22. Tristeza.

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Olivia Vega.


Me recuesto con cuidado sobre la superficie blanda de mi almohada. Estaba cansada de estar todo el día postrada en la cama, hace ya dos días que estaba en casa. Mis heridas habían sanado en el hospital después de estar en observación por casi un mes entero. Lo único que agradecía era que por lo menos estaba en casa y no muerta.

Escucho como unos golpes sonaban en la puerta, y yo tomando una larga respiración me apoye sobre mis codos haciendo una mueca de dolor al moverme. Aun así que ls heridas hayan sanado aun dolía al ejercer fuerza.

-Adelante.- Aludió acomodando un mechón detrás de mi oreja. Observo como la puerta se abre y esos rizos descontrolados se asomaron dentro de mi habitación.  Entrando por completo me regalo una sonrisa acercándose a mi abrazándome con cuidado. Abrazándolo con fuerza cerré los ojos, lo había echado de menos.

-Lamento haberme ausentado, debía acompañar a mis padres. Ya los conoces no aceptan un no como respuesta.-Yo asentí mirándolo al separarnos.

-No te preocupes Andi, yo lo entiendo.

Lo veo sentarse a mi lado en la cama, tomando mi mano.

-Me alegra que sigas conmigo.-Yo la apreté mirándolo y cerrando los ojos asintiendo.

-Hierba mala nunca muere.-Él sonríe.

-Eso es muy bueno, no sabría como vivir sin mi mejor amiga.

-Eso no pasara, necesitaras más eso para deshacerte de mí.

Lo veo rebuscar algo en su mochila, mirando me saco un sobre blanco de ella.

-Tengo algo para ti.-Me lo extendió y yo lo tome frunciendo el ceño.-Diego me la dio para ti.

Al escuchar su nombre mi corazón se acelero. Tenia desde ese día sin saber de él.

-Me la dio el día que despertaste, fue el ultimo día que fue al hospital. Cada día estuvo pendiente a ti, paso frio y desprecios de tu tía, pero jamás se rindió y permaneció ahí hasta asegurarse que estuvieras a salvo.-Sintiendo como el mundo se me venia encima. Por más que lo haya lastimado él jamás dejo de buscarme. Mirando el sobre siento como la mano de Andrés se posaba sobre la mía.-Te daré tu espacio.-Y lo veo ponerse de pie besando mi cabeza y salir por la puerta.

*inserten canción aquí*

 Con las manos temblorosas abrí el sobre sacando una hoja de papel, y al comenzar al leer cada palabra fue como si su voz sonora en mi cabeza.

¨Querida Olivia.

Hay veces que las palabras no aparecen y que el silencio se aprecia mejor, el escribir lo que siento me hace sentir vulnerable, pero aun así quiero hacerlo.

Eres exactamente lo que desee encontrar toda mi vida, eres alegría y rebeldía. Eres osadía pura. Eres eso que tanto necesite pero todo lo que no podía permitirme. Eres lo que hace girar mi mundo cada día a 360 grados, y aunque se que nuestro amor es prohibido no puedo evitar amarte.

Tú me hiciste creer en el amor, en la ilusión, en los sueños más allá de la ficción, y aunque se que nuestro amor no es compartido no puedo evitar sentir que lo nuestro siempre será lo más fuerte que mi alma vivió.

Nunca ame, ni amare tanto a alguien como a ti y que te seguiré teniendo dentro de mi corazón más allá de todo mal, me cuesta todo un poco mas, hoy que sin quererlo llega el final los consuelos no bastan para aliviar tanto dolor. No quisiera dejarte ir pero yo prometí dejarte si no lograba que me amaras y con todo el dolor de mi alma me despido, tal vez cuando tú estés leyendo esto tendremos miles de kilómetros entre nosotros y lamento tanto ser tan cobarde y despedirme de ti de esta manera, con un pedazo de papel y tinta, pero temo que al estar frente a ti no pueda controlarme y besar ese hermoso rostro que tanto me encantaba admirar. Eres hermosa, jamás dejes que nadie te haga pensar lo contrario.  

Se que ya no sentiré tus caricias, ni tus besos, ni escuchare tu dulce risa que siempre me lleno de vida, quisiera haber podido ofrecerte más, o ser digno de ti pero no puede. Se que esta es la despedida y espero que te comas el mundo con todos tus sueños, y que encuentres la paz y la felicidad que tanto buscas y mereces. Hoy me despido de ti, pero no jamás te olvidare, yo seguiré aquí, pendiente a ti cada vez que necesites ser salvada, yo estaré aquí para salvarte como tu super héroe. Yo viviré con tu recuerdo dentro de mi. Por ti seguiré sonriendo, y espero nunca olvides que eres y serás mi más bonito recuerdo.

Hasta siempre querido amor.

Con amor Diego."

Siento cómo las lagrimas caían por mis mejillas sin control, tapando mi rostro sentí mi pecho vibrar desenfrenadamente. Lo había perdido y lo peor era que él creía que no lo amaba, cuando lo hacia más que nadie. Colocándome de pie con cuidado camine hacia mi escritorio mirándolo por la ventana, cómo la tarde era nublada y gris. Cómo si el cielo comprendiera mi dolor, una gota golpeo el cristal. Cerrando los ojos abrí el pequeño cajón para dejar caer la carta sobre la manera de este, pero lo que vi en el interior me hizo fruncir el ceño.

Tome entre mis manos la pequeña caja de pastillas que Diego había llevado aquella tarde completamente cerrada y justo en ese momento fue como si todo se iluminara y una sonrisa se formo en mis labios al tocar mi abdomen.

Al final no todo seria tristeza.



Sálvame © [Alicia Echeverría]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora