This is Pretty Too [TaeKook]

《18》

Jungkook se había encerrado en su habitación, aislándose de todo lo que pudiese dañarlo, queriendo protegerse incluso de la luz que exponía más claramente su miedo y su debilidad, cerrando las cortinas sólo para poder sentirse menos exhibido. Suspiró, cambiando su ropa por algo menos sofocante, sentándose en el suelo, con la cama tras su espalda, recargándose con cansancio.

Y la frustración lo alcanzó como nunca, porque era débil, sensible, miedoso y llorón. Y no le gustaba ser así. Era esa parte suya que no podía concebir que coexistía con su mente que tanto la aborrecía, pero no porque tuviera que hacerlo, sino porque el mundo lo obligó a odiarla. Siempre que lloraba, se quejaba, o expresaba su malestar respecto a algo, las personas pormenorizaban sus sentimientos, o sencillamente no les daban importancia, y en algún punto Jungkook simplemente desistió de hacerlo; de compartir su malestar. Empezó a guardar su dolor, sus emociones. Y nada le hizo más daño que eso. Pero si sabía que al final sólo le dirían que 'no era la gran cosa', entonces no lo intentaría.

Pero con Taehyung todo era tan diferente, tan nuevo, que no sabía cómo lidiar con ello. Kim Taehyung era amable con él, era paciente, de alguna manera lo entendía y respetaba su silencio. Taehyung no se había ido; no cuando se conocieron y lo rechazó y fue grosero con él, como lo era con todas las personas que conocía, porque de antemano sabía cuál era el resultado de ese comportamiento, sólo que la reacción del mayor no la predijo, porque no creyó que fuera posible. ¿Cómo una persona querría intentar acercarse a alguien que es poco respetuoso y agresivo? A pesar de todo, Taehyung no se rindió, y ese fue el fallo en los cálculos de Jungkook: no pensó que alguien lo intentaría. Y fue tan poco esperado, pero tan malditamente oportuno y necesitado por Jungkook, que no supo cómo sentirse.

Y sigue confundido. Él lo sigue confundiendo, haciendo borroso todo concepto de seguridad, protección, felicidad, que tenía preconcebido en su mente.

Y Jungkook quiere creer que de verdad se esforzó por alejarlo, pero no está seguro porque tal vez y en una mínima posibilidad, su presencia no le resultó en exceso desagradable desde el comienzo, y no hizo mucho por alejarla; pero no está seguro.

Porque sucedió. El enorme error de Jungkook fue no prever a Taehyung porque en lugar de alejarse ante su hostilidad, Taehyung le sonrió. ¿Por qué le sonreía? ¿Por qué no lo odiaba y se iba, como todos?

Su sonrisa tranquilizadora y su aura amable le recordaban a sus amigos, pero era diferente. Con sus amigos no sentía la asfixiante necesidad de desahogarse, con ellos su presencia era suficiente, empero, algo en Taehyung simplemente lo orillaba a pensar que sentirse débil no era tan malo, después de todo. Pero no podía ser, porque a lo largo de su vida muchas personas le comprobaron que mostrarse débil estaba mal, y ahora no lograba alcanzar a entender y aceptar ese pensamiento que se oponía por completo a toda una vida de recuerdos que le habían enseñado la idea contrapuesta. Se sentía conflictuado debido a eso y no evitaba demostrarlo, viendo la puerta frente a él, escuchando los pequeños toques en ella: suaves, sin intenciones de sorprender o asustar, sólo queriendo mostrarse como un llamado delicado y lleno de amabilidad. Pero había silencio. Jungkook no respondía y es que no quería enfrentarlo.

Quería sentirse enojado del todo, porque Taehyung estaba haciéndolo débil, pero no podía porque al mismo tiempo se sentía agradecido por su presencia; por preocuparse y tocar la puerta, por querer comprobar su estado, incluso si él mismo había sido quien lo había ignorado.

Se echó hacia atrás, sintiendo la madera del pie de la cama tras su espalda, suspirando con fuerza y restregando las manos en su rostro en un vano intento por conseguir calma, mientras que, en el exterior, un pelinegro inquieto mordía su labio inferior con preocupación, viendo la madera de la puerta que lo separaba de Jungkook, por un momento sintiéndose frustrado por no saber cómo ayudarlo, y entonces, en un acto inocente, Taehyung se acerca a la mesa del living, buscando una hoja y un lápiz, para luego volver frente a la puerta cerrada y sentarse en el suelo, escribiendo con cuidado, asegurándose de que su letra pudiese leerse clara, para finalmente enviar la hoja por la delgada abertura bajo la puerta, observando e intentando escuchar algo que le diera indicios de una reacción.