15 - Tiempos difíciles

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A la mañana siguiente, antes de que Ron y Hermione despertaran, Jaz y Harry salieron juntos de la tienda para buscar por el bosque el árbol más viejo, retorcido y fuerte que encontraran

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A la mañana siguiente, antes de que Ron y Hermione despertaran, Jaz y Harry salieron juntos de la tienda para buscar por el bosque el árbol más viejo, retorcido y fuerte que encontraran. Cuando lo encontraron, Harry enterró el ojo de Ojoloco Moody bajo su sombra.

—Eres una artista para estas cosas —comentó Harry imitando notablemente el tono de Ron al intentar coquetear con Hermione, contemplando a Jaz.

Ella estaba arrodillada en el piso y marcando una linda crucecita hecha con flores en la corteza del árbol con la varita. Soltó una risita y se puso de pie, sacudiéndose la ropa.

—No es gran cosa —dijo, tomándolo de la mano suavemente—. Pero estoy muy segura de que Ojoloco habría preferido estar aquí a quedarse incrustado en la puerta del despacho de esa vieja de mierda cara de sapo.

—Tienes toda la razón —coincidió Harry, entrelazando sus dedos—. ¿Nos vamos?

—Nos vamos —afirmó Jaz, palmeando el tronco del árbol y agitando una mano hacia él, imaginando que se trataba de Ojoloco.

Harry sonrió y pasó un brazo por su cintura para volver a caminar juntos hacia la tienda. En la cocina Jaz contempló a su novio preparándoles algo para comer mientras esperaban a que despertaran sus amigos para debatir lo que harían a continuación.

—Muero de ganas de un plato de avena —comentó Jaz, apoyando su mentón sobre su mano en la mesita—. ¿Y si llamamos a Kreacher?

—Ya hablamos de que podía ser peligroso —respondió Harry, dejando una taza de té frente a su novia—. ¿Qué te pasó ahí?

Señaló el brazo izquierdo de Jaz. Ella entró en pánico y lo escondió rápidamente tras su espalda.

—Nada, una herida —contestó ella, y le dio un sorbo a su té—. Mhm... Qué rico. ¿Qué le echaste?

Harry frunció el ceño y se sentó en la mesita junto a ella, tomándole el brazo. Jaz sabía que no podía seguir escondiéndolo, así que inclinó la cabeza hacia atrás y miró el techo con los ojos lagrimosos.

—Harry, yo no me di cuenta... —trató de explicarse con la voz temblorosa, mientras su novio quitaba la venda con cuidado—. Si hubiera sido por mí, no hubiera dejado que me tocaran pero... pero... La hicieron cuando yo estaba inconsciente, porque cuando desperté ya la tenía...

—Jaz, cálmate —dijo el chico con suavidad—. No significa nada.

—Esto era mi boggart —susurró Jaz con las lágrimas deslizándose por sus mejillas—. Ahora veo mi boggart a cada momento...

—No significa nada —repitió Harry, acariciando la Marca Tenebrosa y besando a Jaz en la mejilla—. No te convierte en mortífaga. Es un tonto tatuaje, ¿y qué? Muchos se arrepienten de sus tatuajes.

—Pero...

—No le des tanta importancia —la tranquilizó Harry, tomándola del rostro para secar sus lágrimas—. No te cambia. Sigues siendo tú.

Jazlyn Ramsay y los HorrocruxesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora