2. Asombró.

32 10 7
                                    

Bajando de coche solté una carcajada por la estupidez que salió de la boca de Andrés, en verdad era mi persona favorita en la vida, era mi único amigo, no me mal interpreten no es como que sea una antisocial, claro que estaba rodeada de gente que gritaban a los vientos captar mi atención, pero simplemente era gente que salía y venia de mi vida porque no eran nada relevantes en ella. Siempre me identifique como una mujer muy directa y poco amigable, tampoco soy una hija de puta mal educada que anda por la vida insultado y tratando mal a la gente, bueno solo a quien se lo merece. Suspire recordando lo de esta mañana, eso me hizo mirar mi coche, creo que ahora que veo mis focos hechos mierda el arrepentimiento empieza a florecer en mí. Ay Olivia deberías de dejar de ser tan impulsiva.

Se lo merecía.

Asentí mentalmente dándole la razón a mi subconsciente.

-Tierra llamando a Olivia.-Escuche la voz de Andrés sacándome de mis pensamientos, parpadeo mirándolo confundida. Cómo si el leyera mi mente mira el desastre en mi coche.-Tú que si estás loca mujer, es un puto coche del año no tienes ni medio año con el y lo usas para jugar carritos chocones.

Yo le doy una sonrisa nerviosa rascando mi nuca.- ¿Crees que mi padre me mate?

El niega con la cabeza.- No lo creo.-Suspire sintiéndome un poco más tranquila, al final y no era tan grave como mis ojos lo veía.-Estoy seguro que te va matar Olivia.

-No me ayudas en nada.-Le acuse con la mirada.

Él se limitó a encogerse de hombros.-Tú preguntaste.

Atravesando la gran puerta principal de mi hogar dulce hogar. Noten el sarcasmo.

Atravesando la estancia me detengo en medio salón, a lo lejos por las grandes puertas de cristal que dan al patio trasero pude ver como mi padre, el gran Arturo Vega con ese cabello canoso perfectamente peinado, con su traje azul eléctrico impecablemente, podría jurar que ni de cercas podría encontrarle una arruga. Lo veo platicar con un hombre alto y fornido, su espalda ancha se resaltaba en ese polo blanco, y no hablemos del hermoso trasero que tenia de vista. Quien sería ese hombre con tan buen lejos. Pude ver como levantaba su mano para tomar ese cabello castaño y entrelazar sus dedos por las fibras de su cabello. Había algo en él que me resultaba familiar, no fue hasta que mi padre me vio parada observándo, me decidido una sonrisa diciéndole algo aquel hombre partiendo rumbo hacia mi dirección, esperen acaso...

Pero no hasta que sus cuerpos atravesaron por esas puertas de cristal para estar dentro de casa a unos cuentos metros de mí pude observarlo bien. Esos ojos, claro era el idiota de esta mañana.

Vi que su cara era de asombro, incluso más que la mía. Cuando están frente a mi veo como su mirada me recorre de pies a cabeza y me cruzo de brazos, manteniéndo esa expresión firme en mi lugar. Él parece notar mi mirada amenazante y opta por mirar su alrededor.

-Hola Olivia hija, que bueno que has llegado.- Me dedica una mirada dulce.- Te presento a Diego Escalante, él trabajara para nosotros de ahora en adelante.

-Mucho gusto conocerla Señorita.-Lo veo extender la mano hacia mí, yo la observó y la analizo, lo ignoro sin soltar mi agarre bajo mi pecho.

Vuelvo la vista a mi padre el cual me da una mirada de reproche. Veo al chico bajar su mano palpando su pantalón, relamiendo sus labios con pena.

-Se supone que todas las tareas de esta casa ya están signadas a un trabajador, para que se necesita a este hombre aquí.-Ahora quien lo examino fui yo soltando una mueca de desagrado, créanme puedo ser una completa perra si me lo proponía, mi padre me dedico una sonrisa de oreja a oreja.

-Oh no Olivia, él no estará asignado en la casa, él trabajara para ti.-Lo mire confusa y yo para que necesitaba a este tipo en mi vida, al ver mi cara de confusión.-Él será tu guardaespaldas de ahora en adelante no sales de casa sin él.-Mi boca se abrió. Él acaba de decir guardaespaldas, acaso estaba loco.

-Yo no necesito que nadie cuide de mí, me rehusó.-Acuse molesta.

Mi padre se acercó a mí palmando mi hombro.

-Yo lo sé, pero no estoy pidiendo tu opinión, ya que has tenido la gran cortesía de no asistir a las clases, esto ya no se trata si quieres o no aquí las decisiones las tomo yo, te guste o no, o despídete de todo lujo.-Esa no era una jugada limpia.

Pasa su brazo por detrás de mi espalda abrazando me mientras quedaba a mi lado dando un pequeño apretón a mi brazo. Quedando frente a frente a ese tipo, de solo verlo me hervía la piel, como se suponía que podría verle la jeta a diario.-Muy bien señor Escalante mi empleada Minerva se encargara de mostrarle su habitación, como le mencione es necesario su presencia día y noche.-Veo al moreno de ojos azules asentir.-Bienvenido.

Bienvenido, oh no ese tipo saldría de mi vida en un contar de dedos, de eso me encargaba yo.

°°°

Esto debe de ser una maldita broma. Me dejo caer boca bajo entre las sabanas de mi cama soltando un grito de frustración.

-Vamos Olivia, no es tan malo que daría yo por tener un papasote como ese cuidando mi cuidando mi culo todos los días, penetrándolo también pero de a lenguas se nota que se muere por las mujeres.-Se deja caer decepcionado. Me giro sobre mí mismo eje quedando esta vez boca arriba.

-Es que en verdad de tantos hombres en el mundo tiene que ser él.-Bufo, Andrés me mira divertido.

-Pero por favor que tiene de malo ese bombón.-Lo mire con desaprobación.

-Andrés él es el chico de esta mañana, por el cual mi coche esta hecho mierda.-Acuse en mi defensa, pero para ser sincera no sabía porque su presencia me molestaba tanto, ni siquiera me mortificaba mi auto. Saliendo de mi transe me mira sombrado.

-Por dios tienes de guardia a un chico guapísimo, y solo esta rabiosa con él porque te gano un lugar, por dios al pobre le destruiste la mayoría de su coche, el único rabioso aquí debería ser él.-Me mira y yo ruedo los ojos.

-Aun así no soporto su presencia.-Me cruce de brazos.

-Pues querida amiga vas a tener que tomar toda de tu fuerza de voluntad porque tu padre lo dejo muy claro, si no despídete de todo.

Odiaba que tuviera tanta razón.




Sálvame © [Alicia Echeverría]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora