que hacer aquí.

─ Deja de evitarme, Lalisa. Entiendo que lo que hice no estuvo bien, pero me disculpé , y aunque puede que no repare el daño que te hice o como hice que te sintieras, te pido por favor que hablemos y que por un momento actúes con madurez. ─Habló firme, de pie, observando a la chica que estaba a unos metros alejada, paralizada─.

─ Eres un cínico de mierda, ¿no es así? ─Espetó, una de sus cejas arqueada en amenaza─. ¿Actuar con madurez? No te quiero cerca. Te lo he dicho, ¿no es así? Tú eres el único inmaduro que no sabe aceptar un no como respuesta. ─Ella lo vio con pena─. Lárgate, ¿sí? Antes de que sigas diciendo más estupideces.

Y se aleja, empezando a adentrarse en el pasillo, pero un contacto la detiene.

Grítame. ─Bogum la tiene de la muñeca mientras observa al suelo, culpable─. Empújame, golpéame, haz todo lo que quieras, pero por favor, deja de evitarme. ─Levanta su cabeza, encarando a la chica que lo veía de reojo, dejando ver su ceño fruncido con fuerza y su mirada brillante─. Grítame lo mucho que me odias y lo mucho que te lastimé, pero por favor, no seas indiferente.

Lalisa está congelada, asombrada por sus palabras, pero entonces, internamente empieza a reír. Porque todo era tan malditamente irónico, se le hacía tan conocida esa situación que no podía evitar burlarse por el cambio de roles que nunca creyó que presenciaría. Y está estupefacta; sin embargo, por fuera, su indiferencia se mantiene.

Bogum no se mueve, porque quiere escucharla explotar, porque sabe que lo merece pero a cambio sólo hay silencio, y empieza a desesperarse, a sentirse triste e inquieto aunque sabe que no tiene el derecho.

─ Sé cómo se siente. ─Lalisa habla bajo, con sus ojos avellana mirando el lado opuesto del que se encontraba el hombre─. Tú... En ese entonces, tú.. sabías que me gustabas. ─Bogum se tensa─. Nunca te lo dije, pero de alguna forma, la información llegó a ti. ─Su ceño se frunció con fuerza, enojada─. Y me evitaste. Fue lo único que hiciste. Como si mis sentimientos fueran una enfermedad que podría contagiarte; como si yo fuera lo peor. Me hiciste sentir como si yo fuera basura. ─Se gira y lo encara, una delgada lágrima acariciando su pómulo hasta alcanzar su mejilla, su ceño aún fruncido─. ¿Y sabes qué? Eso me lastimó mucho más que cualquier rechazo.

Rápidamente se incorpora y se zafa del agarre ajeno, secando su rostro con prisa, intentando recomponerse.

─ Ya vete, Bogum. ─Ordena, sin demasiada energía, ni siquiera lo mira, sólo pide en un ruego silencioso que la deje sola porque liberar tantas emociones la ha agotado y no se siente capaz de poder continuar con esa conversación si el hombre seguía insistiendo, por lo que se apresura a su habitación y se encierra allí, en un intento de protegerse de algún tipo de comentario, escuchando, para su alivio, la puerta de la entrada abriéndose y cerrándose, permitiendo que respirara un poco mejor─.

Cierra sus ojos con desahogo pero su corazón se oprime con dolor porque finalmente lo había enfrentado, le había dicho lo que nunca le dijo en todos esos años en la universidad y ahora podía respirar con más tranquilidad, pero odiaba tener que recordar sus sentimientos de ese entonces, porque era tan inocente, cegada por el amor; daba tanta lástima.

This is Pretty Too [TaeKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora